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Muere Mónica del Raval, símbolo de la Barcelona 'underground'

elDiario.es Catalunya

Barcelona —
4 de septiembre de 2024 17:47 h

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Ramona Coronado, conocida como Mónica del Raval, ha fallecido a los 60 años. Con su muerte se va otro de los representantes más populares del barrio más diverso de Barcelona. Ejerció la prostitución durante casi 20 años y lo contó en el documental que llevó su nombre, y tras dejar la profesión siguió paseándose por el Raval con su llamativo maquillaje y la corona que le granjearon su popularidad.

Originaria del pueblo manchego de Villamanrique, tras un paso por Madrid se instaló en Barcelona. En el Raval ha permanecido el resto de su vida, y era habitual encontrársela por los alrededores de la Filmoteca de Catalunya. Tal era su popularidad que fue invitada a guiar una exposición del Centre d'Arts Santa Mònica.

Mónica del Raval ejemplifica los contrastes y los cambios del céntrico barrio de Barcelona: su lugar de trabajo durante más de 15 años fueron las columnas de la fachada del Liceu, en la Rambla. Cuando la ópera (y lugar de reunión de las élites) cerraba, las prostitutas esperaban a los clientes frente a él. Hace unos años, el Liceu decidió instalar unas verjas para disuadir a prostitutas y personas sin hogar de hacer noche allí. 

A Mónica le gustaba mucho la música, también la clásica, y había acudido al Liceu como espectadora, según explicó ella misma en una de sus últimas apariciones públicas. Fue en Catalunya Ràdio en el año 2017. Un año después empezó a sufrir problemas de salud.

En la radio pública Mónica habló de la evolución de La Rambla con otro mítico icono del paseo barcelonés, el propietario del bar El Pinotxo, Joan Bayén, fallecido el año pasado. Lejos de la crítica de Bayén a los turistas, tan compartida por miles de barceloneses, Mónica contó su propia experiencia: “Yo qué quieres que te diga, a mí los turistas no me molestan. Cuando trabajaba en la prostitución, pagaban de lo mejor y con modales mejor que nadie”.

Ocho años antes, Mónica del Raval, que ya era conocida por su maquillaje por cualquiera que se paseara por el barrio, había ascendido a mito popular gracias al documental homónimo dirigido por Francesc Betriu. La obra, disponible en Filmin, es un retrato en el que Mónica tiene absoluto protagonismo y en el que defiende que ejerció la prostitución de forma libre y responsable. También participó en otras producciones como 'Puta y amada' y 'Nos parecía importante', de Marc Ferrer.