Un manifiesto de activistas feministas exige acabar con la prostitución y dar salida a las víctimas de trata
Un centenar de personas, entre ellas significadas activistas feministas, han lanzado un manifiesto para exigir al Gobierno que acabe con la prostitución, que penalice a los clientes y que de salida a las víctimas de trata, bien sea con programas sociales o de formación. Entre las firmantes están la periodista Laura Freixas, la filósofa Victoria Camps, la escritora y exdiputada de los comuns Gemma Lienas, la actual diputada del PSC Beatriz Silva o la cineasta Icíar Bollaín.
En el texto, piden al Gobierno que asuma cambios legislativos para intensificar el “combate” contra el proxenetismo y la trata, “poniendo por delante la protección de sus víctimas”. Sobre la abolición del trabajo sexual, piden que España se sume al grupo de países europeos “que apuestan por una sociedad libre de trata y prostitución”, al considerar no solo que muchas la ejercen de forma forzada, sino que la sola actividad supone una mercantilización del cuerpo femenino.
Presentado por la Plataforma catalana por el derecho a no ser prostituidas, el manifiesto lleva el nombre de Paz para las mujeres, cogiendo el nombre del decreto sueco de 1998 que sentó las bases de la lucha contra la prostitución en el país. Para las firmantes, regularizar el trabajo sexual, algo que piden varios colectivos de prostitutas, supondría “aceptar el privilegio ancestral” según el cual debe haber una reserva de mujeres a disposición de los caprichos sexuales de los hombres.
Esta plataforma contraria a la prostitución ha salido así al paso del debate generado con la creación del sindicato Otras, con el que varias trabajadoras sexuales aspiran a organizarse y conseguir para si condiciones laborales más favorables. El Gobierno validó en un trámite administrativo la creación del sindicato, pero luego manifestó su rechazo y anunció que lo impugnaría, algo que se plantea hacer acudiendo a la Audiencia Nacional.
Al acto de presentación del manifiesto se han presentado varias trabajadoras sexuales, algunas de ellas pertenecientes a Otras, que han querido preguntar al final pero no se les ha dejado. La pregunta que quería hacer la trabajadora sexual Mari Carmen era si los programas que prevén para dar salida a las mujeres de la prostitución les garantizarán que los demás empleos no estén sometidos también a lógicas patriarcales. Si han irrumpido en el acto, han explicado, es porque iba sobre prostitución sin tener en cuenta a sus protagonistas.
Preguntadas sobre si han contactado con colectivos de trabajadoras sexuales, desde la plataforma han asegurado que han recogido la visión de prostitutas “supervivientes” de situaciones de trata. “La inmensa mayoría son víctimas de trata”, ha expresado Gemma Lienas, una de las que ha tomado la palabra en el acto, que ha querido matizar que el manifiesto “no va contra nadie”.
Connivencia entre capitalismo y crimen
“La prostitución es la institución patriarcal más antigua, vector de racismo y clasismo, y un paradigma de la connivencia entre el capitalismo y el crimen organizado”, proclama en documento difundido este lunes. Sus impulsoras insisten que el “derecho al propio cuerpo”, un concepto salido de la lucha feminista, se pervierte en el caso de la prostitución para ceder a la “mercantilización”.
“La legitimación del comercio sexual convierte a las mujeres en prostituibles: si admitimos que una mujer puede ser comprada, todas somos susceptibles de serlo”, resume el texto. Es según el escrito una cuestión clave para el combate por la igualdad de género, “el combate que marcará el destino del nuevo siglo”.