Jaume Asens: “El discurso de Pedro Sánchez tras la sentencia me recordó al del rey el 3 de octubre”
El candidato de los 'comuns' en las elecciones generales, Jaume Asens (Barcelona, 1972), se ha convertido en un blanco habitual del PSOE y del propio Pedro Sánchez por sus presuntas inclinaciones independentistas. “Usa una estrategia similar a la que usaba la derecha con ellos”, asegura Asens, quien prefiere describirse como “soberanista”. En esta repetición electoral, el candidato de los 'comuns' se muestra muy crítico con la posición de Sánchez, a quien acusa de estar mimetizándose con el PP. “Está usando la excusa de Catalunya para acercarse a la derecha”, asegura, tras proponer una solución que pase por la libertad de los líderes independentistas y el diálogo “sin condiciones”.
Aseguran que el PSOE ha preferido repetir unas elecciones antes a pactar un gobierno de coalición. ¿Después del 10N será diferente?
No sé si será diferente, lo que esperamos es que tomen nota de lo que pase el 10N. Sánchez cometió una gran irresponsabilidad, porque no es la gente quien se debe de adaptar a los deseos de Pedro Sánchez para que pueda dormir bien sino Sánchez quien debe asumir los deseos de la gente. Y en las últimas elecciones la gente votó acuerdo y votó multipartidismo, no votó a un partido para darle la mayoría absoluta. En democracia, y así funcionan los países europeos, cuando no tienes la mayoría tienes que llegar a acuerdos con otros.
Pero eso no pasó. Ahora tras el 10N, ¿qué elemento habrá ahora que fuerce al PSOE a aceptar ese acuerdo?
Nosotros esperamos sacar un resultado mejor del anterior o en todo caso consolidar la posición que teníamos antes, y eso será la confirmación de que la hipótesis de Sánchez al convocar las elecciones era fallida. Sánchez quiso corregir la voluntad de la ciudadanía en las últimas elecciones y creo que ha fracasado, porque los dos bloques se mantienen más o menos iguales, varían la composición interna, pero los bloques son equivalentes. Esa irresponsabilidad tiene que ver con el hecho de que Sánchez, en la anterior campaña, pidió el voto de la izquierda para impedir un gobierno de derechas, y al final todos vimos como en el debate de investidura pidió el voto de la derecha para impedir un gobierno de izquierdas con nosotros.
Si Sánchez plantea una investidura sin acuerdo de coalición o ir a unas terceras elecciones, ¿siguen descartando investirle sin pedir nada a cambio?
Hay que esperar a que se configure el Congreso con las nuevas correlaciones de fuerzas y a partir de aquí decidir cómo actuamos, creo que sería irresponsable por mi parte que aventurara el movimiento futuro ante hipótesis que no sabemos si se van a dar. En todo caso, Sánchez nos pedía un acuerdo sin estar en el gobierno, es decir, no quería que fuéramos oposición ni que fuéramos gobierno, quería que fuéramos una especie de muleta auxiliar que simplemente le aprobáramos las cosas sin ejercer de oposición. Yo creo que eso no es razonable.
Entiendo que ahora no descarta darle a Sánchez la investidura sin acuerdo de coalición.
Nosotros siempre hemos dicho que no vamos a dar ningún cheque en blanco pero tampoco vamos a hablar de líneas rojas, creo que tanto una cosa como la otra ahora mismo va en la dirección contraria a lo que espera la gente.
¿Un Gobierno donde estuviera Unidas Podemos o los 'comuns' hubiera aguantado las semanas posteriores a la sentencia?
No lo sé, pero en todo caso eso no es un argumento para no permitir la entrada en el Gobierno porque nosotros siempre dijimos que si Sánchez tenía un problema de confianza o esa confianza se rompía, siempre podía echarnos del Gobierno, o nosotros salir. El argumento de anticiparse ante un posible escenario que nadie conoce es un mal argumento, porque lo que sí sabemos es que un Gobierno de partido único nos llevó a otras elecciones y no dio la estabilidad que se buscaba.
Dice que siempre cabía la posibilidad de romper el Gobierno, pero ¿eso no hubiera sido una señal de debilidad del Estado ante lo que estaba pasando en Catalunya?
Lo que no tiene sentido es anticiparse ante un posible desencuentro que aún no se ha producido, o que quizás no se hubiera producido, porque cuando se gobierna se pactan las posiciones y se discute a la interna. Ahora estamos discutiendo en una campaña electoral, donde todo se sobredimensiona, cuando se forma parte de un Gobierno la discusión se produce dentro del Consejo de Ministros y se sale con una posición de consenso, lo cual no quiere decir que no pueda haber matices. Lo que no se puede pretender es que Podemos desaparezca, llegar a acuerdos significa asumir diferencias, y hay que aprender a cooperar entre partidos diferentes pero que tienen cosas en común.
Después de que cuatro personas perdieran el ojo en las protestas en Catalunya y de que el ministro Marlaska anunciase que condecoraría a la policía, ¿usted hubiese roto el Gobierno, de estar dentro?
En esa situación no es una decisión individual, ese tipo de decisiones se toman de forma colectiva, tendríamos que haberlo valorado en su momento. Es que a mí no me gusta hacer conjeturas, no puedo saber cómo habría actuado. Yo en todo caso habría hecho todo lo posible para que no se utilizaran estas armas que están prohibidas en Catalunya, y habría manifestado en el seno del Gobierno mi oposición al uso de esas armas. Más que nada porque creo que son de unas consecuencias lesivas enormes, no hay ningún orden público que merezca que cuatro personas pierdan el ojo, son daños irreversibles y creo que es uno de los daños más graves de todo lo que ha pasado en estos meses, más que contenedores quemados o coches quemados, que en definitiva son objetos.
En la falta de diálogo entre la Generalitat y el Gobierno, ¿quién cree que tiene más responsabilidad?
La irresponsabilidad es de ambos, pero creo que es mayor en aquel que no descuelga el teléfono y de aquel que se ríe y se mofa de su interlocutor en público, como ha hecho Pedro Sánchez. Creo que Sánchez ha desconectado emocionalmente de buena parte de la ciudadanía. El discurso que hizo cuando salió la sentencia a mí me recordó al del rey el 3 de octubre, porque después de la sentencia la sociedad catalana estaba conmocionada, el 70% según las encuestas creen que es injusta, como le pareció también injusta la actuación de la policía el 1 de octubre.
Todos sabemos lo que hizo el rey y, ¿qué hizo Sánchez? Salir y decir que la sentencia era justa. ¿Cómo puede ser justo que una mujer como Carme Forcadell, de profundas convicciones pacifistas, tenga 9 años de prisión, que es una pena más alta que para muchos casos de violación, de pederastia o de homicidio? ¿Cómo puede negarse a esa persona el indulto, como ha hecho Sánchez, cuando el PSOE ha defendido el indulto en casos de corruptos, banqueros, torturadores o del GAL?
¿Por qué cree que Sánchez ha adoptado esta actitud respecto al tema de Catalunya?
Creo que está usando la excusa de Catalunya para acercarse a la derecha. Nos parece muy irresponsable comprarle el marco argumental a la derecha reduciendo el problema de Catalunya a un problema de orden público, cuando es evidente que es de fondo político y que tiene que volver a encauzarse por vías políticas. La política debe ganar, ser útil, recuperar su función. Y eso significa que Sánchez debe dejar de subcontratar en Marchena y Marlaska la gestión de la crisis territorial. ¿Tiene alguna propuesta para Catalunya que no sea la coacción y la amenaza con el 155? Lo de Catalunya no se resolverá a golpe de porras o en los tribunales.
Para salir del bloqueo han propuesto un referéndum en el que pueda haber tres opciones. Si se pone a votación la independencia, la solución federal y mantener la autonomía, y el 40% apuesta por lo primero, el 35% por lo segundo y el 25% por lo tercero, ¿quién ha ganado?
Nosotros proponemos un acuerdo de desbloqueo que va a dos velocidades. Una primera sería un acuerdo inmediato para buscar una fórmula para conseguir la libertad de los presos, porque entendemos que sin ello no habrá normalidad democrática. En segundo lugar, apostamos por un diálogo que no tiene que ser un monólogo, que ha de ser efectivo y sin condiciones y que gire alrededor de una mesa en el Parlament y otra en el Congreso. Eso no quiere decir que renunciemos a la vía escocesa, pero pensamos que ahora mismo la correlación de fuerzas hace que esa opción sea difícilmente viable a corto plazo.
¿Cómo se llega a un acuerdo entre las formaciones políticas cuando hoy en el Parlament la mayoría de diputados apuestan por superar el marco del Estatut y otros dicen que no se puede salir de él?
Iceta dice cosas parecidas a las que decimos nosotros. Es verdad que el PSOE ha ido endureciendo su posición, haciendo renuncias de forma progresiva. Renunció a hablar de diálogo y después hemos visto cómo el federalismo y la plurinacionalidad se han convertido en un párrafo incluido en el tiempo de descuento tras las protestas del PSC. Pero Iceta ha defendido en muchas ocasiones que el marco estatutario está agotado, básicamente porque los catalanes votaron un Estatut, el de Pasqual Maragall el 2006, y el Tribunal Constitucional controlado por la derecha asumió el recurso presentado por el PP y le quitó la voz a los catalanes. El estatus político tiene que volver a consultarse a la ciudadanía, sea en forma de nuevo estatuto, de constitución catalana… Ahí es donde se tiene que discutir y hay campo de juego.
¿Cree que hay votantes potenciales de En Comú Podem que no les votaron en las últimas elecciones porque creen que Jaume Asens es independentista?
Jaume Asens es soberanista. El PSOE usa una estrategia similar a la que usaba la derecha con ellos: asimilarnos al independentismo. La derecha siempre ha construido el mantra de que el PSOE es protoindependentista y ahora el PSOE usa esta estrategia con nosotros. Todo el mundo sabe que nosotros no defendemos la independencia de Catalunya, creemos en un marco plurinacional ya sea de forma federal o confederal. Lo que ha defendido históricamente el socialismo democrático en este país y que ahora ha abandonado.
Nos hemos convertido en la opción más útil para defender el legado del socialismo en este país. El de Rafael Campalans en los años 30, Serra i Moret o la lucha antifranquista, pero también Ernest Lluch y Pasqual Maragall. Maragall defendía el federalismo asimétrico, que queda a años luz de un presidente del Gobierno que en el debate de investidura hablaba de “supuesto pueblo”. Negaba la realidad de la existencia de un pueblo cuando en la Constitución se habla de los pueblos de España.
Sánchez le citó en el debate de candidatos del lunes porque defendió a políticos fugados. ¿Le sorprendió?
Me sorprendió que lo utilizara como argumento en ese debate. Atacar el derecho de la defensa es atacar el Estado de derecho. El papel de los abogados es asesorar a quien se lo pide sobre cuáles son sus derechos, me parece que es una conquista civilizatoria elemental y criticar a los abogados por hacer su trabajo demuestra muy poca sensibilidad progresista. Queda muy lejos de lo que ha sido el PSOE. De hecho el abogado de Lluís Companys era un dirigente del partido socialista, Jiménez de Azúa.