Las Nòvies y Oro Jondo convierten la plaça Catalunya en una rave
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La segunda noche de actuaciones del Festival de las Ideas y la Cultura se vivió (y bailó) al ritmo de la música electrónica de las Nòvies y de Oro Jondo. El dúo formado por Ari y Carlota Palà (también humorista conocida artísticamente como Charlie Pee) fue el encargado de salir primero al escenario. Desde que compartieron su pasión como DJ’s bajo el nombre de 2manyzorras, han consolidado su nuevo alter ego creando enérgicas sesiones. En la plaza Catalunya, pasaron del italodisco a algún que otro himno pop (¡viva Like a prayer y Hung up de Madonna!) a éxitos trance y música máquina.
Ari lució una camiseta que rezaba I love Barcelona y Carlota (guionista de programas como La resistencia) unas gafas de sol que no se sacó en ningún momento. Y ambas, con sus minifaldas tejanas y calcetines de media blancos, no pararon de moverse en la hora y media que duró su interpretación.
El turno fue después para Oro Jondo, quien le tenía muy bien tomadas las medidas a esta céntrica plaza, donde actúo el pasado mayo para celebrar el quinto aniversario del Centro LGTBI de Barcelona. Así que, dominando bien el terreno, Juan Sánchez Porta (así figura en el DNI) salió directamente dispuesto a ofrecer “tralla de la buena”, como le gusta decir. Y, como entonces, entre las primeras filas, la exalcaldesa Ada Colau estuvo dándolo todo.
En la pantalla, la primera proyección (homenaje) fue para la añorada Lola Flores, con sus enormes pendientes. El multidisciplinario artista lorquino mostró, una vez más, que si algo sobra en la música (bueno, en la vida misma) son los prejuicios. Y fusionó rap, reggaeton, tecnorumba… y, cómo no, bakalao. No en vano es una música que domina al dedillo tal y como demostró en Dame la gasolina, un libro a medio camino del fanzine y el ensayo ligero.
Oro Jondo es la respuesta de una generación que ha crecido viendo a Los vigilantes de la playa en un televisor con flamenca y tapete. Y en todas sus facetas siempre hay espacio para el trash, el kitsch y la psicodelia. Para muchos, su proyecto estrella es el calendario de pared que edita cada año con doce obras inéditas en las que reúne a lo más selecto del repertorio iconográfico tanto nacional como internacional. Un almanaque transgresor que sustituye al santoral diario por curiosas efemérides.
Juan Sánchez Porta (1989, Lorca) es un chico lorquino y lorquiano que actualmente vive en Madrid pero que frecuenta Barcelona desde que debutó aquí en mayo del 2023 (concretamente en la Sala Apolo). Ese mismo año, pasó por el Sònar. Y ya cuenta con fieles seguidores que anoche disfrutaron con su sesión tan ecléctica como frenética. El perreo industrial más vanguardista y otros sonidos urbanos del futuro se mezclaron con hits inmortales deconstruidos y rompepistas veraniegos que atravesó por el techno más duro y el bakalao.
En varios momentos, una pareja de bailarines sobre la tarima animó aún más al personal. De hecho, hasta él se marcó más de un perreo. Y casi todo el rato, su nombre se proyectó girando sobre sí mismo y moviéndose compulsivamente en la pantalla. “Fiestas, fiestas, fiestas, fiestas locas como estas. ¡Viva la fiesta!”, repitió una voz grabada mientras Oro Jondo agitaba las manos.
Más imágenes chocantes (o no): varios Son Goku de Dragon Ball bailando cual culturistas sexies; unicornios encabritados rodeados de extraterrestres; insistentes cuchillos voladores a modo de calidoscopio; dibujos porno hentai; una Sara Montiel maquilladísima; Bad Gyal con su boca sensual…
La voz de Patricia Manterola cantando “que el ritmo no pare, no pare, no” cobró un buen rato protagonismo, con gente del público sobre el escenario. En el tramo final, ya con la camiseta fuera, Oro Jondo logró que más gente perreara desacomplejada. Y la última imagen proyectada fue la misma que la primera: sí, la de Lola Flores. Siempre fue y será La Faraona.
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