Sentado en el asiento trasero de un todo terreno, recorriendo los barrios de Badalona, Xavier García Albiol confesaba su nueva estrategia para lograr recuperar la alcaldía de su ciudad. “Hemos priorizado una campaña en positivo, transversal y moderada”, aseguraba. “El político ha de saber interpretar las necesidades de la gente y la realidad en cada momento”.
Era mayo de 2023 y faltaban pocos días para las elecciones municipales. La fórmula funcionó. Con una campaña centrada en la inseguridad en la que dejó de lado sus ataques a la inmigración, Albiol arrasó en Badalona y obtuvo más del 55% de los votos: 18 de 27 concejales, tras arañar sufragios de formaciones de izquierdas e incluso independentistas.
Un año después, Albiol parece haber apreciado un cambio en las “necesidades de la gente” y la “realidad de cada momento”. Lo descubrió volviendo en un ferry desde Ibiza hasta Barcelona el pasado lunes, cuando decidió recuperar su perfil más xenófobo.
“Han embarcado unos diez hombres marroquíes —todos con una bolsa de una entidad social— de entre 25 y 40 años, todos con teléfono, casi todos con gafas de sol, aspecto saludable, alguno incluso con un cuerpo de gym y haciéndose fotos con el signo de victoria”, tuiteó en X. “Cuando lleguen a Barcelona se repartirán por las ciudades del entorno, entre ellas supongo que Badalona. Lo que ocurra después, con casi toda seguridad, la mayoría ya lo sabemos. Esto acabará como Francia antes que después. Al tiempo.”
El PP evitó censurar el mensaje. Al tiempo que se desmarcaba del “discurso xenófobo” de Vox, la vicesecretaria de Igualdad, Conciliación y Políticas Sociales del partido, Ana Alós, respondió en rueda de prensa que en España “hay distintas circunstancias” sobre la migración y que Albiol “conoce su ciudad”. Este jueves, la secretaria general del partido, Cuca Gamarra, ha ido un paso más allá y ha decidido apoyar sin ambages el discurso: “Se viven situaciones en España que todos vemos, todos pensamos y algunos escriben”, ha asegurado.
El mensaje de Albiol es otro ejemplo de los tumbos que han dado algunos dirigentes del PP respecto a la inmigración en función del contexto social, el discurso de sus competidores y los temas que saltan a los noticieros. En un contexto de efervescencia racista veraniega marcada por Vox y el eurodiputado Alvise Pérez, el alcalde de Badalona ha optado por desempolvar su perfil más ultra del pasado.
No es la primera vez que Albiol ataca a los migrantes. En 2011, cuando logró por primera vez la vara de mando de Badalona, llevaba ya años con la población extranjera en el punto de mira con un estilo que en esa época, con una ultraderecha residual, chirriaba hasta en sectores del PP.
Todo empezó en 2007, cuando contrató a un entonces jovencísimo Iván Redondo como asesor. “Identificamos problemas de inseguridad e inmigración ilegal en los distritos clave”, recordaba Redondo en conversación telefónica hace unos años. “No se buscaba la polémica por la polémica, pero era el único tema que podía hacer subir al PP”, añadía.
Albiol, Redondo y su equipo editaron un vídeo de casi siete minutos en el que se vinculaba inmigración con inseguridad. “Quiero mostrarles la Badalona que la alcaldesa del PSC y sus socios de Gobierno no quieren que ustedes vean”, empezaba la cinta, de la que se repartieron 30.000 copias en DVD entre los vecinos de la ciudad.
Albiol se cuidaba de no poner en su boca el discurso xenófobo y lo dejaba en manos de presuntos vecinos anónimos que eran entrevistados por la calle. Mientras los ciudadanos criticaban a los migrantes, en las imágenes se veían extranjeros con música oriental de fondo. El escándalo que generó el vídeo dio a conocer al candidato del PP en todo el país.
Pocos años después, en 2010, repartió un tríptico que vinculaba a los gitanos rumanos con la delincuencia que le valió una imputación por incitar al odio y a la discriminación que acabó en la absolución. Antes había llegado a calificar a ese colectivo como “una plaga que sólo ha venido a delinquir”.
Finalmente, en 2011 consiguió contra todo pronóstico ser alcalde de su ciudad, el primero del PP en liderar una gran urbe, la tercera más poblada de Catalunya. Su estilo le valió el sobrenombre del “Sheriff” de Badalona: siempre mostrándose preocupado por la inseguridad y por los problemas de los vecinos, encarándose si hacía falta contra quien fuese, amparado por sus dos metros de altura.
Desde la alcaldía, Albiol volvió a mostrar su capacidad para transformarse y desplegó en su primer discurso un tono mucho más conciliador que durante la campaña. “Badalona no se gobernará desde la derecha ni desde la izquierda”, afirmó. “Hay que poner todo el esfuerzo en la mejora del entorno de los barrios con más problemas de convivencia”.
Tras una primera legislatura convulsa, con minoría en el pleno, en la que Albiol no pudo cumplir con algunas de las grandes promesas que le auparon al poder (como por ejemplo los libros de texto gratuitos para todos los alumnos de la ciudad), el alcalde se presentó a la reelección en 2015 con otra propuesta polémica, Limpiando Badalona, que volvió a polarizar el electorado entre los partidarios y detractores del regidor.
La campaña le valió decenas de críticas, pero también artículos y minutos en los noticieros de todo el país. La propuesta le permitió reeditar la victoria pero no obtener los suficientes votos para gobernar. Desde entonces Albiol se conjuró para recuperar el poder en su ciudad, con una corta etapa en la que también lideró el PP catalán con un discurso con muchos menos decibelios.
Ya en la campaña de las municipales de 2019, en un contexto muy marcado por el procés, Albiol hizo alarde de la “centralidad” e incluso criticó la aplicación del artículo 155 en Catalunya. Aseguró, en una entrevista en elDiario.es, que quería que su alcaldía fuese un “punto de unión y fraternidad” de “personas de distintos posicionamientos ideológicos”. El PP quedó primero de nuevo, pero el resto de fuerzas evitaron que fuese alcalde.
Para obtener la ansiada mayoría absoluta en 2023, Albiol contrató Xavier Domínguez, otro asesor de comunicación tradicionalmente vinculado al PSC, que le recomendó bajar el tono e intentar ir a por los votos fronterizos de otros partidos. “No quiero cambiar tu ideología, solo Badalona”, proponía en sus carteles.
El éxito de la apuesta, que le llevó a gobernar por fin en solitario Badalona, reforzó la idea que tiene Albiol de la política: el mensaje nunca debe ser el mismo y hay que adaptarse a las circunstancias, cueste lo que cueste. El alcalde de Badalona, en pleno agosto, ha considerado que lo mejor ahora es volver a mostrar su perfil más xenófobo.