Alejandro Fernández (Tarragona, 1976) preside el PP catalán desde hace poco más de dos años y por primera vez es el candidato de este partido a la presidencia de la Generalitat. Fan de Reagan, cuando se le pregunta por un político catalán al que admire cita a Francesc Cambó. Otros referentes son Cánovas del Castillo y Mateo Sagasta. A menudo le comentan que no parece del PP, algo que atribuye a una imagen “distorsionada” del partido en el que milita desde los 18 años. Fernández explica que analizar los motivos por los que al PP se le resiste tanto Catalunya daría para una tesis y apunta que en el origen está la existencia durante décadas de Convergència i Unió, que fue quien ocupó de manera hegemónica el espacio del centro derecha.
Encara la última semana de la campaña convencido de que el PP puede mejorar resultados (actualmente tiene cuatro diputados) y niega que esté en una competición con Ciudadanos y Vox. “Eso no es un rally”, argumenta para restar importancia a la posibilidad de que la extrema derecha le supere en escaños. La recta final coincide con el inicio del juicio que sentará a Luis Bárcenas en el banquillo y que deberá sentenciar sobre la presunta contabilidad en negro del PP entre 1990 y 2009.
No pone la mano en el fuego por nadie salvo por su familia. ¿Eso es porque en el PP es fácil quemársela?
Era una manera retórica de explicarme. Es porque por la condición humana a cualquier persona le puede ocurrir. Cuando me preguntaron por políticos de otras épocas yo respondí que una persona solo debería poner la mano por sus familiares más cercanos porque es una cuestión de confianza.
Pablo Casado dice tener “sospechas” de que detrás de la confesión de Bárcenas está el Gobierno, porque ha salido en plena campaña electoral de las catalanas y apunta a la fiscal Dolores Delgado. Además de sospechas, ¿tienen alguna prueba?
Creo que él se refería a la filtración y no a la confesión, y no puedo estar más de acuerdo.
¿Pero además de sospechas tienen pruebas?
Yo estoy de acuerdo con lo que ha dicho Pablo Casado, pero como lo ha dicho él debería preguntárselo a él. Una sospecha no exige prueba.
A lo mejor solo es el señor Bárcenas soltando munición para su juicio.
Merecería la pena que no se le diera más credibilidad a una persona condenada y ya en la cárcel que a otra que no ha sido ni imputada. Como mínimo que no se le dé más valor. Es de sentido común y sería razonable y me temo que hay mucha gente que está prefiriendo dar valor a la palabra de un condenado que a personas que ni siquiera han sido imputadas.
En la dirección del partido se ha explicado que ese PP al que se refiere Bárcenas ya no existe pero hay dos cargos actuales, el presidente del partido en Madrid y senador, Pío García Escudero, y el también senador Javier Arenas, que están en la lista de los que presuntamente recibieron sobresueldos. Por lo tanto, algo queda, ¿no?
No. Si nos dedicamos a hacer una caza de brujas podría ocurrir lo que ha pasado con otras personas, que fueron acusadas falsamente y después absueltas pero a las que nadie ya pudo devolver ni su cargo ni el honor. Cuidado con aceptar la idea de que personas que ni siquiera han sido imputadas, procesadas o juzgadas puedan ser consideradas corruptas. Me parecería inaceptable.
¿Piensa que el hecho de que se esté hablando de nuevo de este caso justo ahora le puede perjudicar?
Creo que la gente sabe diferenciar perfectamente el pasado del presente y del futuro. Del mismo modo que ya nadie le pregunta a Pedro Sánchez por Filesa o el GAL, es evidente que en el PP actual no queda nada de todo aquello. Y eso lo sabe todo el mundo y es evidente.
Hay mucha gente que está prefiriendo dar valor a la palabra de un condenado que a personas que ni siquiera han sido imputadas
El PP obtuvo su mejor resultado en unas elecciones autonómicas en el 2012, con 19 escaños. Ahora tienen cuatro. ¿Por qué al PP se le resiste tanto Catalunya?
Por muchas razones, lo que pasa es que eso exigiría un estudio prácticamente sociológico y ocuparía toda la entrevista.
Pero será una reflexión que ustedes se han hecho.
Son muchas razones pero son reflexiones estratégicas internas. Yo tengo mi opinión, pero también ha habido momentos en que hemos tenido resultados extraordinarios. Hemos tenido alcaldes, en Badalona, en Castelldefels y yo estuve a punto de serlo en Tarragona y ganamos unas generales en Tarragona en el 2011. Por lo tanto, el PP también ha tenido grandes resultados en Catalunya.
Dice que tiene una opinión. ¿Cuál es?
Mire, esto exigiría una tesis. Son razones que tienen que ver con cómo se ocupó el espacio del centro derecha después de la transición en Catalunya. Hay lugares donde ese espacio lo ocupó la antigua Alianza Popular y otros donde lo cubrieron partidos nacionalistas como fue aquí con Convergència i Unió. A partir de ahí, el PP partió con desventaja. Ese es el origen. Luego hay otras muchas cuestiones que me tendrían aquí hablando de ello, algo que me apasiona, pero nos quedaríamos sin entrevista.
Salvador Illa afirma que en estos 10 años todos han cometido errores. Considera que el del PSC fue no ser lo suficientemente tajantes cuando empezó el procés. ¿Ustedes asumen algún error?
He sido muy autocrítico respecto a los errores que ha cometido mi partido, entre otras cosas porque nuestros malos resultados no caen por ciencia infusa. Ahora bien, no comparto eso de que en relación al procés la culpa es un poco de todos. No, porque quien decide romper unilateralmente el marco legal, en los plenos del 6 y 7 de septiembre del 2017, de infausto recuerdo, y después hacer una declaración unilateral de independencia es el separatismo. Ahí las responsabilidades no son compartidas, son de los separatistas. Otra cosa es que el PP haya cometido errores respecto a su política catalana, algo que nunca he negado. Pero no comparto la afirmación de Illa en el caso concreto del proceso separatista.
¿Puede señalar esos errores que han cometido ustedes?
Los he repetido muchas veces. En su momento no dimos suficiente batalla al nacionalismo en el campo de las ideas hasta el punto que consiguió convertirse en hegemónico.
Se refiere al nacionalismo catalán.
Sí, porque nosotros no somos nacionalistas españoles.
¿No lo son?
No. Nosotros defendemos la nación cívica, en la que caben diversas culturas, lenguas y tradiciones. El nacionalista defiende una nación esencialista en la que solo cabe una lengua y una cultura.
Una vez un representante del PP catalán, que ya está retirado, me confesó que a veces cuando llegaban dirigentes de Madrid le venía a la cabeza aquello de ‘cuerpo a tierra que vienen los nuestros’.
No, no he tenido esa sensación. Desde que soy presidente del Partido Popular de Cataluña, cuando han venido lo hemos decidido conjuntamente. A mí que vengan excelentes gobernantes de nuestro partido, alcaldes y presidentes autonómicos a compartir su experiencia de gobierno es algo que me parece muy bien y lo defiendo.
¿Tiene que hacer mucha pedagogía para explicarles la complejidad de la política catalana y a veces también la de la sociedad?
Hay que hacer pedagogía con todo el mundo y también nos la tiene que hacer todo el mundo. No es solo a la gente que viene de fuera, también convendría con mucha gente que vive aquí en Catalunya y que está completamente manipulada por el nacionalismo.
A los partidos independentistas se les reprocha a menudo que no tienen en cuenta a esa mayoría de catalanes que no quieren la independencia. Pero ustedes que les proponen a esos cuatro de cada diez que sí que quieren separarse de España.
Que independientemente de sus sentimientos, que son legítimos, valoren la dificultad que ha tenido en la historia de España conseguir 40 años de progreso como los que vienen de la transición. Todos fuimos capaces de encontrar un marco de convivencia en el que todas las ideas pudiesen ser expresadas y romper eso por tus prejuicios es muy grave y trae consecuencias negativas en la convivencia y también en la economía. Les propongo ser capaces de recorrer el mismo camino que hemos hecho juntos. No han sido 40 años de frustración ni de humillación. Hemos sido capaces de liderar la economía de la zona euro, de formar parte de las instituciones democráticas más importantes del mundo. No se puede decir que Catalunya, una de las regiones más ricas de Europa, haya sido marginada cuando además sus gobiernos lo han pactado todo con los distintos gobiernos de España.
De la debacle que pronostican todos los sondeos para Ciudadanos, parece que el que más se va a beneficiar será Salvador Illa. ¿Por qué no consideran que el PP pueda ser una mejor alternativa que el PSC?
Eso habrá que verlo. El PP va a crecer de muchas contiendas en las que perdía, perdía y perdía. Significa que estamos recuperando espacio. Conviene recordar que cuando Ciudadanos sacó 36 diputados no eran 36 del PP que se fueron con ellos porque nosotros nunca hemos tenido 36. Por lo tanto, que cada uno piense de dónde procedían.
Eran votantes socialistas que ahora regresan al PSC.
Hay una parte que sí. Lo que ocurre es que ya no existe el voto cautivo. Es muy difícil considerar que existen los votantes de un partido en concreto. La gente cambia de partido en función de la elección. Ya no es como antes, que uno era del PP, del PSOE o de Convergència. Ahora ya no somos propietarios del voto de nadie y es algo que me parece bien.
¿Si Ciudadanos y Vox les superan, usted se replanteará seguir al frente del partido en Catalunya?
Esto no es un rally. Sería el primer dirigente que obteniendo un mejor resultado, tiene que dejar su cargo. No estoy en una competición contra otros partidos. Nuestro objetivo siempre ha sido crecer, recuperar el espacio que habíamos perdido en la anterior contienda electoral y eso está muy cerca de conseguirse. Alguien se ha inventado que esto es una competición a tres entre determinados partidos pero yo no lo contemplo así. El único 'sorpasso' que me inquieta es poder plantear una alternativa al nacionalismo en Catalunya.
¿Vox es un partido constitucionalista?
Vox es un partido nacional-populista.
Ustedes comparan el independentismo con el trumpismo. ¿Es más trumpista Laura Borràs que Santiago Abascal?
Salvini igual se hace una foto con Abascal que con una 'estelada'. Por lo tanto, queda muy claro quien es nacional-populista en España porque hay una curiosa y paradójica relación. El nacional-populismo se expresa en personas como Quim Torra, Puigdemont y también muchos de los dirigentes de Vox.
“PP, Ciudadanos y Vox hemos armonizado nuestros intereses”, afirmó Joaquín Segado, portavoz del grupo popular, durante la investidura del presidente de Murcia. En Madrid y Andalucía gobiernan gracias a Vox. ¿Por qué no les incomoda normalizar a la extrema derecha?
No creo en los cordones sanitarios. La Unión Europea y la España de las autonomías va totalmente en contra de los cordones porque se basa en el pluralismo político. Del mismo modo que cabe Podemos o la CUP, también cabe Vox en el sistema democrático europeo.
¿No podrían hacer como Angela Merkel y aislar a partidos con discursos xenófobos como es el caso de Vox?
Angela Merkel llegó a una gran coalición porque tuvo la suerte de encontrar a un partido socialista alemán mucho más responsable que el PSOE.
Pero que aquí PP y PSOE no se pongan de acuerdo no implica que haya que normalizar la extrema derecha.
Es que yo no considero que una investidura sea la normalización de la extrema derecha. Los gobiernos tienen que salir adelante porque si no estaríamos repitiendo elecciones eternamente.
El PSC quiere pactar con ERC porque es la válvula de supervivencia de Pedro Sánchez
En los últimos días han insistido en que no permitirán que Illa sea presidente. ¿Si la alternativa es que gobiernen de nuevo los independentistas tampoco le dejarán?
El candidato a la presidencia de la Generalitat hasta el día de las elecciones soy yo. Lo que no puedo aceptar es ir de comparsa de nadie. Luego respetaremos la voluntad de los catalanes en las urnas y nos sentaremos para buscar, si dan los números, un gobierno no separatista y que no sea otro tripartito. Negociar no es aceptar la imposición de alguien. Pero hay que esperar a que la gente vote y ver qué fuerza tiene cada partido.
¿Tiene la sensación que el PSC desdeña su apoyo?
Mi sensación es que ellos quieren pactar con ERC.
Ellos insisten en que no lo harán.
Sí, pero usted misma me ha preguntado por si desprecian a los demás. También decían que no en las municipales y llegaron a 40 acuerdos con ERC y la CUP. Es evidente que están mintiendo. El PSC quiere pactar con ERC porque es la válvula de supervivencia de Pedro Sánchez.
Ustedes ponen de ejemplo la gestión de la pandemia que ha hecho la presidenta Ayuso, diferente de todas las comunidades, incluidas las del PP, pero con los datos oficiales registra más víctimas que Catalunya, tanto en cifras totales como en porcentaje por cada mil habitantes, 1,88 por cada mil en Madrid y 1,24 aquí. ¿Con estos datos se puede decir que ha sido una buena gestión?
Lo que hemos defendido es que se permita a la gente ganarse la vida en la Comunidad de Madrid. Eso es lo que he dicho y no otra cosa. He defendido una apertura controlada de la economía como se ha hecho allí y he dicho que no se puede atribuir a la restauración, ocio y sectores similares el mayor número de contagios. Eso es peligroso e injusto. El binomio salud-economía debe equilibrarse mejor en Catalunya y en la parte económica. la comunidad de Madrid lo ha hecho mejor que la de Catalunya. No soy el único que lo defiende porque también lo han defendido el señor Oriol Mitjà y el señor Joan Canadell.
¿Oriol Mitjà y Joan Canadell son referentes suyos?
No, no son referentes ideológicos, pero la opinión de que en materia económica Madrid lo ha hecho mejor que Catalunya es una percepción muy extendida y que va más allá de dirigentes del PP.
Lo que pasa es que según las estimaciones de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF) que se han conocido esta semana, Madrid habría crecido en el cuarto trimestre, es decir durante la segunda y parte de la tercera ola, un 0,5% con todo abierto mientras que Catalunya lo habría hecho un 0,7% con casi todo cerrado.
Eso pregúnteselo a los hosteleros catalanes que se manifiestan masivamente pidiendo que aquí haya una política económica como la que se está desarrollando en la Comunidad de Madrid, con carteles incluso defendiendo a Ayuso.
Este viernes, en la entrevista a Laura Borràs, nos dijo que ella es más de izquierdas que Salvador Illa. ¿Está de acuerdo?
Con el debido respeto para la señora Borràs me importa un pimiento cómo se autodefina ideológicamente. Ella tiene derecho a definirse como considere oportuno.
Se lo pregunto porque parece que en Catalunya ya no quedan casi partidos de derechas porque solo ustedes y un poco el PDeCAT se reconocen de esta manera. Da la sensación que en esta campaña todo el mundo quiera ser de izquierdas.
Eso es lo que está detrás de algunos ataques a la propiedad privada, la libertad educativa y a la economía de Catalunya que más han deteriorado la calidad de vida de los catalanes. Lo que da equilibrio a las sociedades es que haya alternancia, que exista el centro-izquierda y el centro-derecha, eso es lo que ha traído el progreso en Europa. Por desgracia en Catalunya solamente hay extremismo izquierdista en el Gobierno. No es lo que ha pasado tradicionalmente en la historia de Catalunya, donde siempre ha habido una colaboración muy intensa entre lo público y lo privado.
¿El castellano está perseguido en la escuela catalana?
Hay que elegir muy bien los términos. No creo que ninguna lengua esté en peligro, entre otras cosas porque no lo sabemos. En la historia de la humanidad, todas las lenguas aparecen y desaparecen. Quedan en los escritos. Si eso ocurrirá dentro de 2.000 o 3.000 años yo no lo sé.
La premio Nobel Louise Glück tiene escrito que una lengua muere porque no necesita ser hablada.
No sé si es por eso. Pero a mí esta especie de agonía me parece un poco absurda porque no sabemos si va a desaparecer o no. Del mismo modo que la cuestión no es si se persigue o no una lengua sino si se garantizan los derechos lingüísticos de las personas. Esto es lo que marcan las sentencias. Si te dicen que el sistema catalán debe ser de conjunción lingüística y que al menos el 25% de las horas lectivas deben ser en una de las dos lenguas oficiales, ¿qué problema hay? Lo que defiendo es que se cumpla la ley y que los alumnos tengan garantizados sus derechos.