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El periodista Alfons Quintà y su esposa, hallados muertos en su domicilio

El periodista Alfons Quintà y su esposa han sido encontrados muertos este lunes por la tarde en su domicilio de Barcelona. Los Mossos investigan la muerte de ambos, que se habría producido por disparo de escopeta, y las primeras hipótesis apuntan a que Quintà habría asesinado a su mujer y posteriormente se habría suicidado, según la Vanguardia.

La policía autonómica trabaja a estas horas en el domicilio del barrio de Les Corts para esclarecer los hechos de la muerte de ambos. La Ser informa de que los Mossos han encontrado una nota escrita por el periodista, aunque no se ha difundido el contenido.

De confirmarse la hipótesis del asesinato machista, este sería el cuarto ocurrido en las últimas 48 horas en España.

Como periodista, Alfons Quintà se dio a conocer como delegado del diario El País en Catalunya, antes de que tuviera redacción propia. En aquellos años se convirtió en el azote de Jordi Pujol, en especial porque firmó la mayor parte de crónicas que ponían en duda la salud financiera de Banca Catalana, entidad impulsada y controlada todavía por el entonces president. Por eso causó una gran sorpresa que en agosto de 1982 Quintà fuera nombrado director general de TV3, televisión que aún estaba en fase de proyecto, y el desarrollo y control de la que se disputaban el departamento de Cultura y la secretaría general de Presidencia.

Ganó Presidencia, es decir, Lluís Prenafeta, y a partir de ese momento la carrera de Quintà quedó vinculada a quién fue la mano derecha de Jordi Pujol durante un decenio. Una vez iniciadas las emisiones en la cadena autonómica, Quintà duró poco en el cargo, ya que su carácter intransigente le hizo chocar con más de una vaca sagrada del partido, en especial el sector roquista. Fue cesado en 1984, se mantuvo un tiempo en la casa en calidad de asesor y luego ejerció un tiempo de juez suplente en El Prat de Llobregat (era abogado y oficial de la marina mercante). Pero Prenafeta le rescataría unos años después para poner en marcha el diario el Observador, iniciativa movida a la sombra por el todavía todopoderoso secretario general de Presidencia que debía ser el diario convergente en castellano y que tenía el objetivo indisimulado de desbancar a La Vanguardia.

Quinta puso en marcha El Observador, pero como director no aguantó ni un año. Esta vez la despide el mismo Prenafeta ante la escasa audiencia del diario y el enorme agujero económico que estaba causando en las cuentas de la empresa editora. Fue sustituido por Enric Canals, que también había ocupado el cargo de director de TV3 poco después que él, mientras en Quintà le buscaron una salida honorable dándole una columna en el diario Avui, que más adelante dirigiría Vicent Sanchis, que había sido su subdirector en El Observador.