Catalunya pone su futuro en manos de Podemos
Las elecciones generales que este domingo han barrido el mapa político español han tenido en Catalunya el epicentro del terremoto. En Comú Podem, la coalición formada por Barcelona en Comú, Podemos, ICV y EUiA, se ha alzado como la formación ganadora, con un 24,6% de los votos y 12 diputados. En segundo lugar ha quedado ERC, que suma un 16% y 9 diputados. Catalunya pone su futuro en el Estado en manos de Podemos, partido que ha apostado con claridad por el referéndum catalán, y se convierte en el territorio donde el partido morado cimienta su fuerte entrada en el Congreso.
El éxito inédito de las dos formaciones emergentes, En Comú Podem y ERC, desguaza el bipartidismo tradicional catalán representado por PSC y Convergència, cuyas marcas han quedado en tercer y cuarto lugar, perdiendo entre las dos 14 diputados, 6 los socialistas y 8 los convergentes. Ciudadanos ha conseguido 5 escaños, un resultado decepcionante para una formación que viene de quedar segunda en las autonómicas y con una andadura de casi 10 años en la comunidad. El PP catalán ha continuado la tendencia del resto de territorios perdiendo hasta la mitad de su voto en 2011, lo que le sitúa en último lugar en Catalunya, con 5 diputados.
El gran triunfador de la noche catalana es En Comú Podem, un espacio que se consolida como una fuerza determinante en el escenario catalán gracias a su alianza con Podemos a nivel español y el liderazgo de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. La candidatura de Xavier Domènech ha realizado una ambiciosa campaña en la que no ha renunciado a un voto en ningún rincón del país, fruto de lo cual ha conseguido representación en las 4 provincias, con importantes resultados incluso en las que a priori se antojaban más difíciles, como el 15,3% de Lleida o el 16,3% en Girona.
El “colauismo” ha mostrado su solvencia más allá de la capital reinando con holgura en la provincia de Tarragona, donde ha conseguido uno de cada cuatro votos y sobre todo en el Área Metropolitana de Barcelona, que le ha dado un 26% en la circunscripción. El mapa que durante 35 años había pintado de rojo el cinturón barcelonés ha quedad esta noche teñido de morado, gracias a la victoria de los de Domènech en L'Hospitalet, Badalona, Santa Coloma, Sabadell, Terrassa o Cornellà.
Colau, exultante, ha reivindicado el “orgullo de Catalunya que ha derrotado siempre al PP”, un “orgullo” que, para la alcaldesa de Barcelona, también ha servido esta noche para poner fin “al bipartidismo y al recambio del bipartidismo”, en referencia a Ciudadanos
ERC consolida su liderazgo en el independentismo
Noche de alegría también en casa del independentismo republicano. ERC afrontaba estas elecciones como una reválida a la fórmula de Junqueras, y la ha pasado con buena nota volviendo a dar el sorpasso sobre Convergència que ya consiguió en las últimas europeas. El candidato independiente Gabriel Rufián ha conseguido colocar su marca en un 16% y 9 escaños, superando el hito histórico de ERC en unas generales, los 8 escaños conseguidos en 2004 bajo la batuta de Carod-Rovira.
ERC se ha convertido en la segunda formación en Girona y Lleida, con 23,4 y 22,8%, a menos de dos puntos del vencedor en esas demarcaciones, Democràcia i Llibertat. También en segundo puesto ha quedado en Tarragona, con un 17,5%, aunque en este caso la distancia con el primero, En Comú Podem, ha sido de casi tres puntos. Pero si la victoria de ERC sobre CDC tiene un escenario, ese es la provincia de Barcelona, donde la marca de Francesc Homs, Democràcia i Llibertat, ha quedado penúltimo con un 13,3% de votos y 4 de los 31 diputados de la circunscripción.
El resultado de la nueva marca de Convergència, que se lanzaba estas elecciones como prueba piloto para la disolución y creación de un nuevo partido que el masismo quiere desarrollar durante el próximo 2016, ha seguido la estela de la crisis electoral que el independentismo de derechas arrastra desde 2012. En Barcelona, DiL ha perdido más de la mitad de sus votos respecto a 2011, quedando como penúltima fuerza en el territorio donde se concentran 2 de cada 3 catalanes. Pero tampoco en el resto de demarcaciones los resultados dan respiro a Artur Mas. En Lleida, provincia donde CiU solía sacar sus mejores resultados, DiL ha perdido un tercio de sus apoyos, quedando en 24,3%, similar a los que ha perdido en Girona, donde han obtenido un 25%.
Decepción naranja y declive socialista
Ciudadanos no ha sido capaz de mantener la posición de preponderancia que le brindó la situación plebiscitaria de las pasadas autonómicas. El diseñado de estas generales como salto definitivo fuera de las fronteras catalanas les ha hecho descuidar su territorio de origen, donde han quedado penúltimos con un 13%, solo dos puntos por delante del PP. A la candidatura liderada por Juan Carlos Girauta, persona de la rama más derechista del partido, le ha sido imposible entrar en Girona y en Lleida y, en Barcelona, el 19% recogido en las últimas autonómicas se han convertido en un insuficiente 13,5%.
Quienes sí han seguido la línea de las autonómicas han sido los socialistas. El declive que vienen sufriendo desde el fin de los gobiernos tripartitos es agudo, han perdido 10 puntos y más de un tercio de los representantes respecto a 2011. Sin embargo, en manos de Iceta, el enfermo parece haber cortado la hemorragia, pues del 12,7% obtenido en las autonómicas los socialistas han conseguido remontar hasta el 15,7. El PSC recoge más en sus antiguos feudos, Barcelona y Tarragona, donde rondan el 16%, pero también aguanta en Girona y Lleida, donde sostienen el 12%. Pese a que los socialistas cuentan como éxito haber sacado representación en las cuatro demarcaciones, este 20D firman el peor resultado de su historia en las generales y parecen haber perdido definitivamente su preciado reino del cinturón metropolitano.
El último en la lista de damnificados del terremoto catalán es el PP, que se ha convertido en una fuerza cercana a la marginalidad con 4 diputados de 47. El ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, ha obtenido 5 representantes, 4 de ellos por Barcelona y otro por Tarragona. El desgaste del PP en el gobierno central junto con la pujanza de Ciudadanos ha acabado arrinconando a la formación conservadora, que ha obtenido su peor resultado desde el 1989.