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Miles de personas protestan en Barcelona y Girona contra el turismo de masas: “Sus cruceros nos suben el alquiler”

Sandra Vicente

6 de julio de 2024 19:15 h

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La Rambla de Barcelona, ese lugar transitado cada día por miles de turistas y que los locales evitan, ha sido el escogido para iniciar la masiva manifestación contra el turismo de masas que ha aglutinado a miles de personas en la capital catalana y otras tantas en Girona.

Los manifestantes han atado cuerdas de tender entre las farolas, de las que han colgado camisetas con lemas como 'Tourists go home, refugees welcome' o 'Barcelona no está en venta'.

Unas 3.000 personas (según la Guàrdia Urbana) y 15.000 según la organización han llenado las calles de Barcelona para protestar contra el turismo de masas en una manifestación convocada por diversas plataformas vecinales bajo el lema “Basta. Pongamos límites al turismo”. Los vecinos de la capital catalana han protestado por “el malestar profundo provocado por el empeoramiento de las condiciones que provoca la especulación turística”, mientras que los gerundenses, a pesar de estar menos presionados, “han tardado menos en reaccionar, denunciar y proponer alternativas”, tal como exponen los convocantes a la manifestación.

En Barcelona el punto de encuentro ha sido la Plaça Drassanes, no por casualidad. Se trata de la entrada al puerto en el que desembarcan los cruceros que en 2023 trajeron a la ciudad más de 3,5 millones de turistas (un 52% más que el año anterior y un 20% más que antes de la pandemia), según cifras del Port de Barcelona.

Luego, la marcha ha seguido por el Passeig Colom hasta llegar a las puertas del barrio de la Barceloneta, uno de los más tensionados por el turismo. Es un barrio de pescadores cuya cercanía al mar y sus pequeños apartamentos lo ha hecho muy atractivo para turistas y expats. Prueba de ello es que el precio medio del alquiler para un apartamento de 30 metros cuadrados se sitúa en 1.300 euros y en el que cuesta encontrar viviendas que no sean para alquiler de temporada.

Esta situación ha venido agravándose en los últimos meses, en los previos a la celebración de la Copa América de Vela, durante la cual el barrio vivirá diversas afectaciones. Por ejemplo, los vecinos deben acreditarse como residentes o trabajadores de la zona para que no les afecten los cortes de tráfico que se realizarán. Además, también servirían para poder superar los cortes de calles y de playas que el Ayuntamiento plantea que podrían ser necesarios.

“Nos dicen que va a traer beneficios a la ciudad, que si puestos de trabajo, que si dinero... Pero yo lo único que veo es que mi vecina del tercero se ha tenido que ir porque han convertido su casa en un piso de temporada y que yo me tengo que acreditar para entrar en mi propio barrio”, apunta Antònia, una vecina de 56 años de la Barceloneta.

“Y luego tienen la cara dura de mentirnos y de decirnos que será un espectáculo popular. ¡Venga va! Popular es el club de natación del barrio, no estos barcos que ves a saber cuántos millones cuestan”, añade Sílvia, amiga y vecina de Antònia. Ambas han acudido a la manifestación “cansadas” de ver cómo su barrio ha ido “perdiendo la esencia” y hablan con nostalgia de cuándo se sentaban a la plaza a tomar el fresco, antes de que llegaran los turistas “con sus despedidas de soltero, sus colchonetas y sus borracheras”.

La manifestación ha avanzado por el corazón de este barrio. Desde su balcón, Ramón ha dirigido unas palabras a los manifestantes, a través de un micrófono. “No os dejéis manipular y no os rindáis ante este sistema que nos echa de nuestros hogares”. Precisamente, Ramón es un vecino al que su propietario quiere echar de su casa para convertirla en un apartamento de alquiler de temporada.

30 millones de turistas al año

La manifestación, que ha ido avanzando a ritmo de rumba, ha acaparado la atención de paseantes y, también, de turistas. Preguntados por si sabían el motivo de la acción, un grupo de franceses han respondido, decididos. “Claro, es una de esas manifestaciones tan típicas de los catalanes. Sois un pueblo tan político. ¡Me encanta!”, han asegurado. Al corregirles, el semblante les ha cambiado. “Pues no entiendo por qué protestáis contra el turismo. Os traemos mucho dinero”.

Mientras se llevaba a cabo esta conversación, los manifestantes han coreado diversos lemas en inglés mirando directamente a un grupo de visitantes, provocando la indignación de estos últimos. “Mires donde mires, todo son guiris”, han seguido los convocantes.

Según los últimos barómetros del Ayuntamiento, el 61% de barceloneses considera que el turismo en la ciudad ha llegado a su límite. De hecho, las estadísticas apuntan que este verano será de récord y se superarán los números de 2019. Esto, en un contexto en el que llegan 30 millones de turistas al año y en el que, cada día, el 10% de personas que pasean por Barcelona son visitantes. “Pero nos quieren poner más hoteles”, se lamenta Antònia.

Se refiere a que el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, considera que la ciudad tiene capacidad para 5.000 plazas hoteleras más (más otras 15.000 en el Área Metropolitana) y que la ciudad necesita “relanzarse internacionalmente”. De hecho, el alcalde ya pactó en noviembre pasado con Junts el levantamiento parcial de la suspensión de licencias hoteleras diseñado por Colau, de tal manera que permita abrir hoteles “singulares” en el centro.

La idea del alcalde es apostar por el turismo de calidad y, por eso, prioriza el sector hotelero al de los apartamentos turísticos. De hecho, hace poco anunció que durante los próximos cuatro años cerraría los 10.000 que tiene la ciudad. Esto ha sido recibido como una buena noticia por vecinos y entidades, pero alertan de los riesgos que puede conllevar.

“Es una medida que, incluso si se llevara a cabo, sería inútil mientras siga existiendo la figura del alquiler de temporada como refugio ante las regulaciones de alquileres”, asegura Daniel Pardo, portavoz de la Assemblea de Barris pel Decreixement Turístic, una de las convocantes a la manifestación. Pardo también recuerda que fue precisamente el PSC quien tumbó en el Parlament la ley para regular los alquileres de temporada.

El alcalde Jaume Collboni ha sido diana de muchos de los lemas que se han coreado durante la manifestación. Los convocados han cargado contra el socialista gritando “Collboni, trilero, págame el alquiler”, “Collboni y capital, alianza criminal” o “Collboni, rata, vendes Barcelona barata”.

La manifestación ha contado con el apoyo de más de 200 personalidades de la cultura, el periodismo y el activismo catalán como Kiko Amat, Flavita Banana, Simona Levi o David Fernàndez. También unas dos centenares de entidades firmaron un manifiesto en el que se llamaba a la movilización y afeaban a la administración pública que haya sido “tibia” a la hora de regular el turismo.

Piden acabar con la promoción de Barcelona con fondos públicos, eliminar subvenciones a la industria turística, reducir el número de cruceros y parar las ampliaciones del aeropuerto y de las terminales del puerto. Además, exigen parar la celebración de macroeventos como el Mobile World Congress, la Copa Amèrca, el Primavera Sound o la Fórmula 1.

Collboni reivindica su “compromiso” contra la masificación turística

El alcalde de Barcelona, el socialista Jaume Collboni, ha publicado un mensaje en la red social X (antes Twitter) tras la manifestación en la que defiende su “firme” voluntad y compromiso para “limitar la masificación turística y sus consecuencias”. E insiste: “Lo demuestran las medidas que hemos tomado y que continuaremos implementando”.

A continuación, Collboni ha enumerado las medidas que el Ayuntamiento de Barcelona ha tomado en los últimos meses al respecto, como la intención de suprimir más de 10.000 pisos turísticos para devolverlos a un uso residencial mediante el Plan Viure de vivienda, el incremento de la tasa turística o la anunciada limitación del número de cruceros que no hacen noche en la ciudad.

Collboni también ha destacado la puesta en marcha del plan de gestión de 16 espacios de gran afluencia y asegura que el consistorio demuestra su “compromiso con el retorno social” invirtiendo parte de los ingresos del turismo en la climatización de escuelas públicas.

“Reconocemos la complejidad de esta cuestión y rechazamos las soluciones simplistas”, ha asegurado el alcalde, que finaliza su mensaje diciendo que su objetivo es construir un modelo turístico equilibrado y sostenible “que beneficie a todos”.