Fomentar la ocupación, garantizar los derechos sociales básicos, revisar privatizaciones y grandes proyectos, auditar los entes públicos y acabar con los privilegios. Barcelona En Comú ha entrado en harina del que será su programa presentado estas cuatro líneas prioritarias para los primeros meses de mandato, un plan descrito por Ada Colau como “ambicioso pero perfectamente factible”. “Queremos que Barcelona sea un referente mundial en esta nueva forma de hacer política”, ha explicado Colau antes de dar paso a Gerardo Pisarello, la persona que se perfila como número dos en la candidatura.
Las propuestas de Barcelona En Comú están pensadas como plan de choque contra “la Barcelona de Trias” y pretenden luchar contra la desigualdad, el paro y la mercantilización mediante ideas concretas y de poco coste económico. En esta línea, la primera medida que traza la candidatura es un programa para la creación de empleo sostenible, basada en 5 sectores: rehabilitación energética de vivienda, gestión de residuos, tejido comercial de proximidad, atención y cuidado de personas y economía cooperativa. Un plan para el que se requiere una inversión de 50 millones de euros pero que Barcelona En Comú calcula que puede crear hasta 2.500 puestos de trabajo.
La segunda línea de actuación está destinada a garantizar derechos sociales, entre ellos vivienda, alimentación, suministros básicos, salud, movilidad y renta municipal complementaria. En este capítulo se reclama la cesión al ayuntamiento de los pisos vacíos, el fortalecimiento de las becas comedor, empadronamiento de todas las personas que viven en la ciudad con el objetivo de que puedan ser atendidas por el servicio de salud, o una renta municipal complementaria que garantice que todas las familias queden con ingresos por encima de los 570 euros. Según ha reconocido el número dos, la propuesta de la renta municipal complementaria es una de las que más discusión ha generado en la formación. Por ello, proponen unos criterios de empadronamiento “razonables” y siguen el modelo de la Diputación Foral de Gipuzkoa. “Nos estamos jugando no solo el presente sino el futuro de una ciudad que tiene muchos recursos y una gran red social”, ha cerrado Pisarello.
Sobre las privatizaciones y revisión de proyectos “contrarios al bien común”, la formación plantea aplicar una moratoria a la apertura de hoteles y apartamentos turísticos hasta que no haya un estudio de impacto, lo que conllevaría suspender el hotel del Deutsche Bank. Además, proponen “revisar o parar” proyectos como la Sagrera Kids, la pista de esquí de la Zona Franca, la ampliación del centro comercial La Maquinista o la externalización de escoles bressol y aparcamientos. Por último, propone discutir concesiones como la marina del Port Vell.
“Este plan tiene que ver con la idea principal que ha guiado Barcelona En Comú desde su comienzo, que es la de hacer limpieza en el ayuntamiento de Barcelona”, ha asegurado Pisarelo antes de dar paso al último bloque de propuestas destinado a “acabar con los privilegios”. Por esta razón se propone reducir salarios de los regidores y altos cargos, además de eliminar coches oficiales y dietas por la asistencia a reuniones. También se comprometen a auditar entes públicos como la Fira de Barcelona o el Consorcio de la Zona Franca, con tal de revisar las aportaciones económicas del ayuntamiento a este tipo de actividades. “Si Barcelona En Comú gobierna este ayuntamiento, las prioridades de inversión no tendrán que ver con dar más de 16 millones de euros a la Fórmula 1, como en este último mandato, ni con invertir otros 16 millones de euros en las avenidas de lujo de la ciudad”, se comprometen.
“Un plan de choque como este exige valentía política pero sabemos que no se puede llevar a cabo si la propia ciudadanía no se implica en estos cambios”, ha indicado Pisarelo a modo de resumen. Por esta razón se comprometen a crear espacios participativos para que la ciudadanía pueda participar y hacer seguimiento del cumplimiento del programa con mesas de seguimiento en cada distrito.