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Opinión - Lección de dignidad. Por Esther Palomera

Muere Marta Ferrusola, esposa de Jordi Pujol, a los 89 años

La mujer del expresident de la Generalitat Jordi Pujol Marta Ferrusola ha fallecido este lunes a los 89 años, ha confirmado elDiario.es. Ferrusola, mucho más que la esposa de un president, padecía la enfermedad del alzheimer desde 2018.

Hija de una pareja de botiguers del Eixample (su padre tenía una tienda de tejidos), y casada con Jordi Pujol hace más de seis décadas, Ferrusola representó el poder en la sombra durante los 23 años que su marido ocupó la presidencia de la Generalitat. Su influencia mostró que tenía incidencia política propia y, en algunos aspectos, más conservadora que la de su marido.

Marta Ferrusola fue muy influyente en la trastienda de la Generalitat. Según explica la periodista Cristina Palomar, autora del libro 'Això és una dona! Retrato no autorizado de Marta Ferrusola', la esposa del president tenía capacidad para poner y quitar consellers, pues era quien daba la última palabra a la composición de los gobiernos catalanes.

No estuvo ajena a las polémicas. Por ejemplo, cuando fundó la empresa de jardinería Hidroplant y obtuvo contratos públicos de la Generalitat. Los charcos que pisó no fueron solo económicos. También exhibió actitudes muy conservadoras, clasistas y xenófobas.

“En un bajo una mezquita, cuando ya no tengan suficiente, plantarán una en Santa Maria del Mar si hace falta. [...] Càritas les da comida y ropa, se la tienen que dar pero a alguno también le tendrían que dar el billete oara volver a casa”, afirmó en una ocasión. Después de que José Montilla fuera investido president de la Generalitat, Ferrusola manifestó al locutor Justo Molinero: “Un andaluz que tenga el nombre en castellano me molesta y mucho. Y además de hablar, tiene que hablar bien”.

Pese a sus salidas de tono, Ferrusola mantuvo siempre una arrolladora popularidad entre las bases nacionalistas catalanas que dieron mayoría tras mayoría a su marido durante casi dos décadas. Pujol y Ferrusola formaron un tándem casi imbatible que conocían todos los rincones del país.

Su refugio espiritual no era ni el Opus Dei ni el nacionalcatolicismo, sino el catolicismo popular simbolizado por el monasterio de Montserrat, escenario fundacional de Convergència en el tardofranquismo. Ferrusola también fue el apoyo esencial de su marido durante el paso de Pujol por la cárcel durante el franquismo por els 'fets del Palau', cuando le animó a no tomar el camino del exilio y contribuyó a forjar su mito entre las bases catalanistas.

Todo cambió con la confesión de su marido en 2014 de que había mantenido una herencia familiar oculta en Andorra durante toda su etapa en la presidencia de la Generalitat. El caso todavía se encuentra pendiente de juicio en la Audiencia Nacional más de tres años después de que la familia fuera procesada, a excepción de Ferrusola, que quedó exonerada por su alzheimer.

La investigación de la UDEF (muy cuestionada por las defensas del caso) desveló que los Pujol-Ferrusola obtuvieron un beneficio económico no justificado de 69 millones de euros en sus cuentas de Andorra desde 1990.

En este plan preconcebido del que habla la UDEF, dos fueron los nombres claves. Uno, el de Jordi Pujol Ferrusola El otro, el de Marta Ferrusola. “Capellán de la parroquia” y “madre superiora”, según los nombres en clave que se daban ante la banca andorrana, dirigían con firmeza un imperio económico que, según su versión, venía de una herencia del abuelo Florenci Pujol.