No quieren ser una muleta de Junts pel Sí. Ni tampoco les vale ningún diálogo con el Estado. La CUP quiere ser la garantía de una ruptura que prevé iniciar el día después del 27S. “No negociaremos por la libertad, en todo caso lo haremos desde la libertad”. El cabeza de lista de la CUP, Antonio Baños, ha repetido, una vez más, que la hoja de ruta que plantea la lista de Artur Mas no les representa. “La gente que ha hecho lo de siempre, no puede hacer cosas nuevas. Nosotros haremos cosas nuevas, y los de siempre que nos miren”. Con este mensaje, la CUP ha celebrado uno de los mítines más importantes que prevé hacer en la campaña, celebrado en Vic, feudo del nacionalismo conservador.
La proclama de la CUP, que sabe que tendrá la llave del futuro govern, ha sido con sorna. Baños ha criticado los 18 meses que preve Junts pel Sí, antes de proclamar la independencia. “Nosotros no tenemos frases tan complicadas, ni tan largas, la hoja de ruta de Mas se parece mucho a la pregunta de Unió”. Por contra, el periodista y escritor ha dejado claro que el primer punto de su programa hacia la independencia pasa por proclamar una declaración unilateral. “El mundo ha de saber que el pueblo catalán ha decidido tomar las riendas de su destino”.
A esa idea se ha sumado Quim Arrufat: “La CUP no gestionará un gobierno autonómico”, ha advertido el hasta hace poco diputado. Otra advertencia para Junts pel Sí que, a juzgar por lo visto este martes en la capital de Osona, no tendrá fácil hacerse con el apoyo de la izquierda independentista. “La independencia, por sí sola, no nos arreglará gran cosa, no se trata de tener una nueva bandera”. Para la CUP, conceptos como “desobediencia o soberanía” serán vitales para “llenar de sentido” la ruptura, que prevén inmediata después del 27S.
La victoria anunciada de Junts pel Sí, según todas las encuestas, no será un dilema para la CUP, que piensa marcar líneas rojas. Una de ellas, la relación con la Unión Europea. “La pregunta no es que nos pasará si nos vamos de la UE, sino qué derechos tendremos si nos quedamos”, tal y como ha explicado Baños que, si bien no es David Fernández, es un digno sucesor del diputado. Con una ironía fina como arma poco habitual en política: “El 100% de los banqueros españoles están convencidos de que la independencia es un problema para ellos, esto quiere decir que para nosotros es una doble solución”.
Para la CUP hay tres crisis: social, nacional y democrática. Y para resolverlas habrá que “desobedecer”, ha recetado Baños, en un discurso basado en la radicalidad democrática, muy alejado de las capas más conservadoras de la lista que forman CDC y ERC, que no admiten ninguna salida del marco legal europeo. Solo unos días atrás, la lista liderada por Raül Romeva celebraba su acto en la capital de Osona, reuniendo 2.500 personas.
Por su parte, Arrufat ha hecho una intervención en clave de memoria, en el que ha recordado el ciclo político que ha llevado hasta el 27S. El diputado ha celebrado que la formación haya multiplicado por cuatro sus concejales hasta 400 en las pasadas municipales y que esté presente en los gobiernos de decenas de municipios. Y ha destacado algunas figuras “olvidadas por la democracia”. Nombres como Lluís Maria Xirinachs, Xavier Vinader, Salvador Seguí, o Federica Montseny han sonado en el auditorio para levantar una ovación ensordecedora. “El mejor homenaje a los caídos es la victoria, no el recuerdo del pasado”.
Estallido de la izquierda independentista en la Catalunya profunda
La elección de Vic, feudo del nacionalismo conservador, como escenario del acto central de la CUP, no es casual. La izquierda independentista tiene especial interés en visibilizar las clases populares, tal como explican fuentes del equipo de campaña de la formación, en territorio tradicionalmente conservador. De hecho, el predominio vitalicio de CiU en la capital de Osona no impidió que la CUP entrara con fuerza en el consistorio en las municipales del 24-M, hasta el punto de tener la llave de la gobernabilidad.
Sólo la falta de un acuerdo alternativo -posibilidad que la CUP descartaró- impidió la construcción de un gobierno de izquierdas, que hubiera puesto punto y final a los 38 años de alcaldías conservadoras. CiU, con nueve concejales -35,4% del voto-, se hizo con la alcaldía, a pesar del meritorio resultado de la CUP, con 4 cuatro representantes -16,9% del voto-, que se situaba como tercera fuerza por detrás de ERC, con 5 concejales -20,7% del voto-.
La radiografía de Vic es importante porque escenifica una tendencia repetida en ciudades importantes de las comarcas centrales de Catalunya, donde la formación liderada ahora por Baños ha crecido exponencialmente, sobre todo en los últimos años, aprovechando el empuje de la entrada en el Parlament y con el estallido del independentismo. La CUP pisa los talones de convergentes y republicanos, como Manresa o Igualada. Mención especial merece Berga, donde los cupaires duplicaron los votos de 2011 y se impusieron por encima de CiU, hasta el punto de hacerse con la alcaldía
Uno de los signos de la campaña de la CUP, además, será el contenido social. “Llevaremos las voces de las luchas para iluminar la cueva que es el Parlament”. Un compromiso al que se ha agarrado Baños, que ha agradecido el trabajo realizado por los tres diputados que, en 2012, irrumpieron en el Parlament. El acto ha acabado con música y los puños en alto.