El proyecto municipal de Ada Colau ha recibido un duro revés en el pleno de este viernes. A falta de un año para las elecciones, Barcelona en Comú ha visto como la oposición tumbaba dos de sus propuestas estrella: la conexión del tranvía por la avenida Diagonal y la celebración de la primera multiconsulta, que debía preguntar a los barceloneses sobre la municipalización del agua.
En una sesión plenaria tensa, el Gobierno de Ada Colau ha acusado a los grupos municipales de plegarse a sus “intereses partidistas”. El rechazo a estas dos iniciativas evidencia que Barcelona en Comú se encuentra aislada a la hora de sacar adelante sus políticas y que esta va a ser la tónica durante el año que queda de mandato, antes de la carrera electoral de cara a mayo de 2019.
El primer 'no' de la jornada ha sido para la multiconsulta. Dos preguntas se sometían a votación, la de la municipalización del agua y la que proponía rebautizar la plaza Antonio López (el empresario negrero) por Idrissa Diallo. Ambas han sido descartadas por el pleno al quedarse solos Barcelona en Comú y ERC, en la primera, y los mismos con el apoyo de la CUP, en la segunda.
Una airada Colau ha acusado entonces a la oposición de dejar escapar una oportunidad histórica y de hacer el juego a Agbar, la empresa mayoritaria en la firma mixta que gestiona el agua en Barcelona, y que se vería perjudicada por una posible municipalización. “¿Por qué no se preguntan cuantos millones se ha gastado Agbar en recursos judiciales?”, ha proclamado.
Tanto Agbar como otras entidades y organismos, como la Delegación del Gobierno o la Cámara de Concesionarios y Empresas Vinculadas al Sector Público (CCIES), han presentado en los últimos meses recursos por distintas vías para impugnar tanto la multiconsulta como el Reglamento de Participación Ciudadana que la ampara.
De hecho, varios partidos de la oposición han esgrimido estos recursos para calificar de “chapuza” el proyecto de multiconsulta, a lo que Colau les ha recordado que el reglamento fue aprobado precisamente por el pleno. Partidos como PP o Ciudadanos han criticado además el coste de la multiconsulta y que solo se hayan movilizado para tramitar preguntas las entidades que consideran afines al Gobierno municipal.
La CUP, por su parte, cuyo 'no' ha sido el que más ha irritado a Barcelona en Comú, ha justificado su posicionamiento por considerar que el Ayuntamiento ya dispone de herramientas para la remunicipalización y no hace falta que la someterlo a consulta. Barcelona en Comú les ha respondido que no son ellos sino las entidades sociales, en este caso Aigua és Vida, las que han propuesto la pregunta, con lo que su rechazo y el de los demás partidos supone un “menosprecio” al trabajo de los movimientos sociales.
Así las cosas, nada hace pensar que Colau pueda dar cumplimiento al compromiso de celebrar una multiconsulta cada año a partir de 2018, una forma de potenciar la democracia directa que siempre ha mantenido como una de sus banderas. Para retomar las preguntas sobre el agua o la plaza Antonio López, así como para plantear nuevas consultas, hay que activar un proceso participativo que deben liderar las entidades sociales interesadas y que en este caso ha tardado más de tres meses, puesto que deben recoger mínimo 15.000 firmas.
ERC no cede al tranvía por la Diagonal
No habrá tampoco tranvía que circule a lo largo de toda la Diagonal de Barcelona. Al menos no empezarán las obras durante esta legislatura. El Gobierno de Ada Colau, con el único apoyo del PSC, ha perdido la votación que debía dar el visto bueno a la conexión de esta infraestructura por una de las principales arterias de la ciudad, un proyecto que planea sobre el consistorio desde 2004.
Barcelona en Comú no ha conseguido arrancar un 'sí' de ERC al tranvía. Aunque los republicanos llevaban las obras en su programa electoral –algo que los de Colau les han echado en cara una y otra vez–, han argumentado que el protocolo del Ayuntamiento con la Autoridad Metropolitana del Transporte (ATM), el ente que gestiona el tranvía, no es suficiente para garantizar que los beneficios que genere la infraestructura recaerán sobre las arcas públicas.
De nuevo en un debate subido de tono, Barcelona en Comú ha acusado a ERC de querer que PP, Ciudadanos o el lobby de los coches le aplaudan, a lo que estos han respondido si los insultos son su forma de convencerles del proyecto.
Desde sus inicios y hasta hoy, la explotación del tranvía en sus dos tramos –en cada punta de la Diagonal– corre a cargo de la empresa privada TRAM. El Gobierno de Ada Colau ya dejó claro que no se podía permitir retirarles la concesión, que caduca en 2032, porque costaría entre 220 y 400 millones, pero se comprometió a que los beneficios del aumento de pasajeros revertiría sobre el Ayuntamiento, que al fin y al cabo es quien pone el dinero de las obras. Este compromiso, recogido en un protocolo firmado por consistorio y ATM, es insuficiente para ERC.
Tampoco convenció a los republicanos que se redujera la propuesta inicial de obras a solo un tramo: de plaza Glòries a Passeig Sant Joan. Así, Barcelona se queda de momento sin este tramo del tranvía que apoya un 52% de la población. Colau se comprometió a que si no conseguía un consenso político suficiente lo guardaría en un cajón, con lo que nada hace pensar que esta propuesta de su programa electoral vaya reactivarse en lo que queda de legislatura.
Aparte del 'no' de ERC, la CUP ha rechazado la propuesta por motivos similares. Por su parte, PDeCAT, Ciudadanos y PP también ha votado en contra.