Carina Mejías (Ciudadanos): “Las prestaciones sociales no pueden ser eternas”
Ciudadanos entrará por primera vez en ayuntamientos de muchos municipios del Estado, entre ellos, probablemente, el de Barcelona. ¿Qué puede aportar Ciudadanos a la política municipal?
Ciudadanos ha construido un proyecto político de ilusión y de esperanza en toda España, trabajando por la regeneración democrática, la recuperación de la ética pública, la reactivación económica y una buena relación entre el conjunto de los españoles. Yo creo que ese proyecto tiene que llegar con mucha fuerza a todos los rincones de España y Barcelona es una ciudad emblemática y muy especial. Es la capital de Catalunya, una gran capital de España y una capital de Europa. Barcelona es una ciudad con una enorme proyección en el mundo y por la que vale la pena pelear, sobre todo porque lleva unos años en suave decadencia.
En Barcelona el escenario municipal está muy abierto y se podrían formar diferentes mayorías. A priori, ¿tienen alguna inclinación para pactar o algún partido con el que no lo harían?
Una de nuestras líneas rojas es que no se utilice la ciudad como ariete del independentismo. No queremos que esta ciudad sea el decorado de escenificaciones independentistas porque creemos que tiene que seguir siendo una ciudad abierta y diversa donde todo el mundo tenga sus opiniones en un espacio de neutralidad ideológica. Y, por otra parte, tampoco vamos a pactar con ningún partido manchado por la corrupción. Por tanto, la corrupción y la independencia son dos líneas rojas que nosotros no vamos a traspasar.
Si esas son las líneas rojas, ¿quién de los dos líderes le parece que las transgrediría más, Ada Colau o Xavier Trias?
En este caso, Trias ha sido miembro de los gobiernos de Convergència en los momentos en los que la trama de corrupción desde las instituciones era una evidencia, y ahora hemos sabido que su última obra electoralista que es la de la Diagonal ha tenido un 35% de sobrecoste. Eso nos hace pensar que le tendremos que exigir un rendimiento de cuentas para saber exactamente dónde ha ido a parar ese sobrecoste. Convergència es un partido que tiene corrupción estructural y ha formado parte de una trama organizada. Eso es lo que debemos señalar primero. Pero también es cierto que en el caso de Barcelona En Comú y Ada Colau, enmascaran a las personas que han gobernado la ciudad 30 años, que es ICV, que ha gobernado con diferentes tripartitos. Ese modelo de ciudad que ahora tanto critican es en buena parte lo que ICV dejó.
¿De los cuatro años de gobierno municipales de Trias, qué es lo que menos le gusta?
El incremento de las desigualdades, por supuesto. Hemos visto cómo en Barcelona se han incrementado las desigualdades por distritos, mientras en unos se ha reducido la renta hasta un 50%, en otros ha aumentado. Esa idea de Barcelona de cohesión se ha perdido porque el gobierno de la ciudad ha estado de espaldas a las necesidades de muchos ciudadanos que han pasado por situaciones críticas, y los servicios municipales no les han atendido. Hoy por hoy hay una situación de queja contra la actuación municipal en servicios sociales porque muchos barrios han quedado olvidados.
¿Qué propone Ciudadanos para mejorar la gestión de estos servicios sociales?
Pensamos que Barcelona es una ciudad que debe generar oportunidades y empleo. Se han cerrado tres ejercicios consecutivos con superávit y por lo tanto existen suficientes recursos como para garantizar a los barceloneses unas condiciones de vida dignas. Aquellas personas que pasan por dificultades necesitan tener tres servicios básicos cubiertos: la vivienda, la renta mínima y sus comidas aseguradas. Eso pasa por que los servicios sociales detecten y atiendan con cierta rapidez. Por parte de las entidades del tercer sector se nos está diciendo que en la ciudad los servicios sociales son deficientes y que es necesaria tanto una reforma integral de los servicios sociales como una reforma integral de las ayudas, porque están dispersas y desordenadas. Este modelo gerencial de la ciudad que se organiza por distritos, cada uno con un gerente que organiza según le parece mejor, ha creado unas desigualdades entre los diferentes barrios y las ayudas no llegan a todos los sitios.
Su partido ha hablado de dejar fuera de algunos servicios sanitarios a las personas sin papeles de residencia. ¿Considera que estas personas también deberían quedar fuera de algunos servicios municipales?
Eso no es cierto. Nosotros hemos dicho que la sanidad debe ser universal en una cartera de servicios básicos, de carácter gratuito, de forma que todas aquellas personas que tengan una enfermedad de gravedad, embarazos o infancia tengan asistencia. Y después hay otra cartera de servicios que son las especialidades, que tienen un coste, y que deben estar para las personas que hayan cotizado a la Seguridad Social, que hayan pagado.
¿Para usted esto sería trasladable a algunos servicios municipales? Es decir, ¿cree conveniente limitar servicios municipales a personas que no haya cotizado con el mismo argumento?
Los servicios municipales, sobre todo los sociales que son aquellos que pueden acceder a las personas sin papeles en situación de dificultad, ahora ya tienen una fecha de caducidad. Se les da por un plazo de 6 meses y a partir de ahí tienen posibilidad de renovarlo o no. Nosotros pensamos que las prestaciones sociales no pueden ser eternas. Las personas tienen que tener garantizadas unas condiciones de vida dignas, pero eso tiene que ser temporal. A lo que tienen que aspirar los ciudadanos para su realización personal es a acceder a un puesto de trabajo que les permita desarrollarse y ser independientes. En nuestra propuesta económica hablamos de que el Estado pueda compensar a las personas que no llegan al mínimo de renta mediante impuestos negativos. Pero esto debe hacerse siempre que su situación en el país sea regular.
Sobre la gestión de la ciudad, ¿descentralizada por distritos como ahora o centralizada?
A Barcelona le hace falta un plan global, pensar en los planes de usos desde la totalidad. Lo que no se pueda hacer es ir a parches. Hace unos días me explicaban cómo en la Vila de Gràcia se han suspendido las licencias para hoteles, lo mismo en Ciutat Vella y en la Sagrada Familia. El problema es que si tú lo suspendes en Gràcia, en la calle de enfrente, que ya no es Gràcia, habrá hoteles. Esto propicia un crecimiento desordenado, y lo hemos visto con los apartamentos turísticos. Barcelona ha estado gestionada desde los distritos pero no desde el Ayuntamiento y eso ha producido grandes desequilibrios. Necesitamos un plan general de usos.
Una de sus propuesta es la creación de empleo desde el Ayuntamiento. ¿De qué se trata?
Nosotros hemos tenido noticia de que en los últimos años han estado paralizadas en el Ayuntamiento de Barcelona más de 3.000 licencias de actividad. Eso significa que se han perdido inversiones y empleos. Nosotros queremos simplificar esos procesos y hacer que quienes quieran invertir en Barcelona puedan hacerlo en condiciones de estabilidad y seguridad jurídica. Barcelona es una ciudad atractiva pero que muchas veces es disuasoria para abrir un negocio por la cantidad de obstáculos administrativos.
Algunos sectores dicen justo lo contrario, que la gran permisividad para hacer cualquier actividad económica en cualquier sitio ha traído un modelo de ciudad enfocado al monocultivo del turismo.
Nosotros queremos que se garantice el cumplimiento de las leyes pero compactar todos esos requisitos para conseguir que en la ciudad se puedan implantar nuevos negocios. En este momento la economía de Barcelona se ha apostado prácticamente al turismo y al comercio, y sí creo que se requiere un cambio del modelo productivo que lleve a apostar por la tecnología. No hay más que ver el Mobile World Congress, que atrae a cantidades de personas y convierte a Barcelona en un centro de innovación tecnológica en el sur de Europa. Pero además hay una pérdida de tejido comercial en muchos barrios debido a la falta de inversión del Ayuntamiento.
Entonces está de acuerdo con aumentar la inversión e intervención públicas.
Sí, desde luego. Hemos visto cómo la inversión en la Diagonal, cuyo comercio había decaído en los últimos años, ha supuesto una revitalización de la zona. Yo creo que esto era necesario, otra cosa es si se ha hecho bien o se ha hecho mal, porque ahora vemos que como consecuencia de un mal diseño hay problemas de movilidad en la Diagonal. Pero sí, la inversión es necesaria en otras muchas zonas de la ciudad para revitalizar su pequeño comercio.
Ciutadans es un partido que apuesta por bajar los impuestos a la vez que pide más inversión y se muestra contrario a los recortes. ¿No es un contrasentido?
La clase media ha padecido una enorme presión fiscal. No estamos como para exigirle que sigamos apretando con incrementos de impuestos.
Pero han votado en contra de recuperar impuestos como Patrimonio o Sucesiones. No son impuestos que afecten principalmente a las clases medias.
De acuerdo, pero por hablar del ámbito municipal, en los últimos años han aumentado los IBI. Eso repercute en los comercios y a muchos de ellos los han puesto en una situación de dificultad. Lo mismo ocurre con el impuesto de vehículos. Y además no hemos visto que estas subidas de impuestos hayan repercutido en mejorar la movilidad o el medio ambiente. En Ciudadanos pensamos que el dinero está mejor en las manos de la gente que en las instituciones.
Ante la dicotomía entre más inversión o menos impuestos, ¿cuál es su respuesta?
Habría que analizar cada situación. El Ayuntamiento de Barcelona tiene superávit. Creo que una parte de ese superávit debe ser invertido en revitalizar los barrios y también podría producirse una rebaja en algunos impuestos municipales que se han incrementado. No creo que sea incompatible pero, si lo fuera, apostaría por revitalizar los barrios como prioridad. Eso repercute en la calidad de vida de la gente de forma tangible. Pero es que hasta ahora no hemos visto que el equipo municipal haya hecho ninguna de las dos cosas. Este pacto CiU-PP ha sido desastroso para la ciudad.
Ciudadanos hasta ahora no ha tenido representación en el Ayuntamiento de Barcelona, pero usted sí ha sido regidora, con el PP. ¿Cambiará mucho su gestión respecto a su anterior etapa?
Como concejal yo tuve una experiencia muy buena, yo me dediqué al área de promoción económica de la ciudad y eso me permitió descubrir muchas cosas, como que los comerciantes son un gran elemento de dinamización. Eso me dio una cultura política muy provechosa, estábamos en la dura oposición y la verdad es que no recuerdo nada de lo que me arrepienta.
Pero si se marchó del PP habrá cosas que quiera cambiar, ¿o hará una oposición similar a la que hizo con el PP?
Bueno, haremos oposición… o no. Nosotros salimos a ganar. Pero yendo a mi trayectoria política, no es diferente a la de millones de españoles que en un momento confiaron en el proyecto de los partidos tradicionales y en un momento dado deciden cambiar su voto por una alternativa. Yo, además de cambiar mi voto, he puesto mi trabajo al servicio de una iniciativa que apuesta muy firme por la regeneración democrática. Yo pertenecía a un partido que tiene corrupción estructural. Que está sentado en el banquillo de los acusados como consecuencia de las tramas corruptas que tienen montadas. Ciudadanos es lo contrario.
¿Usted se siente una política profesional?
No. Yo me siento procurador en los tribunales, que es en lo que he trabajado. Yo me siento una ciudadana.
¿Cuánto tiempo lleva en política?
10 años en cargos públicos. Todavía no supera el tiempo que ejercí como procurador, 12 años, y tres como abogado.
Usted es una persona con amplía experiencia política. ¿No cree que el discurso de la nueva política deja tapada esa experiencia de algunos candidatos como usted, que para algunos votantes podría ser una característica positiva?
Es que de lo que estamos hablando es de una nueva manera de hacer política. Hemos pasado de hacer política de grandes mítines y grandes costes a hacer política en las redes, que tiene coste cero. Hemos pasado de gastar grandes cantidades de dinero en campañas publicitarias a hacer campañas muy cortas, aprovechando los medios de comunicación, con una gran participación en las tertulias para explicar nuestro proyecto político, de forma que llegas a una enorme cantidad de ciudadanos. Eso nos hace ser mucho más cercanos. La gran diferencia es un partido que da la cara, va a las tertulias y se pone delante de la gente, y otro que lo hace a través de un plasma.
Hay quien dice que ustedes son el partido del Ibex-35. ¿Han recibido apoyo de grandes empresarios?
Nosotros no hemos recibido ni un euro de ninguna gran empresa. Nuestra campaña en Catalunya nos costó 280.000 euros, que recogimos a través de bonos que recogieron diferentes personas y que luego devolvimos conforme a la dotación presupuestaria, y a también un préstamo bancario. Y en Andalucía hemos hecho lo mismo, y nos ha costado 300.000 euros. Compara con las grandes campañas del resto de partidos. Lo que pasa que igual nosotros tenemos más habilidad para llegar a la gente de forma directa.