Los entresijos de la reunión entre el Govern y los 'comuns': sin números sobre la mesa y con discrepancias de fondo
“Tenemos coincidencias en 9 de los 10 puntos”. Con este optimista diagnóstico ha resumido el vicepresident Pere Aragonès la reunión con la que este jueves ha explorado a los 'comuns' sobre las opciones de que den apoyo a los presupuestos que preparan. Pero, sobre la mesa de la reunión, las cosas han sido algo más complicadas. Comenzando porque Vicepresidència no ha trasladado las cifras en las que trabaja por departamentos, por lo que los diputados comunes Jéssica Albiach y David Cid no han podido valorarlos.
La primera discrepancia tiene que ver precisamente con la forma de medir ese aumento por capítulos. Aragonès desea comparar su proyecto presupuestario con el último aprobado, el de 2017, que fue prorrogado por Mariano Rajoy durante la aplicación del 155. Catalunya en Comú, en cambio, exige comparar con lo que se ejecutará en 2018, de forma que haya un crecimiento real y no una mera “consolidación”de lo que ahora ya se ejecuta.
Los 'comuns' han acudido a la reunión también de forma exploratoria y con la gran baza de la huelga. Los sanitarios de la atención primaria llevan desde el pasado lunes movilizados y, este jueves, se les han sumado los profesores y los estudiantes universitarios. Es la primera movilización sectorial de los trabajadores públicos en años, y además apunta directamente al Govern. El decálogo de peticiones de los 'comuns' hecho público el lunes incorpora las reivindicaciones de máximos de estos colectivos.
Pero Aragonès y su secretario general, Albert Castellanos, junto a una alto cargo de confianza de Elsa Artadi, Meritxell Masó, acuden a la reunión con su propio as en la manga. En cuanto aparece el tema de la huelga, la delegación del Govern les hace saber que la negociación con los médicos va muy bien y que esperan cerrar el acuerdo esta misma noche. Los médicos, además, acabarían desconvocando la huelga con una propuesta que rebaja su petición inicial, con lo que los negociadores dan a entender que los 'comuns' también deben estar dispuestos a mover a la baja su propuesta.
Las delegaciones han hecho además un repaso general de tareas pendientes donde han constatado importantes diferencias que van más allá de los -ausentes- números, y tienen que ver con el modelo. Por ejemplo, en lo que respecta a dependencia, el Govern quiere aumentar la partida y los 'comuns' ven con buenos ojos la subida, pero discrepan en el hecho de que Aragonès considere que las plazas para dependientes pueden salir de la concertación de centros de día. Albiach prefiere aumentar las plazas públicas, aunque el Govern observa que esa es una medida que no permitiría reducir las listas de espera a corto plazo.
También encuentran discrepancias respecto a la financiación de la educación entre 0 y 3 años, o sobre las tasas universitarias. Esta última cuestión, que saca a los estudiantes a la calle de forma periódica por ser Catalunya el lugar donde es más caro estudiar del Estado, es una preocupación importante para ambas delegaciones pero, mientras que los 'comuns' quieren hacer una rebaja directa de tasas para todos los estudiantes, el vicepresident considera que la rebaja debe ser para las rentas más bajas y, el resto, cubrirlo mediante la fórmula de becas-salario, ligadas a la renta.
Pero la mayor discrepancia no tiene que ver con los gastos sino con los ingresos. Los 'comuns' consideran que JxCat y ERC no deben menospreciar la inyección de financiación que les aportarían aprobar los presupuestos de Pedro Sánchez. De entrada, por el aumento del límite de déficit, lo que liberaría unos 500 millones de euros de su presupuesto. Además, los 'comuns' señalan como contradictorio que Aragonès presupueste 350 millones de deuda del Estado, cuando considera imposible que se traspasen si no hay acuerdo presupuestario en el Congreso.
Pero el Govern no ha querido entrar a hablar sobre las cuentas negociadas entre la Moncloa y Podemos. En primer lugar, según ha explicado Aragonès, porque al departamento que dirige no ha llegado ninguna información sobre ese proyecto. En segundo lugar, porque su objetivo es sacar adelante unos presupuestos “realistas” y que “puedan efectuar”, es decir, sin depender de futuribles. Esta es la misma razón por la que no han querido entrar a hablar de las mejoras en el transporte público, que los 'comuns' vinculaban también a la inyección económica estatal.
Aragonès y Albiach están “muy lejos”, en palabras de ella. En la reunión de este jueves nadie esperaba salir con un acuerdo firmado pero sí, al menos, con una valoración que no fuera negativa. Y de los 'comuns' lo ha sido. El partido de Ada Colau lleva días encareciendo su apoyo a unas cuentas en las que se juegan mucho menos que el Govern, mientras desde la Vicepresidència necesitan tantear antes de descubrir sus mejores ofertas.
Entre los partidos es un secreto a voces que Aragonès está dispuesto a revertir los recortes de forma total, o al menos a quedarse en cifras muy similares a las de 2010. También que esta vez JxCat sí estaría dispuesto a tocar alguna figura impositiva de calado, como piden los 'comuns' y algo que ERC persigue desde que entró al Govern. Pero el acuerdo, de llegar, necesitará también un clima personal y, sobre todo, político, que este jueves no se ha alcanzado.