La aparición fugaz de Carles Puigdemont ante cientos de personas en Barcelona se ha convertido en una búsqueda del expresident por parte de los Mossos d'Esquadra. La policía autonómica catalana activó hacia las 10.00 horas de la mañana la llamada 'Operación Jaula' para intentar localizar y detener al líder de Junts, en paradero desconocido desde instantes después de bajarse del escenario donde se ha dirigido a sus seguidores. El operativo ha durado hasta las 18:30 horas aproximadamente y, desde entonces, sólo quedan algunos controles puntuales.
Por seguridad, la policía catalana no puede detallar dónde se encuentran pero sí han especificado que se enfocan en puntos clave cercanos a la frontera y confirman a elDiario.es que siguen buscando a Carles Puigdemont.
Durante la mañana los Mossos han arrestado a uno de sus agentes acusado de ayudar en la huida por ser el dueño del coche en el que, supuestamente, Puigdemont ha abandonado las inmediaciones del Parlament. Ya por la tarde los Mossos informaron de una segunda detención de otro agente. Además, la Conselleria de Interior de la Generalitat abrirá una investigación para aclarar por qué se ha perdido la pista del expresident, y adelantan que “seguramente habrá más detenciones de colaboradores en relación a la huida del presidente Puigdemont”.
El viernes por la mañana, el conseller d'Interior Joan Ignasi Elena comparecerá en una rueda de prensa para dar explicaciones por la detención fallida de Puigdemont. Y lo hará acompañado del director general de la policía catalana, Pere Ferrer; el comisario jefe de los Mossos, Eduard Sallent; la comisaria de prefectura, Rosa Bosch, y otros mandos.
El dispositivo policial ha sido extenso y se ha desplegado por toda Catalunya, con diversos controles en diferentes puntos estratégicos de las carreteras, así como en las salidas de Barcelona y puntos fronterizo. Fuentes del Departament de Interior han confirmado a elDiario.es que, después de cuatro horas, el dispositivo policial se retiró de las carreteras por razones operativas. A media tarde, el operativo volvió a reanudarse.
Las mismas fuentes han explicado a este medio que los Mossos habían diseñado una detención “proporcional” para Puigdemont y no contaban con que el expresident huyera y no siguiera sus planes que, tal como él mismo había anunciado, eran presentarse en el Parlament. La detención “discreta” suponía no hacerla delante de los miles de manifestantes presentes en el Passeig Lluís Companys, donde ha realizado su primer discurso público tras su regreso a Catalunya.
Justo después de su intervención, ha sido arropado por miles de manifestantes y por personas de su confianza, que debían acompañarle en una comitiva en su camino hacia el Parlament. La intención era hacer la detención una vez dentro del Parc de la Ciutadella, donde se encuentra la cámara catalana y una vez pasado el blindaje de los Mossos d'Esquadra, que impedía el acceso a la ciudadanía.
Pero antes de que se pudiera efectuar la detención, el expresident ha salido del radar de la policía. Todo ello frente a la mirada de decenas de periodistas, cámaras de televisión y agentes de seguridad, que no han podido detectar ni el momento exacto ni la manera en que Puigdemont ha desaparecido. La policía autonómica catalana ha activado entonces una operación jaula con controles de búsqueda de los potenciales vehículos en los que podría viajar el expresident.
El dispositivo de seguridad ha tenido diversos ámbitos de acción según el nivel de búsqueda y, al inicio, los Mossos d'Esquadra se han centrado en el ámbito metropolitano, pero actualmente ya afecta a toda Catalunya. Tras la desaparición de Puigdemont, los agentes han seguido explicando que todo estaba bajo control y que tenían localizado al expresident, pero ahora ya confirman que no tienen idea de su paradero.
El expresident catalán llevaba días anunciando su regreso a Barcelona después de siete años fuera de España esquivando a los tribunales que le reclamaban por su papel en el procés independentista de 2017. El juez del Tribunal Supremo, Pablo Llarena, anunció hace pocos días que la amnistía no perdonaba su delito de malversación y que seguía en búsqueda y captura dentro de las fronteras españolas.
Puigdemont ha reaparecido poco antes de las nueve de la mañana y se ha subido a un escenario ubicado a pocos metros del Parlament, desde el que se ha dirigido a cientos de sus seguidores. Ha sido después de bajarse del escenario cuando ha desaparecido: mientras los diputados de Junts y sus colaboradores entraban al edificio, nadie era capaz de ubicar al expresident.
Un plan “perfecto”
Finalmente, os colaboradores de Puigdemont abandonaron el Parlament: su abogado Gonzalo Boye, su jefe de oficina Josep Lluís Alay y el empresario Jami Matamala.
Después, el abogado Jordi Cabré, del equipo de defensa de Puigdemont, ha afirmado que el plan que habían ideado para su retorno ha salido “perfecto” y que el objetivo del político catalán no era “hacerse detener ni boicotear ninguna sesión de investidura”. En una entrevista de ElNacional.cat recogida por Europa Press, ha dicho que la finalidad del expresidente era “ejercer su derecho como diputado electo” en el Parlament y ha añadido que aún lo mantiene.
Al preguntársele por el paradero de Puigdemont, ha respondido que lo desconoce y que no sabe si se dará a conocer en las próximas horas, pero ha celebrado que hasta el momento el resultado de lo planeado “ha sido perfecto”. “Hemos sufrido mucho hasta cinco minutos antes de que llegara el presidente. Por tanto, puedo decir que la montaña escalada durante la mañana ha sido fuerte”, ha explicado Cabré.