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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

No vamos solas, estamos juntas

La semana pasada el community manager del twitter de los Mossos tuiteó:

La reacción desde el feminismo fue contundente, la respuesta de aquellos que quieren quitar hierro a la afirmación -por banalizar la violencia machista- también. Hay que sumar también los insultos de aquellos que, haciendo bandera de nuestra exageración, delatan su machismo y su voluntad de continuar en una sociedad patriarcal, donde los roles supuestamente asignados y el lenguaje utilizado no hacen más que reproducir el modelo que humildemente, pero rotundamente, queremos cambiar.

Y nos dicen que el community manager utilizó el genérico femenino para hablar como nosotras, las mujeres de la CUP-Crida Constituent. Y es la primera vez que lo vemos. Y dudamos. Tenemos la certeza de que el consejo sólo iba dirigido al 50% de la población, la débil, la agredida, la que no puede ir sola de noche.

Y nos dicen que tenemos la piel fina, que es un consejo para todas. Exageradas. Pero nosotras queremos desmontar la idea del agresor desconocido que ataca de noche y en las calles oscuras. La mayoría de asesinatos por violencia machista se dan a manos de las parejas de las mujeres agredidas, y la mayor parte de agresiones a manos de familiares y/o amigos de las mismas. Pero de eso no se habla, de lo que pasa dentro de casa. La vieja reclama que lo personal es político. Nos pueden decir pesadas, sí, queremos acabar con un lacra social, con los feminicidios que, precisamente, no son del tipo que advierte el community manager de los mossos.

Y nos dicen feminazis, que exageramos con eso del machismo. Y ni exageramos -de hecho, ¿quién decide qué es demasiado o poco?- ni nos parece aceptable homologar el feminismo al nazismo; no hacen falta explicaciones para entenderlo. Y nosotras seguimos denunciando, asesinada tras asesinada que no, que los terroristas son otros, los maltratadores. Y repetimos que la violencia y las agresiones son la cara más extrema de un modelo asumido y reproducido: el patriarcado. Y que por eso también nos manifestamos de noche, el 8 de marzo. Y que no queremos tener que recordar a nadie que la noche es nuestra. Y que queremos ser libres, y que criticarnos es impedir que rompamos las cadenas.

Y nos dicen que es un consejo que todos y todas dan a sus hijas cuando salen de noche. Y nosotras contestamos que la noche como peligro para las mujeres individualiza la responsabilidad del riesgo hacia ellas y no asume socialmente el conflicto político del patriarcado.

Y nos dicen que no vayamos solas. Y nosotras les decimos que en todo caso vamos juntas, y que no queremos pasar miedo, que quizás no imaginan cuál es la sensación que nos inoculan desde pequeñas, y como sabemos y sentimos qué puede ser la oscuridad. Pero que en todo caso, saldremos si nos da la gana, y donde más nos apetezca, que la libertad es eso y que trabajamos para que la libertad sea completa, y para esto deben trabajar los poderes públicos, para prevenir y combatir las agresiones, y esto es, incorporando la agenda feminista en sus políticas.

Y nos dicen que los Mossos hacen una gran labor y que detuvieron al violador del cúter el mismo día. Y les damos la razón. Pero también recordamos los recortes que ha habido en temas de violencia de género. Y sabemos que no es responsabilidad de los agentes, pero sí de los responsables políticos.

Y nos dicen que una diputada debería medir sus palabras y contestar habiendo reflexionado. Y les decimos que 140 caracteres no son suficientes y que por ello contestamos todas. Y les decimos que el cuerpo público debería medir también sus palabras, y actualizar sus conocimientos antes de tuitear, que para eso es un trabajador público y tiene una responsabilidad primordial en un tema tan serio como la violencia de género y las agresiones a nosotras, las mujeres. Y les decimos que los medios de comunicación son también responsables de reproducir y perpetuar ciertos estereotipos. Y que quizás tienen un pacto no escrito para no hablar más del tema, no vaya a ser que la sociedad se dé cuenta de la magnitud del problema y el community manager tenga que tuitear hablando de los agresores, del patriarcado, de sus privilegios y de todas las complicidades que lo hacen posible, y no de las mujeres víctimas, y no de nosotras.

La semana pasada el community manager del twitter de los Mossos tuiteó:

La reacción desde el feminismo fue contundente, la respuesta de aquellos que quieren quitar hierro a la afirmación -por banalizar la violencia machista- también. Hay que sumar también los insultos de aquellos que, haciendo bandera de nuestra exageración, delatan su machismo y su voluntad de continuar en una sociedad patriarcal, donde los roles supuestamente asignados y el lenguaje utilizado no hacen más que reproducir el modelo que humildemente, pero rotundamente, queremos cambiar.