“Libertad presos políticos”. Esta ha sido la consigna repetida una y otra vez por las decenas de miles de personas que llenado el centro de Barcelona para pedir que salgan en libertad los nueve independentistas presos, en especial Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, que cumplen ya seis meses en Soto del Real. La asistencia ha desbordado la Avenida Paral·lel no solo con la presencia de independentistas, sino también de entidades, sindicatos y partidos que con ellos comparten el rechazo a los encarcelamientos y a la aplicación del artículo 155.
Tras la pancarta Por los derechos y las libertades, por la democracia y la cohesión, ¡os queremos en casa! han avanzado entidades habituales como Òmnium Cultural o la ANC, pero también los sindicatos CCOO y UGT, la Unió de Pagesos, la mayor federación de AMPA de Catalunya o la federación de ONG catalanas. Todas ellas agrupadas bajo el paraguas de la plataforma Espai Democràcia i Llibertat y con un discurso consensuado que ha ido más allá de la cuestión de los presos: también ha pedido que los partidos se pongan de acuerdo para formar Govern.
La de este domingo ha sido una de las movilizaciones por los presos más masivas, con una asistencia de 350.000 personas según la Guardia Urbana de Barcelona y 750.000 según los convocantes. A lo largo del último medio año se han vivido numerosas protestas en Catalunya como reacción a los encarcelamientos; una de las mayores, la que desbordó la calle Marina el 11 de noviembre de 2017, tras la primera entrada en prisión de miembros del Govern de la Generalitat.
Aparte del grito “libertad presos políticos”, el cántico que más se ha escuchado a lo largo de la manifestación ha sido el de “Puigdemont, president”. Una y otra vez lo repetía la multitud, aunque no lo han asumido como propio en la cabecera de la marcha, en la que había entidades y partidos de distintas sensibilidades. En el plano político, además de JxCat, ERC y la CUP han participado también los 'comuns', con la presencia de su coordinador Xavier Domènech y de la alcaldesa Ada Colau.
“Urgente” elegir a un president
El manifiesto redactado conjuntamente por las entidades ha servido no solo para pedir la vuelta a casa de los nueve políticos presos, sino también para reclamar a los partidos que se pongan de acuerdo para formar un Govern de forma “urgente” y sin “injerencias políticas o jurídicas” externas. Tras casi cuatro meses desde las elecciones del 21D, los organizadores consideran que hay que votar a un president para que se pueda levantar la aplicación del artículo 155, que según denuncian en el manifiesto no solo tiene efectos políticos sino también “sociales”.
En esta línea se han manifestado precisamente los sindicatos antes de empezar la marcha, conscientes de que su participación en ella se observa con lupa y que no está libre de generar tensiones en sus organizaciones. “Tenemos que recuperar un Govern que pueda desarrollar leyes necesarias, sociales, que son la primera prioridad para las personas en Catalunya”, ha proclamado Javier Pacheco, secretario general de CCOO. Camil Ros, de la UGT, ha pedido también a los partidos que se pongan de acuerdo para encontrar una “salida” a la situación.
De “extrema gravedad” las acusaciones de terrorismo
“Somos CDR, no terroristas”, se ha escuchado gritar a los asistentes cuando la lectura del manifiesto ha avanzado hasta citar las detenciones de miembros de los Comités de Defensa de la República acusados de rebelión y terrorismo (aunque luego el juez rechazo imputarlos por esos delitos). “Consideramos de extrema gravedad que se persiga por terrorismo, rebelión y sedición a los ciudadanos que han expresado su oposición a esta situación de excepcionalidad política y social, ya que sus actuaciones se han llevado a cabo bajo principios de no violencia”, resumía el texto.
Uno de los encargados de leerlo ha sido precisamente Ismael Benito, un joven que se pasó 34 días en prisión preventiva junto con un compañero suyo por participar en un piquete en la universidad durante la huelga del 29 de marzo de 2012.
Igual que en la cabecera, al término de la protesta ha habido también protagonismo para las familias de los encarcelados. La mujer de Jordi Cuixart, Txell Bonet, y el hijo de Jordi Sánchez, han sido los encargados de leer sendas cartas que han enviado los activistas desde Soto del Real. Ambos han animado a los manifestantes a mantener una “lucha” que consideran decisiva por las libertades y la democracia en Catalunya.