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Urkullu desmiente a Mariano Rajoy y detalla su mediación entre Gobierno y Generalitat tras el 1-O

Íñigo Urkullu en el Supremo

Oriol Solé Altimira / Pedro Águeda

“No hubo ningún mediador ni nada”, proclamó este miércoles Mariano Rajoy en el Tribunal Supremo. Desde la misma silla de los testigos del Alto Tribunal, el lehendakari Iñigo Urkullu ha desmentido al expresidente del Gobierno y ha dado detalles de su labor como mediador entre el Ejecutivo central y la Generalitat en las jornadas más críticas de septiembre y octubre de 2017.

“A partir del 4 de octubre fui presentando propuestas, tanto al Govern de la Generalitat como al Gobierno. Hasta cuatro o cinco, hasta llegar al 27 de octubre”, ha rememorado Urkullu este jueves. Las propuestas pasaban, ha explicado, por generar en primer lugar un espacio de distensión entre los dos Ejecutivos que permitiera a tres representantes de Generalitat y Gobierno “dialogar” durante tres meses. Las premisas para poder empezar eran que no se proclamara la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) ni se aprobara el artículo 155.

En este sentido, Urkullu ha destacado que el expresident de Carles Puigdemont compartía su rechazo a la vía unilateral y su apoyo a la “vía de la bilateralidad” y el acuerdo entre Gobierno y Generalitat. Ha afirmado incluso que el expresident “no tenía deseo de proceder a la Declaración Unilateral de Independencia”.

Y ha revelado además que la tensión interna en el independentismo fue lo que llevó a Puigdemont a desdecirse del acuerdo para convocar elecciones anticipadas el 27 de octubre y llevar la DUI al Parlament. “Puigdemont me comunicó que lamentaba no poder convocar elecciones porque las personas que estaban en plaza Sant Jaume se le estaban rebelando y por la presión en el grupo parlamentario de Junts pel Sí”, ha recordado el lehendakari. Las célebres 155 monedas de plata que tuiteó Gabriel Rufían planeaban en el salón de actos del Tribunal Supremo.

Respecto a Rajoy, Urkullu ha explicado que hablaron el 21 de septiembre, un día después del registro a la conselleria de Economía, y le trasladó su preocupación porque la situación “se fuera de las manos”. Según su versión, el entonces presidente le mostró su compromiso de que desde entonces la actuación de las fuerzas dependientes del Gobierno “sería de la máxima delicadeza posible”. Diez después se sucederían las cargas policiales del 1-O en los colegios electorales.

Al contrario que el expresidente, Urkullu ha precisado fechas e incluso la hora de las conversaciones que mantuvo con Carles Puigdemont, Soraya Sáenz de Santamaría y Mariano Rajoy. Empezaron el 19 de junio de 2017, cuando Puigdemont le pidió “intervenir para conducirnos a una solución pactada” ante la situación de “bloqueo absoluto” entre ambos ejecutivos. El mismo día, explica Urkullu, le trasladó el encuentro con Puigdemont a la entonces vicepresidenta Sáenz de Santamaría en la sala de autoridades del aeropuerto del Prat, y le pidió que se lo comunicara a Rajoy.

Urkullu también ha revelado que el conseller Vila le había trasladado una conversación con el ministro entonces de Justicia Rafael Catalá y que éste le había pedido que “intercediera” ante el presidente del Gobierno español.

Si bien ha dicho que, al contrario de la Generalitat, el Gobierno no solicitó una labor de “mediación”, Urkullu sí ha destacado que el Ejecutivo de Rajoy “tenía actitud de querer ser informado, escuchado y prestaba atención”. Respecto al 155, Urkullu ha explicado que tuvo “la intuición de que el presidente no era muy dado a la aplicación del 155”, pero ha matizado que nunca recibió un compromiso o “una respuesta precisa” de que no se aprobaría el artículo que suspendió la autonomía de Catalunya.

Y es que según Urkullu, de haber convocado Puigdemont elecciones, PP y PSOE podrían haber acordado no aplicar el 155 aún habiéndolo aprobado formalmente en el Senado. “Pero no hubo una respuesta taxativa en este sentido por parte del Gobierno español”, ha reconocido. Lo demás ya es historia.

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