Batacazo de la CUP. Con el 99% escrutado, los anticapitalistas pasan de diez a cuatro diputados y pierden casi 150.000 votos respecto a 2015. Pese a que sigue siendo clave para la mayoría independentista, la CUP lo tendrá muy difícil para imponer la vía unilateral a sus socios independentistas, que apuestan por la independencia negociada con el Gobierno central.
Los cuatro escaños de la CUP, más los 34 de JxCat y los 32 de ERC, revalidan la mayoría independentista, que retrocede dos diputados en comparación a 2015. Sin embargo, el desplome anticapitalista implica que no podrán influir tanto como en la pasada legislatura, cuando bloquearon los presupuestos de 2016 e impusieron el referéndum en la hoja de ruta independentista.
Salvo enroque de la CUP, los anticapitalistas se verán abocados a apoyar la negociación con el Gobierno por la que apuestan tanto ERC como JxCat. Los apoyos de los anticapitalistas se fugan hacia el resto de candidaturas independentistas. Pierden el diputado que tenían por Lleida y Tarragona y cuatro de sus siete representantes por Barcelona. Sí logran mantener el escaño por Girona obtenido en 2015.
El cabeza de lista cupaire, Carles Riera, ha admitido que sus resultados no han sido buenos y han quedado “lejos” de las expectativas que tenían. Riera ha reconocido que la CUP ha perdido “apoyo, fuerza y capacidad de influencia” pero no ha anunciado cambios en sus propuestas de seguir apostando por la vía unilateral. “El nuestro es un proyecto de unilateralidad porque no hay condiciones de diálogo con el Estado”, ha reiterado.
Riera ha tendido la mano a JxCat y ERC para formar un gobierno de unidad independentista. “Hemos perdido apoyo pero mantenemos nuestro proyecto, queremos un gobierno comprometido con la desobediencia contra el 155”, ha aseverado.