Los de Podemos están haciendo una política tan superviral que nada les dura mucho. Ni las nacionalizaciones, ni el chavismo, ni el republicanismo, ni siquiera sus eslóganes. Más hypes que el Partido X, más agresivos que el Tea Party y más alocados que la FAI, el partido circulista ya ha modificado el lema que podíamos ver en sus últimos actos de masas. Era una especie de logo como de campaña de protección contra la caries infantil que decía: “Su odio, nuestra sonrisa”. Ahora, la jefa provincial del movimiento regenerador, Gemma Ubasart, ha decidido invertir su propio lema adoptando la política del odio como forma de provocar sonrisas.“Nuestro odio, tú voto y la sonrisa general”.
La idea de convertir el primer presidente catalán investigado por “Desobediencia al Reino” en un “Zipaio eta txakurra” a través de una campaña institucional de incitación al odio no deja de ser un pensamiento insólito y quizás lo más revolucionario que ha propuesto Podemos en su historia.
Sobre todo porque Podemos no tiene ningún problema ni con los burgueses ni con la derecha. De hecho, se reúne con miembros del Ibex y alaban al Banco de Santander mientras piden audiencia al Rey y selfies al Papa. Tampoco tiene problemas con la catalanidad ya que han asegurado que nos dejarán votar enseguida que lo crean conveniente.
¿Cómo sale pues esta idea tan setentera del odio?
Pues de la detección. Ubasart dice en El Periódico que en aquella especie de Pearl Harbour etnicista y anti CUP que fue el mitin de la Vall d'Hebron, detectaron odio “in the air”. Y que, ya que a la gente le gusta odiar a Mas, pues el partido se pone a odiar, faltaría más.
Uf, menos mal. Pensaba que era odio de verdad! Es sólo odio demoscópico. Y menos mal que los poderes arácnidos de Ubasart sólo detectaron este tipo de odio. Imaginen como sería el programa electoral de Podemos del Noreste Español (aka Podem) si hubieran hecho un escrutinio más fino de las masas podemitas y hubieran detectado (es un decir) odio al moro, o al negro o al marica... Qué trabajo para reescribir una vez más el programa! O peor, imaginen que se detecta un odio a lo que llaman “burguesía catalana”. ¡Pobres miembros del Podemburó y sus familias! ¡Víctimas paradójicas de su odio auto-inducido!
De todas formas no nos agobiemos. No imagino a Ubasart odiando nadie. Ni a Galdón o Bartomeu. Son todos ellos gente bien, con estudios y con dos o tres riñones cubiertos por miembro y eso suele hacer que el odio haga gracia en campaña pero pereza desde el escaño.
Incluso pienso que todo eso del odio personal contra Mas no es ni siquiera idea suya. Los cuadros dirigentes de Podemos del Noreste Español son gente obediente. Políticos con una altísima conciencia provincial que nunca tendría una idea fuera de lo que diga la coletuda capital. No vaya a ser que a falta de programa económico, dibujo territorial, idea de país o de más mínimo proyecto cultural, hayan deducido que odiar a Mas es eso que ahora se llama un win-win de cara a los votantes de las Generales.
Me explico. Si lo odias, alegras al votante buen patriota (tanto versión bi como tricolor). Si atacas al hombre, al enemigo público transversal (el enemigo exterior que recomienda Laclau) más que adhesiones, recoges pulsiones. El odio puede acoger también al ex-votante sociata y al forobabelista principatino y entusiasma de saque a aquella parte del 15M que no entendía lo de la autodeterminación de los pueblos (excepto del griego, que mola).
Así, Podemos incorpora el odio a la cultura política catalana en un nuevo paso para hacerla homogénea a la política cortesano-platocrática madrileña. Un gran avance intelectual sin duda. Nivelón.
Imaginar a Ubasart como a Robespierre, o como una de aquellos “jóvenes bárbaros” que pedía Lerroux me genera curiosidad. ¿Cómo piensa odiar? ¿Cerrará muy fuerte los ojos? ¿Pondrá cara de mala en los platós? ¿Lo querrá matar, como Fanni Kaplán a Lenin? ¿O ordenará a los detectados del Vall d'Hebron que lo prueben?
Todo ello otra ida de tuerca del partido de los “patriotas decentes”. Su odio, nuestra media sonrisa misericordiosa.