Convergència cambia de estrategia y apuesta por el pacto con el Estado
Cambio de discurso en Convergència. La imposibilidad de la derecha independentista de cerrar un acuerdo de investidura con la CUP ha hecho que la formación gire en sus espectativas de unilateralidad y apueste por cerrar un acuerdo con Madrid tras el 20 de diembre, cuando consideran que habrá un cambio de mayorías en el Congreso. El cabeza de lista a las elecciones generales, Francesc Homs, ha apostado por esta vía en una entrevista en la Cadena Ser, en la que ha admitido “no tener mayoría suficiente para culminar el proceso”. Homs, que hasta ahora era conseller de presidencia del Govern, ha considerado que “negociar, dialogar y pactar” debe ser la prioridad del soberanismo de cara a las elecciones del 20 de diciembre.
Tras comprobar que la CUP no cederá en su pretensión de no investir a Mas, Convergència ha activado su maquinaria electoral para el 20 de diciembre pero con la vista puesta en una repetición de las elecciones al Parlament. Para ello, el objetivo de la formación es mostrarse moderada y pactista, un perfil que había perdido con la candidatura de Junts pel Sí y que algunos de sus dirigentes, molestos con las actuales negociaciones, le reclaman. CDC se ha marcado como objetivo obtener un buen resultado en las elecciones generales, lo que le permitiría mantener cohesionado Junts pel Sí entorno a la figura de Mas y, si es preciso, acumular fuerzas para unas elecciones en marzo.
El abandono de la vía unilateral es una petición que en las últimas semanas importantes cargos del partido han estado haciendo a Mas en privado, pero que este lunes salieron a la luz en un artículo publicado en el diario Ara por el Conseller de Economía, Andreu Mas-Colell. Este martes ha sido Francesc Homs quien ha seguido la línea trazada por Mas-Colell, abriendo la puerta a una repetición electoral y apostando por un referéndum pactado con el Estado.
La idea de rebajar el tono independentista es una de las consecuencias del malestar provocado en el seno de Convergència por la declaración de inicio del proceso soberanista, que fue entendida como una cesión a la CUP pese a figurar en el programa de Junts pel Sí. La posibilidad de celebrar elecciones en marzo, a las que probablemente Convergència debería concurrir en solitario, empuja a la organización a adoptar una posición más centrada que le permita llegar a acuerdos con sectores más allá del independentismo.
Pese al cambio de lenguaje, Convergència aún considera posible llegar a un acuerdo de investidura con la izquierda independentista. Para el entorno más próximo al president, Mas ya ha hecho todas las cesiones que debía hacer y ahora la pelota está sobre el tejado de la CUP. La apertura al “pacto por arriba”, tantas veces invocada por la formación de Antonio Baños, es también una amenaza de lo que podría ocurrir si ésta mantiene sus exigencias.