Los presidentes del Gobierno y de la Generalitat, Pedro Sánchez y Pere Aragonès, se han telefoneado este viernes y han mantenido una conversación de cerca de 40 minutos en la que se han emplazado a tener una primera reunión en la Moncloa a lo largo del mes de junio. La llamada se esperaba desde hacía días tras la investidura del líder de ERC y era el primer paso para una cadena de encuentros que debe culminar en una nueva reunión de la mesa de diálogo, que ambas partes quieren convocar antes del verano.
En el comunicado conjunto, tanto la Moncloa como el Palau destacan que la conversación ha sido “fluida y productiva” y ambos hacen referencia a que el principal de los temas tratados ha sido la pandemia. “Ambos han coincidido en la necesidad de ganar definitivamente la batalla al coronavirus y conseguir la reconstrucción económica, con especial referencia a los fondos Next Generation”, expresa la nota distribuida. En la misma línea, Sánchez y Aragonès muestran su coincidencia en la apuesta por superar “los retos comunes mediante el diálogo”.
Ambas partes habían proyectado la conversación telefónica de este viernes como un primer paso necesario para normalizar la relación institucional e iniciar la agenda de diálogo, que debe concretarse primero con una reunión cara a cara y sin sus respectivos equipos, tal y como hace el presidente del Gobierno con los líderes autonómicos cuando son investidos. Esta reunión además se solaparía en el tiempo con la resolución de los indultos a los presos independentistas, que desde la Moncloa prevén que puedan llegar alrededor antes del verano.
Los indultos marcan la agenda de ambos gobiernos, aunque la Generalitat trata de poner el acento en la mesa de diálogo, que desvincula de las medidas de gracia. Con todo, el president de la Generalitat ha repetido en los últimos días que, pese a la vía que defiende el independentismo es la autodeterminación y la amnistía, el Govern catalán no se opondrá a medidas que contribuyan “a aligerar el dolor”, como puede ser el perdón parcial de algunas de las penas. Por parte del Gobierno se ha esgrimido el convencimiento de que los indultos servirán para encauzar y normalizar la situación política en Catalunya.