El vicepresidente de la Generalitat y coordinador nacional de ERC, Pere Aragonès, ha asegurado este domingo que en la mesa de negociación que pide con los socialistas, para alumbrar la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno y buscar una salida al conflicto político catalán, habrá que encontrar soluciones para los líderes independentistas en prisión condenados por el juicio del 1-O.
“El fin de la represión pasa también por encontrar soluciones para aquellas personas que están condenadas de manera absolutamente injusta. Eso tendrá que estar también sobre la mesa de negociación”, ha afirmado en una entrevista de La Vanguardia recogida por Europa Press.
Aragonès sostiene que como dirigente de ERC tiene que tener la capacidad de poder interlocutar con Pedro Sánchez, por lo que mantiene contacto con él, aunque ha dicho que la negociación la hacen los equipos designados para ello.
“Cuando es necesario no hay ningún problema en hacer el contacto que haga falta”, ha afirmado, sobre su relación con Sánchez, y ha añadido que lo más importante es poder hablar; algo que cree que no tendría que ser noticia.
Ha señalado que sería muy extraño que el PSOE quiera los votos de ERC y Sánchez no hable con el coordinador nacional de la formación: “De hecho, tendría que hablar con Oriol Junqueras o Marta Rovira. Eso es entre partidos, pero lo que se tiene que restablecer es el diálogo institucional y entre presidentes y no se puede sustituir. Es una necesidad imperiosa”.
Aragonès ve fundamental constituir un diálogo entre gobiernos porque hasta ahora no ha habido dos gobiernos cara a cara “que pongan sobre la mesa propuestas para salir de este conflicto”.
Ha advertido de que desde el Govern propondrán un referéndum de autodeterminación y que se tendrá que poder discutir: “No aceptemos vetos. Hay que superar la etapa del 'a por ellos' y entrar en una fase de resolución de un conflicto político. Si no se puede hablar de todo, esta mesa no servirá”.
Por otro lado, ha defendido también que hace falta una calendarización de esa mesa, con un inicio, que no puede ir más allá de la constitución de un nuevo gobierno, y una de finalización.
“Partimos de una desconfianza. Queremos garantías sobre la metodología y validación democrática sobre lo que se acuerda. Que haya instrumentos para ratificar democráticamente el resultado de la mesa de negociación”, ha dicho.