Manu Pineda es un escudo humano en Gaza. Aterrizó en Barcelona hace tres días, procedente de Palestina, donde pasa 8 meses al año como activista de la asociación Unadikum. Allí, Pineda se dedica a interponerse entre las balas que disparan los soldados israelíes y los cuerpos de palestinos. Aquí, se dedica a relatar la cómo es la lucha contra la masacre del pueblo palestino. Este miércoles lo hizo delante un centenar de vecinos del Raval, frente a la Filmoteca.
Fundador de Unadikum, una organización que lleva brigadistas internacionales a los territorios palestinos, este activista malagueño ha sido testigo del último ataque de Israel sobre Gaza, que ya dura más de un mes. “Hay cerca de 2.000 muertos. Más de 10.000 heridos. 12.000 viviendas destruidas. Hospitales y ambulancias bombardeados. Hoy Gaza está en el peor momento que yo la he conocido. Si piensas en ciudades como Alepo o Sarajevo durante la guerra, esa sería una imagen similar a lo que es Gaza hoy”, relata Pineda delante de la muchedumbre que se ha acercado a la plaza Salvador Seguí para escucharle.
Pineda y su grupo comenzaron a trabajar en Palestina en 2011. “Los militares israelíes disparan a diario desde la valla que separa los territorios ocupados y Gaza a los campesinos que trabajan en las inmediaciones o a los pescadores que salen a faenar”, explica. Los disparos indiscriminados contra trabajadores palestinos desde la valla es la razon de ser de las brigadas intenacionales de Unadikum, por las que ya han pasado 130 personas.
“Cuando estamos nosotros no disparan a matar”, aclara, “nos hacen círculos con las balas o disparan al aire, o con gas. Si vamos con los pescadores, disparan a las redes y a veces al motor”. Pese a la importancia que conceden a esa tarea, la organización no se limita a hacer de escudos humanos. También intentan que los brigadistas llegados de todo el mundo se introduzcan en la realidad gazatí para descubrir “cómo se vive en la cárcel al aire libre más grande del mundo”, como Pieneda la llama. Cuando terminan su jornada como escudos, hacia el medio día, llevan a los brigadistas a conocer a personas de la sociedad civil palestina.
Este es el día a día de Pineda y sus compañeros en los periodos ordinarios. Pero, en los momentos de ataques diarios, se ven oblgados a hacer otras cosas. “Una noche bombardearon el hospital de Wafa con 17 enfermos dentro, además de nosotros, que tratábamos de protegerlo. Tuvimos que sacar a los enfermos en coma y meterlos en dos ambulancias”. Manu recuerda aquel día como uno de los peores del último mes. Una señoral entre el público no puede contener la emoción ante el relato y sale un momento del corro formado en torno a Pineda. “La Cruz Roja, por cierto, no vino”, apunta el activista. “Quiero dejar claro que en ningún momento hemos visto a Cruz Roja ayudar a los palestinos. De hecho hay un movímiento en Palestina que intenta llevar a Cruz Roja ante el Tribunal Penal Internacional por colaboracionismo con los crímenes de Israel”.
Buscando las razones de una masacre
Cuando Manu Pineda termina su exposición comienza el turno de preguntas. Alguien le plantEa insistentemente sobre las razones de la actual operación militar contra Gaza. “No siempre es fácil saber por qué Israel bombardéa Gaza”, comienza reflexivo. “Desde el año 2006 hasta hoy, esta es la cuarta vez que Israel bombardea Gaza de forma tan intensa. Cada vez que eso ocurre se busca una excusa, esta vez fue la muerte de tres colonos que se achacó a la resistencia palestina, aunque luego se demostró que no tenía nada que ver”. La causa real a la que apunta el brigadista es que los palestinos habían conseguido recientemente llegar a un entendimiento entre las dos corrientes políticas tradicionales en el país, “una mas cercana a Fatah, más tendente a la negociación, y otra más cercana a Hamas, partidaria de la resistencia”, según asegura.
Hamas y Al Fatah anunciaron en junio pasado un gobierno de unidad palestino, poniendo fin a siete años de conflicto entre las dos facciones principales y de gobiernos diferentes en Gaza y Cisjordania. “Israel intentó mantener esa división e intentó que los gobiernos occidentales no reconocieran esa unidad, pero era muy difícil, no tenían argumentos, entre otras cosas porque siempre se les había acusado a los palestinos de no tener un solo interlocutor con quien hablar”, explica Pineda.
“En aquel momento Israel optó por la forma más bruta, más cruel y más sanguinaria de reventar la unidad entre los palestinos, una guerra en la que se agudizaran las diferencias entre los dos grandes grupos”, concluye.
Pese a exponer los orígenes de los bombardeos, Pineda considera que las razones del ataque contra Gaza son principalmente para consumo europeo. “Toda la argumentación basada en el derecho de Israel a defenderse es esgrimida por los gobiernos títeres prosionistas, pero Israel no pierde el tiempo en estas cosas, habla para los israelíes y quiere mostrarles que están machacando Palestina. Esa es la razón de que destruya ciudades y enseñe las fotos de satélite del antes y el después. Ciudades como Bait Hanoun o el este de Rafah han dejado de existir”.
“La campaña BDS es la mejor herramienta que tiene hoy la comunidad internacional”
Desde que se bajara del avión hace tres días, Pineda ha estado en Barcelona explicando de primera mano cómo es la realidad gazatí bajo los bombardeos de Israel. Pero esta noche es especial. A las 12 termina el alto el fuego, y varias personas entre el público preguntan qué pasará después de esta media noche y cómo se puede presionar para que continúe la tregua. Pineda contesta escéptico: “Cuando hay una tregua Israel les dice a los palestinos que ya pueden volver a sus casas. Pero ya no tienen casas. A veces ya no tienen ni ciudades. Todo lo que tienen son mantos de escombros con muertos y heridos, muchos de los cuales no se pueden ni atender porque el bloque hace que no haya medios. El pueblo palestino no está pidiendo el alto el fuego, está pidiendo el fin del bloqueo a la franja de Gaza”.
“¿Qué se puede hacer desde aquí para ayudar?”, le lanzan. El activista cita el BDS, la campaña de boicot, sanciones y desinversiones contra Israel que lleva en marcha desde 2005 impulsada por organizaciones palestinas para pedir a la comunidad internacional que aplique medidas coercitivas “hasta que Israel cumpla con el Derecho Internacional y los principios universales de los Derechos Humanos”.
“El instrumento que pusieron en marcha los palestinos y del que nosotros nos debemos hacer cargo es el BDS. Esa es la mejor herramienta que tiene hoy la comunidad internacional para luchar contra el bloqueo. Debemos aislar a Israel y debemos presionar a nuestros gobiernos para que castiguen a las empresas que invierten en territorios ocupados, porque es invertir en apartheid y en genocidio”, cierra Pineda.