El documental Nunca es tan oscuro sigue el día a día del activista por la paz Arcadi Oliveres a lo largo de los años 2011 y 2012. Años de intensas protestas callejeras, que incluyen las ocupaciones de plazas del 15M, la violenta desocupación de la plaza Catalunya por parte de los Mossos d'Esquadra o el cerco del Parlament para evitar que aprobara unos presupuestos socialmente restrictivos. Desde que se estrenó el pasado viernes, en la sala Verdi de Barcelona, el aforo se ha llenado siempre.
El equipo de la productora Únicamente severo, dirigido por Èrika Sánchez, ha acompañado a Arcadi Oliveres durante estos dos años y ha dedicado un año a editar y montar todo el material grabado. Oliveres es un hombre muy querido en el mundo activista y pacifista. Su imagen, un poco encorvada y con un andar lento y peculiar, se ha hecho habitual y entrañable por toda Catalunya.
Durante muchos años le ha costado mucho decir que no a cualquier invitación para impartir doctrina, sea donde sea. Zaragoza o Segovia, por ejemplo. Dos de los escenarios visitados durante el rodaje de Nunca es tan oscuro.
Las críticas a la economía neoliberal y al capitalismo protagonizan las intervenciones de este doctor en Economía en el documental, que no deja de lado su vertiente humana. Especialmente impactante es ver cómo discurren paralelas sus intervenciones micrófono en mano en la plaza Catalunya o en manifestaciones multitudinarias y la enfermedad de uno de sus cuatro hijos, Marcel, que muere durante la realización de 'Nunca es tan oscuro'.
A las puertas de los 70 años, este documental es un homenaje necesario a quien desde la economía y el pacifismo ha invertido su vida en la defensa de la justicia social. Presidente de Justicia y Paz durante doce años y también de la Federación Catalana de ONG por la Paz, ha puesto voz y energías a campañas como la reivindicación del 0,7% del PIB para la cooperación internacional, la oposición a la entrada de España en la OTAN, contra la guerra en Irak o por la cancelación de la deuda externa del Tercer Mundo.
Los muchos amigos que ha hecho Arcadi Oliveres a lo largo de su vida se ven tanto en las continuas muestras de cariño que recibe allí donde va como en la asistencia masiva a los primeros pases del documental.
Nunca es tan oscuro, una iniciativa de Justicia y Paz, se ha podido realizar gracias a dos procesos de micromecenazgo. La tristeza que contagia, a veces, por la soledad en que Oliveres se encuentra en su recorrer el mundo en coche, aviones y trenes o por el episodio duro de la muerte del hijo queda compensada al final cuando explica la razón de su título. “Nunca es tan oscuro como antes de salir el sol”, explica el doctor Oliveres poco antes de que acaben de transcurrir los 80 minutos de un documental de visión obligada para los que le quieran a él ya los ideales que ha defendido siempre.