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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

¿Qué hubiera dicho Martin Niemöller?

Ha pasado una semana ya desde que acabó la Feria Literal, Feria de Ideas y Libros Radicales, y de la tormenta de la polémica en relación a la visita de la histórica militante palestina Leila Khaled en Barcelona. Hasta el día de hoy, las editoras y editores impulsores de la Feria habíamos querido evitar esta polémica, pero creemos que hay que reflexionar sobre la fuerte presión que hemos recibido para que no invitáramos a Khaled. Finalmente la feria fue un éxito, con más de 15.000 visitantes. La visita de Leila fue tranquila y pudo sentir el apoyo de muchas personas, colectivos e instituciones.

Sin embargo, las editoriales y el equipo de personas que impulsamos la Feria Literal nos hemos visto atacadas a diferentes niveles por querer desarrollar nuestra labor profesional, la difusión de ideas y libros de pensamiento crítico. Por todos lados hemos recibido ataques: asociaciones extremistas, opinólogos, periodistas con poco o ningún sentido deontológico de la profesión, partidos políticos con representación en el consistorio, y un triste etcétera. Por desgracia, también hemos estado acompañados de significativos silencios, por parte de otros profesionales y representantes institucionales. Esperamos que nunca tengan que recordar el famoso sermón de Martin Niemöller “¿Qué hubiera dicho Jesucristo?”, erróneamente atribuido a Bertolt Brech, donde sentencia “Ahora vienen por mí. Y no hay nadie que levante la voz”.

Y con esto abrimos la clave de la polémica. ¿Por qué invitar a Leila Khaled a venir a Barcelona? En primer lugar, para deshacer un agravio con la historia de esta ciudad. En 2008 las mismas fuerzas reaccionarias que nos han atacado lograron su objetivo de prohibir la entrada a Barcelona de Khaled. En segundo lugar, la hemos invitado por nuestro compromiso con la paz en todo y más concretamente, la paz en Palestina. Como sociedad, nos permitiremos volver a cometer el error de llamar terrorista a una de las agentes de la paz como han sido Mandela, McGuiness, Davis o Otegi en sus respectivos países? Y por último, por la aportación como testimonio literario árabe, como ya fueron Darwish o Kanafani. Nos podemos permitir el lujo de cerrar los ojos a la aportación literaria de Palestina como pueblo vecino del Mediterráneo? Nosotros ante estas dudas tenemos una respuesta: Barcelona necesita más que nunca a Leila Khaled; de hecho, necesitamos que nazcan Leilas a cada instante.

Mucha gente diferente ha defendido el que en una sociedad democrática hubiera sido el libre desarrollo de nuestras funciones sociales como activistas culturales. Podemos decir que, tras el éxito de asistencia, los y las vecinas de Barcelona y el conjunto de personas que vinieron a la feria rompieron el cerco que hemos sufrido.

Ha habido voces que decían que se tenían que retirar los recursos públicos para la feria. Hay que aclarar, sin embargo, que la feria sólo financia una parte pequeña del evento con recursos públicos. Como hemos aprendido de la gestión comunitaria, lo público es lo que es de todos, no lo que gestiona la administración. De hecho, con estos recursos y otros venidos de la autogestión (micromecenazgo, inscripciones, patrocinadores cooperativos, venta de material...) se quiere devolver al vecindario de Barcelona una parte de los recursos que ellos destinan en forma de impuestos en una actividad cultural de alta calidad, de libre acceso y de forma gratuita. La participación de este año ha sido de más de 15.000 personas y de más de 70 proyectos editoriales de aquí y de toda Europa. Son datos que ponen de manifiesto la necesidad que tenía la ciudad de un evento de estas características.

Estamos comprometidas a difundir todas las voces que nos hagan más libres y que luchen contra la desigualdad. Amantes de las libertades, no nos dejemos cohibir y defendamos los derechos y las libertades con firmeza, siempre en ofensiva hasta que no haya ni poseedores ni desposeídos.

*Autoría compartida por Jordi Panyella (Pol·len), Aida I. De Prada (Pol·len), Mar Carrera (Pol·len), Simón Vázquez (Tigre de Paper), Marc Garcés (Tigre de Paper), Arnau Carné (Tigre de Paper), José Luis Ponce (Bellaterra), Joan Carbonell (Icaria editorial), Desireé Herrera (Icaria editorial), Anna Monjo (Icaria editorial), Sergi Espinosa (Ateneu l'Harmonia)

Ha pasado una semana ya desde que acabó la Feria Literal, Feria de Ideas y Libros Radicales, y de la tormenta de la polémica en relación a la visita de la histórica militante palestina Leila Khaled en Barcelona. Hasta el día de hoy, las editoras y editores impulsores de la Feria habíamos querido evitar esta polémica, pero creemos que hay que reflexionar sobre la fuerte presión que hemos recibido para que no invitáramos a Khaled. Finalmente la feria fue un éxito, con más de 15.000 visitantes. La visita de Leila fue tranquila y pudo sentir el apoyo de muchas personas, colectivos e instituciones.

Sin embargo, las editoriales y el equipo de personas que impulsamos la Feria Literal nos hemos visto atacadas a diferentes niveles por querer desarrollar nuestra labor profesional, la difusión de ideas y libros de pensamiento crítico. Por todos lados hemos recibido ataques: asociaciones extremistas, opinólogos, periodistas con poco o ningún sentido deontológico de la profesión, partidos políticos con representación en el consistorio, y un triste etcétera. Por desgracia, también hemos estado acompañados de significativos silencios, por parte de otros profesionales y representantes institucionales. Esperamos que nunca tengan que recordar el famoso sermón de Martin Niemöller “¿Qué hubiera dicho Jesucristo?”, erróneamente atribuido a Bertolt Brech, donde sentencia “Ahora vienen por mí. Y no hay nadie que levante la voz”.