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El acuerdo de la UE afianza el plan del Gobierno de aprobar los Presupuestos con sus socios de investidura sin renunciar a Ciudadanos

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias conversan en el Congreso durante un Pleno para debatir la prórroga del estado de alarma.

Irene Castro / Aitor Riveiro

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Pedro Sánchez recordará esta como una de las mejores semanas desde que llegó al Palacio de la Moncloa. El acuerdo del Consejo Europeo para el reparto de los fondos de reconstrucción supone un espaldarazo para el Gobierno, que rezuma optimismo. Los 140.000 millones de euros, aunque se reconocen insuficientes, allanan el camino de los Presupuestos Generales de 2021 y suponen un balón de oxígeno para la coalición, al alejar el fantasma de los duros recortes sociales de la anterior crisis. Ni siquiera la que ha sido la primera derrota de PSOE y Unidas Podemos en el Congreso, el fracaso de uno de los cuatro documentos de la comisión de reconstrucción- ha empañado lo que Sánchez calificó como un “acuerdo histórico”.

La votación, sin embargo, ejemplifica el complicado camino que tiene el Ejecutivo para sacar adelante las cuentas públicas del año que viene, con los que se juega la recuperación del país y su propia continuidad. El único documento que suscitó un amplio acuerdo fue el de la UE, el más genérico. En los demás, PSOE y Unidas Podemos sufrieron para lograr una mayoría simple, que incluso se desvaneció en el dictamen social ante la imposibilidad de atraer a la derecha y el rechazo socialista a una enmienda sobre revalorización de las pensiones negociada entre Unidas Podemos y Bildu.

Los aliados de la investidura le advirtieron de que su apuesta por un pacto que incluya a Ciudadanos o al PP es arriesgado, como quedó constatado en los documentos sobre el sistema sanitario y el de reconstrucción económica, que no contaron con el apoyo de los partidos que apoyaron al Gobierno en enero.

Por eso, el plan principal para la negociación presupuestaria es reeditar la mayoría de la investidura. Es el más acorde con el acuerdo de coalición y la opción que genera menos tensiones entre los dos socios del Gobierno. Esta misma semana, Pablo Iglesias advertía de que Unidas Podemos es “incompatible” tanto con el PP como con Ciudadanos, más allá de acuerdos puntuales.

La preferencia por esa alianza es el sentir mayoritario en el Consejo de Ministros. La vicepresidenta primera, Carmen Calvo, aseguraba en una reciente entrevista con eldiario.es que el Gobierno es “progresista” y “se apoya en los partidos progresistas de la Cámara”.

Pero en el Ejecutivo no pierden de vista la volatilidad en Catalunya y el efecto que puede causar sobre ERC una convocatoria electoral que está en el aire. Sus 13 votos son fundamentales, como ya quedó de manifiesto en 2019, cuando su apoyo a las enmiendas a la totalidad hizo decaer el proyecto de presupuestos y llevó a Sánchez a disolver las Cortes y convocar a los españoles a las urnas. 

Por eso, existe el plan b de Ciudadanos, con cuyos 10 escaños podría salvarse el proyecto. “Las sacaremos con quien podamos”, resume un destacado miembro del ala socialista del Gabinete de Sánchez sobre las cuentas de 2021. La frase recuerda a la que ya lanzó desde la tribuna del Congreso la portavoz del PSOE, Adriana Lastra, a Gabriel Rufián durante el debate de una de las prórrogas del estado de alarma que los independentistas rechazaron: “Le dije que para el Gobierno no había nada más importante que sacar la prórroga del estado de alarma. Usted dijo que para ERC era imposible votar que . Lo demás, son matemáticas”.

Sin amplios consensos para la reconstrucción

Moncloa quería un gran acuerdo con amplios consensos de cara a la reconstrucción. De hecho, el Gobierno vinculaba las conclusiones de la comisión parlamentaria al posterior apoyo a los presupuestos, que tendrían que basarse en ellas. Pese a no lograrlo, la parte socialista del Gobierno ha incluido al PP en sus llamamientos a apoyar las cuentas del año que viene. “El interés de este Ejecutivo es que justamente se singularice la situación actual del país, y que todos seamos conscientes de que nos encontramos en una coyuntura que no se parece en nada a las que veníamos atravesando justamente antes de la pandemia y que requiere la generosidad y el concurso del conjunto de las formaciones políticas. Y vuelvo a reiterar el compromiso de este Ejecutivo para que no existan excusas por parte de ninguna formación política al objeto de sentirse invitada, llamada, a participar tanto del pacto de reconstrucción como de la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado”, expresó el martes la portavoz, María Jesús Montero.

Ese llamamiento se topa con el rechazo absoluto de la otra parte del Gobierno. “Un Ejecutivo en el que esté Unidas Podemos es incompatible con acuerdos en cuestiones trascendentales de los Presupuestos con quien está gobernando con la ultraderecha en Madrid, Murcia o Andalucía”, avisó el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, en respuesta a los llamamientos de los de Sánchez al PP y su acercamiento a Ciudadanos. “Creo que es evidente que rearmaremos la mayoría de la investidura”, remató.

El aviso se reiteró este viernes tras la reunión del Consejo de Coordinación de Podemos. “No va a ser posible”, señaló el coportavoz de la ejecutiva, Rafael Mayoral, ante los medios. “Sabemos cuál es el proyecto del PP contra las crisis, con devaluaciones salariales, recortes en derechos laborales, recortes sociales y amnistías fiscales. Ciudadanos tiene un planteamiento fiscal muy similar. No vemos dónde están esos encajes para llegar a acuerdos con quienes llevan en su programa recortes en Sanidad, Educación o en los derechos de las mayorías trabajadoras”, añadió. Para zanjar, sobre el pacto de coalición: “Los pactos están para cumplirse”.

Con todo, en Unidas Podemos son conscientes de que la prioridad es aprobar los Presupuestos y garantizar la continuidad del Gobierno. De momento, eso sí, no se plantean la opción de que ERC se caiga del acuerdo y se vean obligados a recurrir a Ciudadanos.

Pero las advertencias al PSOE no llegan solo desde la propia mesa del Consejo de Ministros. En las últimas semanas se han multiplicado las que proceden de los grupos que facilitaron la formación de Gobierno. El PNV, que es pieza clave en el puzle dado que su apoyo es imprescindible tanto si Sánchez se decanta por Ciudadanos como si lo hace por el resto de aliados parlamentarios, ha dejado patente su malestar con las formas de Moncloa. 

“No puede pensar que va a tener Presupuestos Generales mientras a los demás nos deja in albis y no podemos contar con los datos para ir preparar toda la senda presupuestaria”, avisó Aitor Esteban a Sánchez en la última sesión de control, en la que reclamó la convocatoria de una comisión bilateral del concierto económico para establecer los límites de déficit y deuda para las administraciones vascas. “No se moleste en llamar a nuestra puerta para conseguir más acuerdos, cumplamos primero lo pactado”, remató el portavoz del PNV. 

Esteban también advirtió durante el debate de los dictámenes de la comisión de reconstrucción que su rechazo a los documentos que no apoyó se debía a las medidas “recentralizadoras” que, en su opinión, se incluían. Entre ellas destaca la creación de un Centro Estatal de Salud Pública y Calidad Asistencial, pactado por el PSOE tanto con el PP como con Ciudadanos.

En ERC se dan argumentos similares. Desde el viraje de Inés Arrimadas y su acercamiento al Gobierno durante el estado de alarma, Gabriel Rufián no ha cesado de advertir a la coalición de que los republicanos catalanes son incompatibles con los postulados liberales de Ciudadanos. El último aviso se produjo, otra vez, en el debate de la reconstrucción: “¿Alguien cree que los centenares de millones de la UE son gratis? ¿Nadie puede llegar a pensar que todo esto tiene una contrapartida? Nosotros lo sospechamos. La contrapartida puede ser la siguiente: recortes en los Presupuestos. Y todo el mundo puede llegar a pensar que es mucho más sencillo negociar recortes en los presupuestos con Ciudadanos que con ERC. He aquí la presencia de Ciudadanos en la ecuación”. “Esperamos no tener razón”, zanjó. 

Por último, EH Bildu recriminó el acercamiento que ha procurado Sánchez a las fuerzas de la bancada de la derecha. “Si esto es un preludio de lo que piensa hacer con los presupuestos, no le auguro ningún camino favorable a la mayoría social'', señaló la portavoz de la izquierda abertzale, Mertxe Aizpurua.

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