Las actuaciones violentas dentro del marco familiar contra gays, lesbianas, transexuales y bisexuales han sufrido un repunte en los últimos seis meses, según denuncia el Observatori contra la Homòfobia de Catalunya. En su informe anual sobre el estado de la homofobia y la transfobia, el observatorio refleja que, entre enero y julio de 2013, recibieron 17 denuncias por este tipo de conductas contra personas homosexuales o transexuales.
Estas cifras contrastan con las del 2012, porque ese año no hubo ninguna denuncia de este perfil, según recalcó ayer Eugeni Rodríguez, presidente del Observatorio, quien aseguró que de este tipo de agresiones hacía tiempo que ya casi ni se hablaba. Desde el Observatorio explican que uno de los factores que está detras de este repunte es la crisis económica, que ha impelido a muchas personas a volver a su casa, donde se encontrarían con el rechazo de su familia. Esta situación tendría como consecuencia la violencia verbal o física. Según Rodríguez, incluso se debería considerar “violencia doméstica”, dado que se produce en el entorno familiar.
Los datos del primer semestre de este año recogidos en el estudio muestran también un aumento del 11% del bulling por homofobia en las escuelas por homofobia. Las mismas cifras estiman que el 71% escolares que son gays o lesbianas han sido insultados alguna vez por este motivo, y que el 34% han sufrido agresiones físicas. Para el presidente del Observatorio, en algún momento se tendrá que estudiar y abordar la reparación de estas agresiones, aunque habrá que esperar a que las personas estén en disposición de denunciar.
También se ha hablado del mobbing en el trabajo, que ha crecido otro 11%mobbing , según el oservatorio. Entre los asistentes se encontraba Alfons Toledano, que ha perdido el trabajo en Zurich Seguros por sus tendencias sexuales y que presentó una denuncia por presunta homofobia contra esta empresa.
Desde el Observatorio contra la Homofobia también se hizo publico este jueves el caso de una pareja gay a la que durante el puente de Sant Joan se le negó una habitación en un hotel de Vilanova i la Geltrú, en Barcelona, porque sólo les quedaba una habitación con una cama de matrimonio y eran dos hombres.