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El rechazo a la actuación policial contra el referéndum desborda las plazas de Catalunya

El 3 de octubre ha comenzado como una jornada de paro económico y se ha convertido en una Diada en cada municipio. Las manifestaciones convocadas en protesta por la represión del Estado al referéndum del pasado 1 de octubre han desbordado la ciudad de Barcelona y se han extendido a la mayoría de ciudades y pueblos catalanes, con una afluencia que se cuenta por centenares de miles, según el cómputo de las policías locales.

Por la mañana el llamado “paro cívico” promovido por los sindicatos mayoritarios y la Generalitat, sumada a la huelga general de los sindicatos alternativos, han suspendido la actividad económica en sectores como los transportes, el pequeño comercio o los servicios. Los huelguistas, trabajadores y estudiantes, han conseguido además interrumpir hasta 54 carreteras, algunas de ellas las principales de la corona urbana barcelonesa.

Aunque desde el mediodía ha habido manifestaciones en varios municipios, no ha sido hasta la tarde cuando han sucedido las movilizaciones más multitudinarias. En Barcelona se han dado dos convocatorias a la vez, en la plaza Universitat, convocada por la Taula per la Democràcia en la que se integran los sindicatos CCOO y UGT, y los Jardinets de Gràcia en la que se han concentrado los sindicatos de la huelga general, entre otros CGT, CNT, USTEC, la Instersindical-CSC y la COS.

Ambos puntos de movilización se encontraban saturados casi una hora antes de que comenzara la marcha, hacia las 16 horas. A esta se han sumado muchos estudiantes, que han sido uno de los colectivos más activos en las protestas que se han sucedido durante las últimas semanas. Como en las manifestaciones de la Diada, las banderas esteladas han sido el telón de fondo constante, pero en las manifestaciones de este martes se han sumado algunos manifestantes con banderas españolas por contagio de las imágenes que se han hecho virales en las redes sociales de votantes en el referéndum con simbología española que fueron aplaudidos.

Pero a diferencia de otras huelgas y manifestaciones masivas, que en Catalunya suelen circunscribirse a su capital, la jornada del 3-O ha tenido la capacidad de llegar a la mayoría de los municipios, por pequeño que fuera. No solo eso, sino que en un importante número de ciudades medianas y capitales de comarca, las protestas han roto todos los récords de participación. Así ha sido en Girona, donde han salido a la calle 30.000 personas, o en el Sabadell, con 25.000. En Badalona la policía local ha cifrado las marchas en 8.000 personas, y en Manresa se ha alcanzado el número de 28.000. En Lleida, Tarragona, Tortosa o Mataró ha habido también manifestaciones multitudinarias.

“No caer en la provocación” ha sido la consigna repetida tanto por las entidades independentistas como por los sindicatos y la Generalitat, en una jornada que, por su objetivo de protesta contra las fuerzas policiales estatales, ha tenido sus puntos calientes ante las sedes de estas. Los convocantes de la jornada de protesta han deslizado durante todo el día la posibilidad de que hubiera policía infiltrada y han hecho esfuerzos por llamar a la calma que, finalmente, han fructificado en una marcha que ha acabado sin incidentes graves.

Poco después de las 20 horas los principales líderes independentistas, desde figuras como el diputado de JxSí Lluís Llach hasta la esquerra independentista, han desconvocado las manifestaciones anunciado acciones en los próximos días. Por su parte, la plataforma estudiantil Universitats per la República, grupo promotor de las protestas estudiantiles independentistas, ha anunciado que comenzará una acampada para exigir la república.

La mayoría de los cientos de miles de catalanes que habían salido a las protestas convocadas han llegado a casa a tiempo de ver  a su jefe de Estado, el rey Felipe VI, dirigiendo un duro mensaje contra la Generalitat, cerrando toda posibilidad a la negociación bilateral.

El próximo movimiento será dado por los grupos del Parlament catalán este miércoles, cuando deberán decidir la convocatoria de un pleno. Tras la conquista de la calle y la seguridad de que no habrá diálogo con el Estado, la posibilidad de que sea esta sesión parlamentaria en la que se declare la independencia parece más cercana que cuando empezó el día.