A ocho meses de las elecciones europeas, en las que las encuestas vaticinan una posible mayoría de los partidos euroescépticos, varias personalidades de la política han participado estos días en Bruselas en unas jornadas sobre la reinvención de Europa. Cómo democratizar la Unión Europea, como relanzar su economía o cómo perfeccionar su modelo social, fueron los temas que, a propuesta del diario francés 'Le nouvel Observateur', debatieron algunos de los actuales dirigentes junto a antiguos mandatarios.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, intercambió el jueves sus opiniones junto al expresidente español Felipe González, en antiguo presidente de la Comisión Europea Jacques Delors y el expresidente francés Valéry Giscard d’Estaing. El viernes fue el turno del anterior presidente José Luís Rodríguez Zapatero, el exprimer ministro italiano Mario Monti y el eurodiputado y ex primer ministro belga Guy Verhofstadt.
Entre todos ellos, Felipe González fue el más pesimista al augurar que dentro de unos años “habrá una nueva crisis”, ya que tanto la Unión Europea como el resto del mundo “hemos salvado el sistema financiero, pero no lo hemos corregido. Continúa siendo el mismo”. Y Europa, según el socialista, seguirá sin instrumentos para hacerle frente. La Unión bancaria, erigida como la herramienta que ha de evitar la fragmentación financiera en la zona euro, se está creando a trompicones y “así es imposible avanzar”.
El 14 de setiembre los ministros de finanzas de la zona euro aprobaron en Lituania el Mecanismo Único de Supervisión, el primero de los tres pilares que deben conformar la Unión Bancaria. El proyecto lleva meses paralizado, a la espera de ver cómo se resolvían las elecciones alemanas y muchos desean ahora un acelerón. Mario Monti, ironiza: el más que probable pacto de Merkel con los socialdemócratas permitirá a la canciller “avanzar lentamente hacia adelante”.
La falta de reacción ante la crisis fue otro de los puntos que los antiguos dirigentes achacaron a los actuales. Delors criticó que las decisiones “tardan años en aplicarse” y González denunció que ninguno de los presidentes quisiera aceptar la crisis en una primera fase, argumentando que se trataba del “ciclo económico”.
Herman Van Rompuy lo reconoce: “nadie se pensaba que la crisis iba a llegar”, dice, pero se defiende diciendo que “ahora se tienen que crear nuevos mecanismos y esos lleva tiempo”.
Para Zapatero, la solución para superar la crisis, para solventar los problemas que están sufriendo los países del sur de Europa, pasa por equiparar el Banco Central Europeo a la Reserva Federal americana. “Esta crisis ha sido una crisis de liquidez”, explica y reclama que “al igual que han hecho los bancos centrales de Estados Unidos, Japón y Inglaterra”, el BCE ofrezca también liquidez a las empresas europeas. Denuncia que el único objetivo de Frankfurt sea –como quería Alemania– controlar la inflación “luchar contra el paro”.
Y el exprimer ministro italiano le responde: “la germanización” con la que se creó el euro “fue necesaria para que Alemania aceptara su creación” y continúa con otro argumento muy repetida por la canciller Angela Merkel, el de que esperar a que el BCE resuelva todos los problemas evitaría que los países con un déficit elevado “hicieran las reformas necesarias”. Aunque matizó al pedir un “pacto de crecimiento a nivel europeo”.
Más allá de la crisis económica, los mandatarios debatieron sobre la crisis de legitimidad que sufre la Unión Europea en estos momentos. La última solución que se han encontrado en Europa pasa porque el presidente de la Comisión Europea sea el candidato del partido que gane las elecciones al Parlamento Europeo. Los socialistas ya han aprobado que Martin Schulz, el presidente de la eurocámara, será su candidato.
La idea convence a todos como una forma de democratizar la decisiones que se toman en la Unión Europea. Sólo al expresidente de la Comisión, Jacques Delors cree que habría “un problema de legitimidad” entre los primeros ministros de cada país y el presidente del Ejecutivo Comunitario, si todos ellos son elegidos por los ciudadanos.
Entre las distintas discusiones sobre cómo superar las diferentes crisis que vive Europa, el ex presidente francés Valéry Giscard d’Estaing, responde con un mensaje político. Considera que lo que hay que hacer es “buscar nuevos objetivos” con los que las nuevas generaciones puedan identificarse y volver a creer en el proyecto europeo.