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Los pactos con el PSC dinamitan la reconciliación entre ERC y Junts

Arturo Puente

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Los malos resultados que el independentismo cosechó el pasado 28 de mayo sirvieron para que los dos principales partidos, ERC y Junts, hicieran propósito de enmienda y comenzasen contactos con el objetivo de pactar en tantas instituciones como fuera posible. Pero esta voluntad ha acabado saltando por los aires esta semana, cuando ambos se han vuelto a lanzar a las trincheras para acusarse mutuamente de preferir entenderse con el PSC antes que con el otro partido independentista tanto en municipios como en diputaciones.

ERC y Junts se tiran por la cara los pactos ya suscritos en la diputación de Lleida y Tarragona, donde gobernará ERC, y en una docena de municipios, entre otros Roses, l’Ametlla de Mar o la Bisbal d’Empordà, donde Esquerra denuncia que Junts les ha descabalgado pese a haber quedado por delante para darle la alcaldía a los socialistas a cambio de entrar en su equipo de gobierno. Por su parte, el partido de Carles Puigdemont señala pactos como el suscrito por ERC en Tortosa, donde se han aliado con comuns y PSC para desbancar a la alcaldesa de Junts.

Respecto a las diputaciones, uno de los trofeos más buscados por todos los partidos, solo en Girona ERC y Junts se entenderán bajo la presidencia de los segundos, como ya ocurrió en en 2019. Pero la suma de sus votos daba para hacerlo también en las de Lleida y Tarragona.

Las versiones sobre por qué no se ha alcanzado un acuerdo no coinciden. ERC afirmó este martes en un comunicado que su prioridad era que las diputaciones fuesen gobernadas por la fuerza más votada, razón por la que pedían la presidencia de Tarragona mientras cedían la de Lleida a Junts. También afirman los republicanos que propusieron una presidencia compartida en ambas diputaciones, dos años para ERC y dos para Junts, algo que estos habrían rechazado. Sin embargo, Junts afirma que esa última era precisamente su oferta, y que serían los republicanos quienes habían dado una negativa.

Finalmente ERC acabó pactando con el PSC en las dos diputaciones en liza y se garantiza la presidencia de ambas. Los republicanos opinan además que eso no es comparable con el pacto que en 2019 suscribieron PSC y Junts en la Diputación de Barcelona, debido a que en este caso la presidencia fue para la socialista Núria Marín. Aún no se conoce cómo acabará la negociación en esta última institución, pero los socialistas ya han asegurado que desearían repetir acuerdo con los de Puigdemont.

Las alianzas son casi tan variadas como municipios han a lo ancho de la geografía catalana, pero el hecho es que, lejos de reparar la herida abierta entre los exsocios independentistas, el 28M y sus pactos ha dejado las relaciones de nuevo al borde de la ruptura. El encontronazo se ha materializado este jueves en el Parlament, durante la sesión de control al president Pere Aragonès.

“Usted dijo que quería rehacer la unidad independentista, pero su partido ha hecho lo contrario”, ha reprochado el portavoz de Junts, Albert Batet, que ha calificado a continuación a Aragonès de “president desautorizado y tutelado”. “Reflexione si vale la pena aguantar esta agonía”, ha apostillado, reclamado elecciones.

El jefe del Govern le ha respondido señalando el doble discurso, debido a que Junts también está cerrando pactos con el PSC. “Y en la Diputación de Barcelona, ¿todavía gobiernan juntos, no?”, le ha preguntado con sorna. Con ese argumento Aragonès ha considerado que para el independentismo sería mejor “no tirarse los pactos a la cabeza” y pactar allá donde sea posible.