¿Qué futuro tienen los políticos de izquierdas después de la política? ¿Se generaliza demasiado cuando se habla de puertas giratorias? ¿La vieja política ha sido víctima de la estigmatización de las fórmulas más emergentes? Son algunos de los interrogantes que lanzaron al aire tres ex altos cargos de la izquierda tradicional catalana, Jordi Hereu (PSC), Joan Puigcercós (ERC) e Imma Mayol (ICV) en la mesa redonda ¿Hay vida después de la política? organizada por la Universidad Progressista d’Estiu de Cataluña (UPEC).
El encuentro estuvo marcado por un tono humorístico, plagado de anécdotas y lecciones, y en pocas ocasiones, salvo en el turno de preguntas, los ponentes confesaron algunas contradicciones que les asaltaron en el mercado laboral, tras dejar la primera línea política. Puigcercós –que confesó haber rechazado trabajos por no perjudicar a ciertas empresas—; Mayol –que admitió haber vivido una etapa difícil en AGBAR— y Hereu –que rechazó varias de tertuliano— coincidieron en reivindicar el derecho de ganarse la vida sin ser acusados de entrar en las puertas giratorias, y de las dificultades de hacerlo tras una vida dedicada a la izquierda.
La jornada llegaba horas después de publicarse el reportaje conjunto entre los medios Crític y La Directa que destapaban uno de los últimos negocios del que fura ex alcalde de Barcelona, Jordi Hereu. Preguntado por este medio sobre las informaciones que aporta el artículo, Hereu admitió la existencia de sus tratos con Colombia para desarrollar un polémico proyecto en la localidad de Buenaventura, pero penalizó los “juicios de valor” que, según el ex líder socialista, “trasluce el artículo”.
La pregunta y posterior respuesta de Hereu suscitó una reflexión que, de hecho, estuvo muy presente a lo largo de la sesión: “¿Tenemos o no derecho a hacer consultoría en el mundo y hacerlo con una ingeniería de esta ciudad que ganó un concurso ante otro opción?”, se preguntó a Hereu, que no entró a valorar que, durante su etapa al frente del Ayuntamiento, se adjudicaran varios contratos a la empresa Esteyco, con quien actualmente colabora. “Sí, desarrollamos el plan estratégico de Buenaventura y estamos orgullosos de hacerlo con la tesis Barcelona”, subralló.
Sin embargo, Hereu sí fue más generoso a la hora de dar recomendaciones sobre cómo debe ser una sana y ejemplar jubilación política: “debe hacerse sin nostalgia y con un proyecto bajo el brazo que te ilusione”. Para el ex líder del consistorio barcelonés su máxima declaración de independencia fue hacerse autónomo y envió un mensaje a las formaciones emergentes que, según él, “son injustas” con la vieja política. “Estamos muy acostumbrados a los ataques de la derecha, pero tengamos cuidado con algunos populismos de la izquierda”, señaló.
La casualidad quiso que otra de las ponentes, la ecosocialista Imma Mayol, estuviera de actualidad. La ex teniente de alcalde en el Ayuntamiento de Barcelona anunciaó que se hará cargo de la gerencia de EMAYA de Palma de Mallorca, su ciudad natal, una empresa pública dedicada a la gestión del agua, el saneamiento y el tratamiento de residuos. Antes de este anuncio Mayol, preguntada por este medio, explicó que la época vinculada a Agbar “no fue exitosa” y que nunca pudo “encontrar su lugar”. Una etapa que le costaría, junto con otros cargos de ICV, las investigaciones de la Oficina Antifrau que, finalmente, se archivaron.
Mayol, con una carrera política forjada junto a Hereu, con quién colaboro en los tripartitos y bipatidos de izquierdas en el Ajuntamiento de Barcelona, incidió en las dificultades de los políticos prograsistas para buscarse la vida tras la etapa institucional. “Si no eres Esperanza Aguirre, has estado en la izquierda y no eres ni rica ni funcionaría, no es nada fácil”, dijo. La también ex diputada remarcó que para hacer un “traspaso normalizado” del mundo político al mundo civil es importante haber tenido una vida profesional antes de dedicarse a la política. Ella, explicó, ejerció como psicóloga más de 10 años antes de ocupar ningún cargo público.
Por su parte, el ex diputado en el Parlament, Joan Puigcercós, tiró de humor. “Perdía el teléfono porque ya nadie me llamaba”. El ex presidente de ERC sostuvo que “sí hay vida tras la política”, y que sobre todo se agradece “el paso a la privacidad”. El problema, según Puigcercós, es para aquellos que se han aprovechado de los privilegios del cargo. “Si nunca has dejado de hacer una cola por ser político, no tendrás ningún problema”. Puigcercós aseguró que rechazó propuestas económicas por haber estado estrechamente vinculado a unos idelaes independentistas y de izquierdas: “He dicho que no a algunos trabajos porque sabía que mi nombre les podía perjudicar”.
El periodista Ferran Espada, encargado de moderar la mesa de debate, retó a los ponentes a responder cinco cuestiones que, a su juicio, se hacen difíciles a la hora de dejar la política: el poder de decisión, los equipos y recursos, el foco mediático, la intensidad del trabajo y el coche oficial. Hereu dijo que “el poder es inherente al cargo, pero no a la persona” y que hay que tener claro que “tienes poder porque te lo otorga el ciudadano, que te lo puede quitar”.
Sobre los privilegios del cargo, Mayol explicó con sorna que “el coche oficial no es ningún problema porque a mí me gusta mucho andar”. Una reflexión que aprovechó Hereu para hacer un pronóstico: “estoy seguro de que Ada Colau acabará utilizando coche oficial por puro pragmatismo”. Por su parte, Puigcercós dijo que “lo que tienes que ser consciente -cuando dejas la política- que empiezas una nueva vida y tienes que bajar tres o cuatro peldaños, si es necesario cinco, y eso para algunos es muy difícil”.