Los ánimos de la PAH de L'Hospitalet no se contienen fácilmente. El escrache silencioso a Luis de Guindos convocado la tarde de este lunes ha estado lleno de gritos de “Sí se puede” y “Sí a la ILP, no votes al PP”. Es el tercer escrache que se llevan a cabo los actos del partido, después de uno por la mañana en Blanes –en un acto en el que participaban el ministro de Interior Jorge Fernández Díaz y la presidenta del PP catalán Alicia Sánchez Camacho– y otro el domingo en Mollet –con Sánchez Camacho y el cadidato del PP catalán a las europeas, Santi Fisas. Estos sí, silenciosos: los miembros de la PAH se limitaron a exponer con cárteles los datos relativos al derecho a la vivienda.
En L'Hospitalet, un centenar de personas se han concentrado esta tarde ante el recinto de La Farga donde el Ministro de Economía participaba en un acto con la presidenta del PP catalán y el candidato. En la puerta, ante el cordón policial, los activistas de la PAH mostraban los grandes círculos rojos, con datos sobre “el drama de la vivienda”, y verdes, con otros sobre las victorias de la PAH, mientras pasaban ante ellos varios militantes del PP. “No nos han dejado entrar porque les da miedo la democracia y no quieren ver la realidad”, ha lamentado Gala Pin, de la PAH de Barcelona.
Sin embargo, no todos se han quedado fuera. Pere, un “abuelo” habitual de las manifestaciones barcelonesas, ha pasado el cordón haciéndose pasar por un asistente al acto mientras sus conocidos le llamaban “pepero”. Dentro, cuando ha entrado De Guindos, ha levantado un pequeño cartel que decía “Culpables” y ha gritado lo mismo. En respuesta ha recibido empujones de los militantes del partido, que han acabado ocasionándole un corte en el labio.
Una pausa “por respeto”
La PAH ha desconvocado la protesta una vez el ministro ha conseguido entrar. Se planteaban seguir con los escraches en otro acto del partido en Barcelona cuando han conocido la noticia de que la presidenta de la Diputación de León, del PP, había sido asesinada a tiros. Han planteado la situación a todos los presentes y han estado de acuerdo suspender la última acción del día “por respeto”. “Que sepan que somos personas”, reivindicaba una activista.