CRÓNICA

Catalunya se queda sin Molt Honorable

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Pactar las desavenencias es la regla número uno de cualquier gobierno de coalición. Casi ninguno lo hace pero a veces no queda otra alternativa. Esa es la conclusión a la que han llegado Junts per Catalunya y ERC para que los cuatro meses que quedan hasta las elecciones no se conviertan en un infierno para el Govern. Será un Ejecutivo en funciones, que tendrá al frente a un vicepresidente con funciones de president (se considera que actúa como “sustituto interinamente del president”) que no recibirá el trato protocolario de la máxima institución de la Generalitat. Se quedará en Honorable sin llegar a Molt Honorable. Solo los presidentes en activo o los expresidents entran en esta categoría.

ERC quería que Torra convocase las elecciones antes de que el Supremo dictase su inhabilitación pero él decidió este verano que no lo haría. Fuentes de los servicios jurídicos apuntan que el primer domingo en el que podrían celebrarse los comicios sería el 7 de febrero aunque no se descarta que puedan ser el siguiente o incluso en un día entre semana. En todo caso sería la primera quincena de ese mes.

Al final ha sido la Justicia la que ha establecido el calendario. El ya expresident ha comunicado a sus colaboradores y a sus socios de ERC que durante este periodo no intentará seguir en el cargo de manera simbólica, es decir, que su intención no es hacer ver que está dirigiendo el Gabinete pese a que legalmente se le haya apartado del cargo. 

Torra almorzó en su último día en el Palau de la Generalitat con la consellera de Presidència, Meritxell Budó, y los que han sido sus colaboradores más próximos en estos dos años y 135 días. Posteriormente, en una comparecencia ante los medios, el ya expresident reclamó que las próximas elecciones se planteen en clave plebiscitaria. Apeló a los catalanes a que “aprieten”, a que los votantes elijan entre “democracia y libertad o imposición y represión” y lo hizo a la vez que reconocía que la causa independentista no ha progresado lo “suficiente” durante su mandato. “Yo no he podido avanzar más”, lamentó en presencia de los que han sido sus consellers tras la remodelación que llevó a cabo hace menos de un mes.

Este lunes Torra ha abandonado su despacho (que no es el que tradicionalmente han ocupado los sucesivos presidentes porque cuando llegó a la presidencia decidió que se instalaría en otro) y, como sus predecesores, podrá disponer de una oficina propia con tres trabajadores, un coche de representación con chófer así como servicios de escolta.

Su objetivo es preparar, ya desde la oficina de expresident, el recurso de amparo que presentará al Tribunal Constitucional (y que previsiblemente opinará igual que el Supremo) y los argumentos que presentará al Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Su defensa considera que el hecho de que haya sido inhabilitado en ejercicio del cargo puede ayudarle de cara a que la justicia europea tenga en cuenta sus argumentos. 

Junts per Catalunya y ERC han recurrido a un árbitro, el Gabinete Jurídico de la Generalitat, para que establezca cuáles serán las reglas del juego en el funcionamiento interno del Govern a partir de ahora y hasta que se celebren las elecciones. El vicepresidente, Pere Aragonès (ERC), asumirá la sustitución de la presidencia en funciones, lo que le priva de las tres atribuciones principales: no podrá plantear una cuestión de confianza, tampoco designar o destituir consellers ni convocar elecciones. El Govern, al estar en funciones, tampoco podrá presentar un proyecto de presupuestos para 2021 y deberá reducir su actividad a la gestión ordinaria.

En las 23 páginas del informe elaborado por los letrados del Govern se establece que Aragonès será quien presidirá las reuniones semanales del Consell Executiu y como “acto debido” se encargará de una de las atribuciones que es exclusiva el presidente de la Generalitat: firmar el decreto de convocatoria electoral. 

ERC seguirá controlando las dos carteras más implicadas en la lucha contra la pandemia, la de Salud y la de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias. La relación con Torra no ha sido siempre fácil durante estos meses y más de una vez se encontraron con anuncios del president que no habían sido acordados con anterioridad. Ahora la coordinación recaerá solo en manos del que es también su jefe en el partido, Pere Aragonès, y en teoría debería haber menos roces. Eso también deja las manos más libres a JxCat para marcar su propio perfil. Los sondeos vaticinan una victoria de ERC pero detectan también que Carles Puigdemont mantiene un tirón importante. La última encuesta publicada situaba a JxCat (sin separar entre Junts y el PDeCAT) en segunda posición. Los posconvergentes siguen aún negociando la posibilidad de presentarse en coalición pese a que Puigdemont haya montado su propio partido y se de por hecho que el cabeza de lista acabará siendo él. 

Catalunya entra en campaña (si es que en algún momento dejó de estarlo) aunque pendiente del Congreso de los Diputados puesto que el Gobierno seguirá negociando con ERC para que le ayude a aprobar los Presupuestos. Además, tiene previsto presentar una reforma del Código Penal para modificar el delito de sedición, una propuesta que tanto el PP como Ciudadanos y Vox interpretan como una concesión de Pedro Sánchez a las formaciones independentistas para que le voten las cuentas del 2021.