¿Qué diferencia a vuestra candidatura?
A nivel programático hay pocas diferencias, el programa es muy compartido y las preocupaciones son compartidas entre todos nosotros. La diferencia radica en un tema metodológico. Creemos que lo importante no es solo dónde se llega si no cómo se llega, y si Podemos está dando un discurso de democracia y participación no puedes hacer dentro una cosa distinta. En ‘Barcelona somos todos’ nuestra gran preocupación ha sido confeccionar un proyecto donde la participación sea máxima y una lista que sea lo más inclusiva posible.
Cuando dices que dentro no puede hacerse una cosa distinta del discurso de fuera, ¿es porque crees que en Podem o en otras candidaturas se está haciendo eso?
Pasa un poco, pero partiendo de que nada es perfecto. Si nos comparamos con cualquier otra formación política creo que ninguna está haciendo una primarias tan abiertas como las de Podemos, pero si se puede ser más abierto todavía. Hemos visto cómo hasta ahora los procesos se han hecho con el sistema de listas completas que, bueno, es poco deportivo. Lo que haces así es garantizar que tienes un equipo que ocupará todos los puestos y puede ser que a nivel de participación interna no sea la opción más democrática.
¿Vuestra lista no está completa?
No. Esta es una de nuestras principales propuestas. Hemos hecho una lista incompleta para que, aún en el mejor de los casos en el que nuestra lista saliera completa, se reservan puestos que deberían de salir de otras listas. Eso amplía el margen de participación. Pero además, hemos confeccionado nuestra lista abriéndola a cualquier persona inscrita en Podemos Barcelona. Convocamos a todos los que pudieran estar interesados y luego votamos en un formulario abierto. Queremos ser una alternativa al funcionamiento de la lista plancha.
¿Quién compone esta candidatura? ¿Qué perfiles hay?
Un grupo de gente nos juntamos y decidimos hacer un proyecto y una lista que englobara a todas las personas válidas que pudiera haber en Barcelona y que estuviesen interesadas, haciendo una convocatoria abierta. Por tanto, tenemos gente de todos los lados, gente que ha participado en círculos diversos. El secretario general que presentamos fue la persona más votada en aquella lista, es Toni Mateo, que lleva años trabajando con movimientos vecinales y que conoce muy bien el territorio y sus problemas.
¿Cómo crees que se ha de organizar el Consejo Ciudadano de Barcelona después?
Barcelona tiene una casuistica compleja. No es una ciudad donde haya un solo círculo, como pasa en otras, aquí casi la mitad de los barrios, más de 30, tiene un círculo propio. Por eso no se puede hacer un organismo de dirección de Barcelona que no incluya a estos barrios. Para nosotros es importante que una vez que este órgano esté confeccionado haya un diálogo directo con los círculos y que los círculos tengan un cierto ámbito de decisión en el Consejo Ciudadano. Por tanto, nuestra propuesta es que haya personas de enlace entre el círculo de barrio y el Consejo. Esto garantiza una participación más directa.
¿Crees que el funcionamiento hasta ahora ha sido demasiado vertical?
Lo cierto es que no. Se han producido verticalidades, pero no ha sido vertical de por si. Es difícil criticar un proceso en el que todo ha sido abierto y todo votado. Pero si se han producido algunas dinámicas que favorecen que las inciativas con más apoyo mediático acaben teniendo predominancia. En el momento en el que una lista tiene el aval de un nombre muy conocido tiene ventaja mediática y ventaja en el proceso. Pero no es antidemocrático, es, si se quiere, menos participativo. Como el hecho de hacer listas completas en vez de obligar a elegir a cada persona, algo que genera que todas las personas de la lista conocida tengan ventaja.
¿Piensas que estas verticalidades son intencionadas o inevitables?
¿Intencionadas? Bueno, no y sí. La horizontalidad es una de las bases de Podemos, pero hay modelos que funcionan mejor y peor. Tener un liderazgo como el de Pablo Iglesias es una ayuda clara en las elecciones. Hay que pensar que en Podemos estamos aquí para cambiar la política y para ello hay que ganar elecciones. Desde ese punto de vista, hay dinámicas verticales de liderazgo que son incluso necesarias. Pero a nivel interno se puede establecer mecanismo más inclusivos y más participativos sin sacrificar la posibilidad de ganar unas elecciones.
¿Cuál sería vuestra apuesta para las municipales? ¿Apostáis por la confluencia en Guanyem?
Creo que la idea de la confluencia es algo muy compartido por parte de todas las candidaturas. La predisposición es a hacerla, pero de momento se ha de discutir y votar, por tanto no hay nada cerrado. Nuestra apuesta es de presencia, queremos que todos los círculos de Barcelona tengan palabra sobre que tiene que pasar con Guanyem.
¿Cuáles son las prioridades de la ciudad?
Antes de todo decir que desde Podem lo que se hará es llamar a los expertos en estos temas. Todos los movimientos sociales que llevan trabajando años en estas temáticas deben ser los principales impulsores de las soluciones. Pero entrando en las problemáticas concretas, uno es sin duda los desahucios. Este es un tema grave y prioritario, que está produciendo suicidios. Además la malnutrición infantil crece, cada vez los bancos de alimentos están más llenos de familias que van a buscar cartones de leche. Después hay asuntos como el de la Barceloneta, en el que la mayoría de vecinos ya no pueden vivir en el barrio porque está totalmente vendido a los intereses turísticos.
¿Cómo os posicionáis sobre el derecho a decidir y la independencia?
Los catalanes tienen derecho a decidir, igual que todos los españoles. Pero creo que Podemos tiene una posición clarísima: se ha de poder decidir. Podemos no impulsa el sí ni el no, ni el sí-sí, ni el sí-no, ni toda esta mandanga que nos han vendido. Pero su apuesta es que los catalanes voten sobre el futuro de Catalunya.
Cuando le han preguntado a Iglesias, él se remite a un proceso constituyente en clave española, no a un referéndum en Catalunya.
Este es un asunto complejo, yo personalmente no entraría. Yo creo que se ha de decidir, pero vetar que ciertas personas voten en realidad es poco participativo. Decir que solo pueden votar los catalanes porque son catalanes… yo lo encuentro poco participativo.