Ciudadanos había reclamado insistentemente la celebración de un pleno para denunciar que el 'procés' ha roto la convivencia en Catalunya. Con lo que tal vez no contaba (o sí pero le daba igual) es que habría grupos que aprovecharían la sesión para darle a probar su medicina y reprocharle que, en su opinión, si hay una formación que ha contribuido a generar “confrontación” es precisamente la de Albert Rivera.
Independentistas y 'comuns' han criticado al partido naranja que viva cómodo en “el conflicto” y le han afeado que ataque el modelo la escuela catalana. ERC ha recordado que Ciudadanos ha crecido “por la ola de la división lingüística” mientras que el president de la Generalitat, Quim Torra, les ha pedido que busquen otro tono para intentar rebajar la tensión. “Si realmente quieren aportar soluciones, entren en un debate libre de amenazas, de chantajes y de intimidaciones”, ha reclamado el president.
Aunque pueda parecer paradójico, el pleno monográfico sobre la convivencia ha permitido a los grupos independentistas ofrecer una imagen de unidad que nada tiene que ver con la fractura evidenciada solo un día antes en el mismo hemiciclo. Ni Junts per Catalunya ni ERC se han movido de sus posiciones aunque en los mensajes públicos intentan no azuzar más la bronca. El presidente del Parlament, Roger Torrent, ha pedido acabar con las puñaladas entre los socios del Govern: “Hay que acordar una estrategia conjunta y no mirarnos de reojo ni apuñalarnos entre nosotros”.
En una línea similar se ha mostrado la diputada Susana Segovia, del grupo de Catalunya en Comú, que ha asegurado que el escenario de división dibujado por Ciudadanos no existe en las calles de Catalunya. “La convivencia se rompe cuando las fuerzas de seguridad del Estado reprimen violentamente una movilización pacífica”, ha asegurado en relación al 1-O, tras señalar que los problemas sociales son los generadores reales de confrontación.
El grupo los 'comuns' ha utilizado el pleno para introducir una propuesta de resolución que condena el discurso del rey Felipe VI del 3 de octubre de 2017. El gesto llega después de que este martes rechazaran una en similar sentido de la CUP, porque aquella introducía también la apelación al objetivo independentista. En el texto propuesto por los 'comuns' se considera que el rey “justificó la violencia por parte de los cuerpos policiales”. Las votaciones de iniciativas se llevarán a cabo este jueves.
Ciudadanos, por su parte, había reclamado a los grupos independentistas que dejasen atrás el debate sobre la secesión, asegurando que genera “división social”. La formación ha puesto el acento sobre el supuesto adoctrinamiento independentista en las escuelas, sobre los lazos amarillos en la calle o sobre las protestas de los CDR. Sobre estos, el portavoz Carlos Carrizosa ha cargado contra Torra por haber asegurado que “hacen bien de apretar” por la independencia. “Cuando pide que los CDR presionen, presionan a la gente”, ha asegurado el diputado.
La formación naranja venía reclamando un debate monográfico sobre la convivencia desde el verano, momento en el que Ciudadanos lanzó una contundente campaña contra los lazos amarillos. A raíz de ello, grupos de personas se organizaron para salir por las noches a quitar simbología independentista, produciéndose en algunas ocasiones choques y agresiones en la vía pública. La campaña de Ciudadanos fue duramente criticada en su momento por la mayoría de los partidos del Parlament, llegando el PP a criticar el uso de símbolos “nazis” en algunas de las marchas convocadas por Ciudadanos.
Las retiradas de símbolos políticos promovidas por Ciudadanos también han tenido espacio en el debate. Mientras que la formación de Inés Arrimadas habla de “comandos separatistas violentos” para referirse a las manifestaciones independentistas, JxCat ha asegurado que los de Ciudadanos son “comandos arranca-lazos que visten como el Ku Klux Klan”.