Jordi Sànchez discrepa de ERC y rechaza que los presos formen parte de la negociación de Presupuestos
El presidente del grupo parlamentario de Junts per Catalunya (JxCat), Jordi Sànchez, ha discrepado de la estrategia mostrada por ERC y ha rechazado que los presos independentistas formen parte de la negociación para aprobar los Presupuestos del Gobierno de Pedro Sánchez.
En un artículo en 'La Vanguardia', Sànchez ha rehusado “ser moneda de cambio” en una negociación entre partidos para aprobar las cuentas. “Menos aún quiero, en mi desdicha como preso y encausado, ser intercambiado por unos cuantos votos para los Presupuestos Generales del Estados. No hicimos el referéndum del 1 de octubre para aprobar los presupuestos del Estado”, ha argumentado.
La posición de Sànchez, que lleva más de un año en prisión provisional, contrasta con lo expresado por ERC de cara a la negociación presupuestaria. Según explicó el portavoz republicano en el Congreso, Joan Tardà, Oriol Junqueras trasladó el pasado viernes a Pablo Iglesias durante su visita a Lledoners que ERC no se sentaría a negociar las cuentas si el Gobierno central no hacía un “movimiento de categoría” respecto a los presos.
El otro partido independentista necesario para aprobar las cuentas de Sánchez en el Congreso, el PDeCAT, es menos tajante que ERC en su rechazo a negociar los Presupuestos, si bien ya ha advertido de que a día de hoy no pueden apoyarlos.
Sànchez, en su artículo, niega la mayor y, de hecho, se muestra más cercano a lo expuesto por Pablo Iglesias respecto a las presiones del Gobierno a la Fiscalía. En línea con el líder de Podemos, Sànchez valora que “la visibilización ostentosa de esta demanda acabará consiguiendo el efecto contrario de lo que supuestamente busca”.
“No entiendo la razón ni comparto el hecho de pedir un gesto al Gobierno español a favor de los presos para aprobar los presupuestos de Pedro Sánchez”, ha valorado Sànchez, ya que discrepa de la petición de que haya un 'gesto' instando a la Fiscalía y a la Abogacía del Estado.
Sànchez ha considerado que la demanda de un gesto, ante “una derecha española extrema e hiperactiva, que sobreactúa diariamente acusando al Gobierno de Sánchez de ser rehén de los soberanistas”, puede provocar tres efectos que califica de no deseados: alimentar dicha gesticulación, desincentivar al Gobierno a intervenir y bloquear las posibles modificaciones de oficio de la propia Fiscalía.
“La discreción a menudo es importante, imprescindible, para alcanzar determinados objetivos”, ha advertido, si bien se ha mostrado partidario a abordar políticamente el debate sobre los Presupuestos del Estado.
Por todo ello, ha reclamado poner sobre la mesa “cuestiones políticas de calado” exigiendo a Pedro Sánchez que haga una propuesta sobre cómo desbloquear la situación política, que plantee una oferta política de diálogo y que retire los recursos que el Gobierno de Mariano Rajoy llevó al Tribunal Constitucional contra leyes del Parlament.