Las encuestas son sólo encuestas. Generan mucha excitación, pero tienen la fiabilidad que tienen. Hay que recordar que ninguna de las encuestas publicadas antes de las elecciones del pasado noviembre se acercó a los resultados de las urnas. Hecho este apunte inicial, lo que deja entrever la realizada por el GESOP para El Periódico es que los partidos pequeños se comen a los grandes. Sintentizando y simplificando -con los riesgos que ello conlleva- la tendencia sería que ERC se come a CiU; ICV-EUiA, al PSC, y C's, al PP. La CUP, aunque no se come a nadie, continúa bien alimentada y mantiene el terreno alcanzado hace siete meses
En las elecciones de 2010 CiU tenía 62 diputados y el 38,3% de los votos; el PSC, 28 y 18,3%; el PP, 18 y 12,2%; ICV-EUiA, 10 y 7,3; ERC, 10 y 7%; SI, 4 y 3%, y C's, 3 y 3,2%. Dos años y medio después, según la encuesta de El Periódico, ERC tendría 40 y 24,3%; CiU, 35 y 21,4%; el PSC, 17 y 12,2%; ICV-EUiA, 16 y 12,2%; el PP, 14 y 10,2%; Cs, 13 y 10%, y la CUP 3 y 3,5%. En 2010 los partidos grandes -CiU, PSC y PPC- tenían 108 diputados, y los pequeños, 27. Ahora el mapa ha cambiado radicalmente. Los pequeños rondarían los 70 y los mayores 65. Se pueden hacer muchas sumas en clave nacional, en materia de recortes... pero esta agrupación por tamaños también resulta interesante por lo que deja entrever.
La política catalana pivota ahora sobre el eje nacional, pero a la hora de analizar la encuesta hay que ir más allá de este debate y buscar otros puntos de vista. En este terreno hay partidos que se sienten muy cómodos porque tienen las ideas muy claras y muestran coherencia, pero otros que sufren justamente por todo lo contrario, porque no saben exactamente hacia dónde deben ir.
CiU, con su apuesta soberanista, ha dejado insatisfecho a una gran parte de su electorado. A unos porque no están de acuerdo con la deriva nacionalista y a otros porque les parece que se quedan cortos. CiU se sentía cómodo jugando a la puta y la ramoneta -el 'sí pero no'- y la mayor parte de su electorado también. Pero al mover ficha se han descolocado y los efectos están siendo contudentes. Además, los recortes, que CiU se está tragando sola mientras ERC se lo mira desde cerca, así como los casos de corrupción que han afectado a diferentes miembros del partido, también les están pasando factura.
ERC hizo su gran jugada maestra no entrando en el Gobierno. De esta manera todo el desgaste de gobernar recae en CiU y además les permite jugar las cartas con tranquilidad en el debate nacional. ERC no ha variado ni una coma lo que decía antes de las elecciones respecto de lo que dice ahora. Y al mismo tiempo intenta no ensuciarse con los recortes y otras circunstancias que van afectando y desgastando el Ejecutivo de Mas. También ha ayudado a mejorar la marca la entrada de Junqueras, un político diferente básicamente porque no es visto como un político, sino como una persona que tiene una profesión -hasta hace cuatro días era profesor de universidad- y que además tiene un tono menos crispado que muchos professinal de la política.
El PSC -como CiU- no se encuentra cómodo en este terreno. El partido está dividido desde hace tiempo. Las disputas son constantes y permanentes. Y si un partido no tiene claro hacia adónde va es difícil que los ciudadanos se animen a seguirlo. Pero además no ha sabido posicionarse como el principal partido de oposición a los recortes, lo que sí está haciendo ICV. Aquí seguramente es donde más daño está haciendo este partido al PSC. Por otra parte, con respecto a la consulta, los ecosocialistas se han mostrado siempre a favor del derecho a decidir y defienden el referéndum a capa y espada. Incluso han conseguido que a nivel nacional IU les dé apoyo. Ya se verá qué deciden cuando se haga la consulta -si es que se llega a hacer algún día-, pero a diferencia de los socialistas en ICV todos abogan por hacerla, una decisión que supone una estocada para el PSC.
Ciudadanos, como ERC, es el partido que más a gusto se encuentra en este “lucha”. Tienen claro su posicionamiento desde el primer momento. El lema de campaña era constructivo: “Mejor unidos”. Además, abanderan la lucha contra la corrupción que tanto afecta a uno de sus princiaples rivales, el PPC. Tampoco les ayuda el desprecio y la falta de diálogo que muestra el Gobierno de Mariano Rajoy hacia Cataluña.
La política ha cambiado mucho en estos últimos tres años. Los partidos pequeños parece que están reaccionando mejor a las demandas de la ciudadanía que los grandes, acostumbrados estos a hacer lo que querían sin que nada les pasase factura. Por otra parte, los partidos que no han tocado poder o que lo han tocado menos son más libres que los que llevan encima años de Gobierno. Y estos parece que no piensan reaccionar: ni CiU, ni PSC ni PP están haciendo gestos importantes que indiquen lo contrario.
Como contrapunto, hay que dejar claro que son muy diferentes unas elecciones parlamentarias que un referéndum soberanista. Es muy probable que no todos los votantes de CiU votaran sí a la independencia o que no todos los del PSC votaran no.