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Policías imputados por el 1-O alegan ante el juez que se tuvieron que “enfrentar a un muro humano” en los colegios

Un inspector jefe del 1-O (d), a la salida del juzgado

Oriol Solé Altimira

La primera ronda de declaraciones de agentes de la Policía Nacional imputados por su actuación el 1-O ha supuesto una defensa a ultranza de la intervención policial. Un inspector jefe de los antidisturbios imputado ha justificado ante el juez la actuación de sus subordinados porque los agentes “se enfrentaron a un muro humano” en los colegios que impedía la actuación de la Policía, según fuentes presentes en la declaración. Curiosamente, la misma descripción, incluida la expresión “muro humano”, que hace la Fiscalía en su escrito de acusación contra los líderes del 'procés'.

Ante el juzgado de instrucción 7 de Barcelona han empezado a declarar este martes los 24 agentes de policía investigados por lesiones a votantes el 1-O. El primero en hacerlo ha sido un subinspector de los antidisturbios que intervino en las escuelas Mediterrània y Pau Claris y que está imputado por golpear con la porra en la cara a una votante del primer colegio y lanzar por las escaleras a otra votante en el segundo, tal y como muestran los vídeos obrantes en la causa.

El subinspector ha llegado a rechazar que exista un protocolo concreto que prohíba golpear con la porra en la cara de las personas, si bien ha matizado que la práctica habitual es vigilar no aporrear partes vitales del cuerpo. De hecho, pese a los vídeos obrantes en la causa, no se ha reconocido como el agente que golpea en la cara a una votante. Otros dos agentes imputados por su actuación en el colegio Pau Claris la han definido como proporcional y han negado exceso alguno.

En el mismo sentido, el inspector jefe ha alegado que “según el nivel de acometividad” del agente actuante “se puede golpear en la cara”. Este mando, en uno de los momentos más tensos de la declaración, ha alegado que los votantes los golpearon con paraguas, a lo que el juez instructor ha respondido que estas agresiones no aparecen en los vídeos de la causa, según las mismas fuentes.

El inspector jefe ha sostenido además que el criterio utilizado en la intervención policial fue el de “celeridad” para sacar rápido de los colegios las urnas y las papeletas, y ha puesto en duda que algunos votantes sangraran debido a los porrazos, llegando a hablar, según las mismas fuentes, de “presunta sangre o pintura roja”.

Por su lado, el subinspector ha negado que lanzara por las escaleras a la mujer que lo denunció por retorcerle los dedos y tocarle los pechos. Según la versión del antidisturbios, lo que hizo fue levantar a la mujer porque vio que llevaba un objeto peligroso, que resultó ser su teléfono móvil. Asimismo, ha resaltado la actitud “agresiva” de los votantes, que, ha explicado, insultaron a los agentes y gritaron “votaremos” y “no pasarán”.

La cadena de mando

La declaración del inspector jefe agente ha encendido las alarmas a las acusaciones de los heridos y a la popular del Ayuntamiento de Barcelona, que buscan que la investigación de la causa se centre en la cadena de mando del operativo y quién dio las órdenes para cargar en los colegios. El mando ha revelado algo que no se había recogido en los informes aportados a la causa por parte de la Policía y el Ministerio del Interior a la causa: la existencia de un centro de mando al que ha llamado “jefatura de unidad de intervención”. No obstante, no ha dicho quién formaba parte de este órgano ni quién daba las órdenes.

Así, ha explicado que los mandos sobre el terreno estuvieron en contacto con este centro a lo largo del 1-O, pero no ha llegado a concretar ninguna orden exacta que recibieron sobre cómo intervenir en los colegios, ni sobre si alguien los autorizó a cargar. De hecho, sólo ha recordado una orden recibida, que fue la de retirarse después de intervenir en el tercer colegio de los siete que correspondían a su unidad, por motivos que no se le aclararon. De esta forma, en los otros cuatro centros se pudo seguir votando.

La revelación de este inspector jefe sobre un centro de mando del operativo entra en contradicción, a criterio de las acusaciones, con los informes aportados a la causa por parte de Jefatura Superior de Policía de Catalunya en los que se aseguró que no existían “registros” de comunicaciones entre los distintos mandos que intervinieron en los colegios ni entre ellos y el director del dispositivo del 1-O, el por entonces director del gabinete de coordinación y estudios de la Secretaría de Estado de Seguridad, Diego Pérez de los Cobos.

Las acusaciones reclaman que Interior investigue

“El Ministerio del Interior tiene que empezar a colaborar con la investigación y aportar ya a la causa quién formaba parte del centro de mando fantasma y qué órdenes se dieron”, ha reclamado el abogado Andrés García Berrio, del centro Irídia, que representa a varios heridos.

El teniente de alcalde de Barcelona Jaume Asens ha reclamado explícitamente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, que Interior “cese los obstáculos a la investigación”, como a su juicio muestra el canal de comunicación alternativo a la radio oficial entre los agentes y la revelación de este centro de mando. “Los agentes están encubriendo a sus superiores”, ha dicho Asens. El Ayuntamiento ha pedido este mismo martes al juez imputar a otros 24 agentes que intervinieron en el colegio Pau Claris.

Por su lado, el subinspector y los agentes rasos investigados han asegurado que no recibieron ninguna orden concreta sobre cómo intervenir en los colegios electorales de Barcelona, más allá de entrar en formación en los centros de votación para acompañar a los agentes de la brigada de información encargados de requisar el material electoral del referéndum. En otras palabras, no han concretado quién ni qué ordenes se dieron.

El subinspector sí ha hablado de reuniones previas entre los jefes de grupo y los coordinadores de núcleo de los antidisturbios, pero ha dicho que él ni los otros agentes que se alojaban en el denominado barco del 'Piolín' participaron en las mismas.

Los investigados se ha negado a contestar a las preguntas de las acusaciones de los heridos y a la popular del Ayuntamiento de Barcelona. Sólo ha respondido al fiscal y al juez y a sus defensas. Según las mismas fuentes, ha sido el instructor quien ha llevado el peso del interrogatorio, preguntando a los investigados si se reconocían en las imágenes de las cargas. Cabe recordar que el juez ha recibido respuestas evasivas en los informes policiales que ha solicitado sobre las órdenes que se dieron el 1-O.

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