El juzgado de lo penal 26 de Barcelona ha condenado al vicepresidente del partido fascista Democracia Nacional, Pedro Chaparro, a un año de cárcel y a una multa de 1.800 euros por un delito contra el ejercicio de libertades fundamentales por incitar al odio contra el fotoperiodista Jordi Borràs, que tuvo que abandonar la manifestación del partido ultra en 2015 en Barcelona que cubría como informador.
No obstante, la jueza ha absuelto tanto a Chaparro, pendiente de entrar en prisión por el asalto a la librería Blanquerna en 2013, como al responsable del servicio de orden en las manifestaciones del partido neonazi, Jorge Del Valle, de los delitos de coacciones y amenazas de los que estaban acusados. A Chaparro la magistrada también le prohíbe acercarse a menos de 1.000 del fotógrafo y asistir a manifestaciones ultras en Catalunya.
Ante las versiones contradictorias que neonazis y fotoperiodista mostraron durante el juicio, la magistrada concluye que no existen pruebas suficientes para condenar a ambos ultras por el delito de coacciones y de amenazas del que estaban acusados por la Fiscalía y Borràs.
El fallo considera probado que en los parlamentos que se realizaron después de la marcha el vicepresidente de Democracia Nacional se refirió en estos términos al fotoperiodista: “Hemos visto por aquí esa rata, Jordi Borràs. Os pido en todos que miréis a vuestro lado, y si está, le dais una capón, no muy violento, no sea que os vayan a detener, pero una buena hostia y que se vaya”.
La jueza resalta que el acusado reconoció durante el juicio que estas palabras fueron “desafortunadas”, pero que esta pseudisculpa no es un atenuante para considerarlas una incitación al odio y a la discriminación contra el fotoperiodista.
Por contra, la sentencia destaca que no ha quedado suficientemente probado que Chaparro jaleara a los asistentes a la manifestación ultra al grito de “ahí está el hijo de puta de Jordi Borràs”, como tampoco considera acreditado que Del Valle se aproximara al fotoperiodista “en actitud desafiante con peligro para su integridad física”. No obstante, el fallo sí recoge que el fotoperiodista tuvo que abandonar la manifestación.
El fiscal y la acusación particular que ejerce Borràs, representado por la abogada Eva Labarta, reclamaban las mismas penas para Chaparro: cinco años de prisión –tres por el delito de coacciones y dos por el delito relativo al ejercicio de libertadas fundamentales–, así como una multa de 3.240 y la prohibición de acercarse a menos de 1.000 metros de Borràs y comunicarse con él durante 5 años.
Respecto a Del Valle, las acusaciones pedían condenar al ultra a tres años de prisión por un delito de coacciones, y la misma prohibición que a Chaparro de acercarse a Borràs, asistir a manifestaciones ultras y a dar clases o entrenar a menores. A ambos neonazis las acusaciones les reclamaban una indemnización de 10.000 euros por daños morales.