Alarma en los Mossos d'Esquadra por el aumento de investigaciones de delitos de odio cometidas por menores de edad. Un 19% de los investigados por delitos de odio en Catalunya durante 2021 tenían menos de 18 años, una cifra que ha puesto “en alerta” a la policía autonómica, en palabras de su portavoz, la inspectora Montserrat Escudé.
Por primera vez los Mossos d'Esquadra han presentado su propio balance sobre delitos de odio, datos que habitualmente facilita la Fiscalía a través de sus memorias anuales. La cifra de menores investigados y detenidos lleva a la policía catalana a querer potenciar los programas de formación entre alumnos de ESO para lograr que afloren las denuncias por este tipo de delitos.
Los detalles de las investigaciones sobre menores siguen el mismo patrón que las cifras generales de delitos de odio. Así, ha mantenido Escudé, tanto en menores como en adultos la mayoría de denuncias versan sobre discriminaciones LGTBIfóbicas (44% del total de denuncias por delito de odio el año pasado), seguidas de las xenófobas y racistas (28%) y las de orientación política (20%).
“No se tienen que naturalizar las conductas discriminatorias en los menores de edad”, ha destacado Escudé, que ha añadido que este tipo de discriminaciones generan una “victimización muy importante” no solo en las personas concretas que las sufren, sino también en el conjunto de colectivos afectados. Escudé ha remarcado que entre menores no abundan las lesiones físicas, sino que las conductas discriminatorias se centran en insultos o vejaciones, en muchas ocasiones fuera del recinto escolar.
Para paliar esta situación los Mossos han puesto en marcha un programa para formar a 190 alumnos de ESO de 37 escuelas de Catalunya para que les hagan de enlace entre los alumnos acosados y la oficina de delitos de odio. El objetivo, ha explicado Escudé, es que los menores expliquen a otro compañero la discriminación, ya que en muchas ocasiones el miedo les impide trasladar la denuncia no ya a la policía, sino a un maestro o a cualquier otro adulto.
A nivel global, los delitos de odio investigados en 2021 en Catalunya descendieron levemente respecto a las cifras de antes de la pandemia: fueron 496 en 2021 por 524 en 2019. El año pasado los Mossos arrestaron a 116 personas por delitos de odio y 446 quedaron investigadas. De estas, 30 eran niños de entre 10 y 13 años, y otras 56 adolescentes entre los 14 y los 17 años.
Otro dato que preocupa a la policía es el aumento “exponencial” de los delitos de odio relacionados con la LGTBI-fobia. En el 2016 fueron 62 y cinco años más tarde se registran 215, más del triple. Los Mossos creen que este crecimiento no se debe a que ahora se den más agresiones sino a que las entidades del colectivo LGTBI han hecho “muy buen trabajo” para que las víctimas se atrevan a denunciar, lo que ha permitido visibilizar la cifra sumergida de delitos (las discriminaciones que ocurren pero no se denuncian).
Escudé ha expuesto que los agresores LGTBIfóbicos no son grupos que salgan “de cacería” sino individuos que suelen agredir por su cuenta en contextos de “gratuidad”. Por detrás de los ataques LGTBIfóbicos quedan los episodios de odio vinculados a discriminaciones raciales (28% del total), que se mantienen estables en la media de los últimos tres años en torno a los 135 casos (141 a 2021). Los delitos de odio infligidos por orientación política descienden notablemente, de 234 en 2019 a 104 el año pasado, y los Mossos lo achacan a la reciente suavización del contexto político catalán.
Otro motivo de preocupación para la policía autonómica es la infradenuncia. “Los datos de varias ONG nos apuntan a que hay un 80% de gente que es víctima pero no denuncia”, ha explicado Escudé, que ha remarcado que las denuncias por delitos de odio sólo suponen el 0,1% del total de las denuncias policiales en la comunidad.
Según los Mossos, los motivos para no denunciar son varios pero apuntan sobre todo a dos: que la gente no conoce los canales para hacerlo o piensan que la policía no les creerá. “La administración tiene trabajo que hacer”, ha admitido la portavoz del cuerpo. También lamenta la policía el bajo índice de denuncias sobre ataques en las redes sociales. “A nivel policial, las denuncias son mínimas”, ha ilustrado Escudé, quien cree que el problema es que la gente tiende a “minimizar” lo que ocurre en el mundo digital.