Artur Mas mantiene la confianza en el extesorero de CDC acusado en el caso Palau y evita asumir responsabilidades
Artur Mas, expresident de Catalunya y actual presidente del PDECat –la antigua Convergència–, ha vuelto este miércoles al Parlament, la que fue su casa durante dos décadas. La comisión de Asuntos Institucionales le esperaba para escuchar sus explicaciones sobre las nuevas revelaciones en torno a los casos de corrupción que han surgido desde octubre de 2015, fecha en la que Mas compareció ante la Cámara por el mismo motivo. Las nuevas explicaciones, sin embargo, no han llegado.
El máximo dirigente del PDECat ha circunscrito su comparecencia al caso Palau de la Música, que se juzga estos días, considerando que no hay ninguna prueba nueva. Por ello, ha evitado dar nuevas respuestas. Lo que sí ha hecho es reafirmar su confianza “plena y total” en el extesorero de Convergència, Daniel Osàcar, aunque sin aceptar ninguna responsabilidad política por los hechos que se juzgan, ocurridos mientras él era el máximo responsable del partido.
Según la versión de Mas, su partido nunca ha cobrado comisiones a cambio de obra pública, tesis central de la Fiscalía en el caso Palau. Para defenderse, el expresident se ha basado en dos argumentos centrales: que las adjudicaciones de obra pública fueron correctas y que los testimonios contra su partido no tienen credibilidad. Y, para redondear los argumentos, se ha referido a la guerra política contra el independentismo descubierta por la llamada 'Operación Catalunya'.
Como prueba de lo primero ha esgrimido que no se juzgan las adjudicaciones. “No se están investigando las adjudicaciones porque saben que están bien hechas. ¿Y si no hubo trato de favor a nadie en las adjudicaciones, de qué las comisiones?”, ha zanjado Mas. En relación a lo segundo, el presidente del PDECat ha cargado contra Millet y Montull, saqueadores confesos del Palau, asegurando que su versiones no son verosímiles porque responden a un pacto con la Fiscalía para rebajar su pena.
Sin asunción de responsabilidad
Para Mas, el caso Palau, al menos en lo que respecta a Convergència, se limita a unas donaciones hechas desde el Palau de la Música hacia la fundación de su partido. “Si quieren hablamos de si estas donaciones eran correctas o no, si eran legales o no, si eran éticas o no”, ha sugerido, sin conceder ni un milímetro más.
Mas ha pasado por alto que los 600.000 euros que el Palau donó a la fundación de CDC, la Trias Fargas, son solo una de las tres vías a través de las que el fiscal Emilio Sánchez Ulled cree que se camuflaron las comisiones de Ferrovial a CDC a cambio de obra pública. Según el fiscal, 3,3 millones se entregaron en efectivo a los extesoreros convergentes, mientras que otros 2,7 corresponden a facturas falsas que pagó el Palau por servicios que en realidad se prestaron a Convergència.
Quien fuera secretario general de Convergència entre 2000 y 2012 ha evitado también asumir responsabilidades políticas por los hechos que se juzgan. Según ha esgrimido, Mas considera que ya asumió sus responsabilidades cuando renunció a la presidencia –“voluntariamente”, ha dicho– y también ha considerado que el hecho de hacer un nuevo partido, de Convergència al PDECat, es “una cierta asunción de responsabilidades” ante los catalanes.
Las declaraciones de Mas, largas pero abundando en argumentos ya conocidos, no han convencido a ninguno de los grupos de la oposición, que se han considerado no contestados. La líder de la oposición, Inés Arrimadas, ha reiterado que la pregunta que debe responder Mas es por qué las grandes empresas que ganan adjudicaciones públicas hacían donaciones a Convergència.
Preguntas sobre donaciones y adjudicaciones
En su turno, Arrimadas ha vinculado la conversión de Mas al independentismo con la explosión de casos de corrupción, entendiendo que Convergència busca un Estado nuevo es no ser juzgada por la justicia española. En la misma línea se ha referido Alejandro Fernandez, del PP, quien en una intervención eminentemente política ha considerado que Mas “ha destruido los lazos entre catalanes y españoles y entre los propios catalanes”.
Por su parte, el líder del PSC, Miquel Iceta, ha puesto el acento sobre la cuestión de las adjudicaciones, negando que sean inviolables. El socialista ha recordado que ha habido testimonios que han explicado como se podían manipular estos contratos públicos, y también empresarios han asegurado que facturaban directamente al Palau. “Para nosotros sus explicaciones, a estas alturas, no son suficientes”, ha asegurado Iceta.
“Es realmente sorprendente que usted focalice en Millet y Montull por supuestamente mentir, cuando personas de su entorno cercano han mentido en el Parlament”, le ha lanzado Lluís Rabell, de Catalunya Sí que es Pot. Para el diputado, la responsabilidad política no está dirimida, ya que cuando ocurrían los hechos que se han revelado en el juicio, Mas “o no se enteraba o lo permitía”.
Para el diputado de la CUP, Benet Salellas, la estructura política que ha gobernado Catalunya durante las décadas pasadas “tiene apariencia de mafia”. Salellas ha reclamado a Mas que no represente el proceso de autodeterminación en el ámbito internacional. “Después de todo lo que ha pasado, después de esta colisión de intereses que hemos visto, usted no ayuda a ganar un referéndum”, le ha lanzado.