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El empuje de la 'lista civil' independentista mueve el tablero del 27-S

El proceso soberanista catalán ha ido tomado diferentes formas desde su comienzo en 2012. En un primer momento no pasaba de la petición de la mayoría parlamentaria al Estado de que se les permitiera celebrar una consulta soberanista. Tras el portazo recibido en abril de 2014 por parte del Congreso de los Diputados, los partidos decidieron seguir adelante y celebrar unilateralmente la consulta del 9-N. El resultado de esta llevó a los agentes del 'procés' a un debate sobre qué debían hacer a continuación, discusión que CiU, ERC, la ANC y Òminum resolvieron en marzo de este año comprometiéndose a celebrar elecciones el 27-S de la que debería salir una Cámara constituyente.

A 80 días de la anunciada fecha electoral, aquellos planes han cambiado. La dificultad de dotar a las elecciones de carácter plebiscitario si los partidarios de la independencia van por separado, y la negativa de todos ellos a sumarse a una candidatura encabezada por Artur Mas ha hecho emerger un fórmula alternativa que en dos días ha reunido el apoyo de ERC, la CUP, la ANC y Òmnium. Según entidades y partidos, la fórmula ideal es que los partidos no se presenten a las elecciones, y que en su lugar lo hagan una “lista civil”, esto es, formada por independientes y liderada por las asociaciones independentistas.

Pese a que la propuesta lleva fraguándose semanas, por el momento es solo eso, una propuesta. Pero esta semana ha tomado vuelo con velocidad, poniendo presión sobre CDC, la formación más reacia a esta fórmula. Según los planes de los impulsores, la “lista civil” –y por tanto el 27-S– solo debería servir para medir qué porcentaje del electorado catalán apoya la independencia. Por tanto, el resultado no sería usado para investir un president de la Generalitat ni para formar un Govern. La idea es que, tras el 27-S, vuelvan a convocarse otras elecciones, esta vez con partidos y para hacer un gobierno.

CDC quiere a Mas dentro de la lista

Las consecuencias del empuje de esta propuesta no han tardado en llegar. Hasta ahora Convergència se había mostrado reacia a apoyar una lista que no contara con “la autoridad moral de Artur Mas”, tal como la definió el secretario general de la formación, Josep Rull. Este miércoles Rull ha vuelto a pronunciarse, reclamando al resto de entidades que aclaren que significa ser “político en activo”. “Aquellos que han expresado su voluntad de no volverse a presentar, ¿los debemos considerar políticos en activo o no?”, ha preguntado el secretario general, de nuevo en referencia a Mas, quien aseguró que no volvería a presentarse tras el 27-S.

El mayor problema de Convergència para apoyar esta fórmula es que Mas, al que ven como una persona capaz de arrastrar votos, quede fuera de la lista. Sin embargo no se muestran contrarios a celebrar dos elecciones seguidas, unas en clave plebiscitaria y otras en clave constituyente. Esto, además, permitiría que Artur Mas y el Govern de CDC continuase en funciones hasta 2016, una fecha que el president siempre ha contemplado en sus planes como momento para retirarse.

Artur Mas, que se ha reunido con el diputado de la CUP, David Fernàndez, para hablar sobre la 'lista civil', ha entonado esta mañana en sede parlamentaria una de sus advertencias más utilizadas: que él tiene la prerrogativa de convocar elecciones. “Confío en que podamos dar carácter plebiscitario al 27-S pero, si no son plebiscitarias, las hacemos en noviembre del año próximo”, ha asegurado Mas a preguntas del primer secretario de los socialistas, Miquel Iceta.

Horizonte cambiante para el “Sí se puede”

La fórmula de la “lista civil” deja en el aire algunas de las promesas que, como Mas, los partidos han hecho en los últimos meses. Además de esto, algunas voces señalan la posibilidad de que esta lista no obtenga mayoría absoluta, razón por la cual no podría garantizarse que no se formara gobierno y que los nuevos diputados 'civiles' no están 4 años en el Parlament. Una de las incógnitas que abre es qué hará la coalición formada por Podemos, ICV-EUiA y Procés Constituent, a la que el president Mas se refirió como el “Sí se puede”.

Algunos de los sectores de esta coalición, como el candidato de Podemos, Albano-Dante Fachin, o la propia Iniciativa, proponen un proceso constituyente en clave catalana, el mismo objetivo sobre el papel que plantean los partidos independentistas. En caso de que ambas listas lleguen a materializarse, la independentista y la de Pocemos-ICV-EUiA-Procés, tras el 27-S podría haber una mayoría rotunda que apueste por emprender la redacción de un texto constitucional para Catalunya.

Para redondear el panorama cambiante, la líder de Procés Constituent, Teresa Forcades, se ha mostrado dispuesta a apoyar la 'lista civil' por encima de la lista que negocia su movimiento con Podemos e ICV-EUiA. Remarcando que es su opinión personal, la religiosa ha indicado que “si la lista es estrictamente un sustituto del referéndum” vería coherente apoyar el 'Sí' a la independencia, es decir, la impulsada por las entidades. Procés Constituent está negociando para que Teresa Forcades encabece la lista de confluencia, algo que el resto de conflueyentes rechazan, dudando incluso de la conveniencia de incluirla en sus listas.