El Parlament de Catalunya se ha gastado hasta la fecha 3,9 millones de euros en premios de jubilación a altos funcionarios. Tal como publica el periódico Ara, la cámara catalana premió a la anterior cúpula funcionarial con más de 100.000 euros de media después de años cobrando sin trabajar. La prima de jubilación se ha pagado a 71 personas de las 81 que se han jubilado en el Parlament.
Este privilegio es combinable con las licencias por edad (conocido como retiro dorado), de forma que hay 34 funcionarios que han cobrado cinco años sin trabajar y que, al jubilarse, han percibido un año extra de sueldo. Entre estos casos hay funcionarios de máximo nivel, como por ejemplo exjefes de departamento o exletrados.
El Ara explica que el Parlament ha reconocido haber pagado a cinco altos funcionarios -que ya hacía años que estaban en licencia por edad- un total de 528.425 euros de los presupuestos públicos en concepto de subsidio de jubilación. Y que también se han pagado cifras similares a cinco altos cargos más cuando se jubilaron, pero que no se habían acogido a las licencias y estaban trabajando. Es decir, que en total la cámara ha destinado casi un millón de euros (986.126) a diez funcionarios del nivel más alto en premios de jubilación.
Prima de jubilación de funcionarios
La prima de jubilación es un concepto retributivo que se abona al funcionario cuando se jubila en la edad reglamentaria y que se merita durante los años de servicios efectivamente prestados en el Parlament, según los acuerdos firmados con los representantes de los trabajadores de la cámara catalana.
El importe de la prima se adquiere de forma progresiva, según los años trabajados, y pretende compensar las características específicas de los servicios que prestan los funcionarios en la administración parlamentaria, la cual tiene unas funciones diferenciales basadas en el apoyo a la potestad legislativa, a la aprobación de los presupuestos de la Generalitat y al control e impulso de la acción política y de gobierno.
Algunas de las diferencias destacables son, por ejemplo, la plena disponibilidad para apoyar a la actividad parlamentaria e institucional ordinaria y extraordinaria, el asesoramiento en funciones legislativas, la inmediatez de las actuaciones que se tienen que realizar y la poca movilidad interna dentro de la administración parlamentaria, a causa de su dimensión más reducida. El Parlament -según el Estatuto de Autonomía- disfruta de autonomía organizativa, financiera, administrativa y disciplinaria, aprueba su reglamento, su presupuesto y fija el estatuto del personal que depende.