La Generalitat ha querido solemnizar este jueves la recuperación de la gestión de la desescalada, hasta ahora tutelada por el Gobierno central. En una rueda de prensa conjunta, el president de la Generalitat, Quim Torra; la consellera de Salut, Alba Vergès; y el conseller de Interior, Miquel Buch, han anunciado que la fase 3 finaliza este jueves en Catalunya y que desde la medianoche la comunidad entra en la “etapa de reanudación”, la adaptación catalana de la “nueva normalidad”.
Con la decisión del Govern, Barcelona y su área metropolitana –donde más contagios ha habido– y la región sanitaria de Lleida –que hace dos semanas sufrió nuevos brotes en una fábrica y una fiesta particular– habrán pasado solo 24 horas en fase 3, en la que entraron este jueves. A partir de la medianoche ya habrán superado, junto al resto de zonas sanitarias que llevaban una o dos semanas en fase 3, la última etapa de la desescalada.
La novedad más importante de la nueva etapa será que se levantan las restricciones de movilidad en la comunidad. La mascarilla seguirá siendo obligatoria en espacios cerrados y en los abiertos deberá usarse cuando no pueda garantizarse la distancia de seguridad. “Distancia, higiene de manos y mascarilla”, es el lema que han repetido las autoridades catalanas.
Torra ha firmado este mediodía un decreto que, a efectos de esta próxima medianoche, designa a la Generalitat como “autoridad competente” en la regulación de la desescalada, incluso antes de que termine el estado de alarma (el 21 de junio). La nueva regulación de la Generalitat mantiene varias precauciones como la distancia de seguridad, higiene de manos o uso de mascarillas, con el fin de evitar rebrotes.
“Ahora que llega el periodo de vacaciones y las fiestas de Sant Joan, tenemos que ser más prudentes que nunca, para que un exceso o imprudencia no nos obligue a volver atrás”, ha alertado Torra, que ha avanzado: “No me temblará la mano para tomar las decisiones que sean necesarias para velar por la salud de los ciudadanos”.
“Protegernos para proteger sobre todo a los más vulnerables es un deber cívico”, ha apostillado Torra, que ha pedido a la ciudadanía alertar a los servicios sanitarios si alguien tiene síntomas de la COVID-19, mantener grupos de convivencia estables, priorizar los espacios abiertos, ventilar espacios cerrados y desinfectar superficies.
En un momento en el que Catalunya recupera sus competencias, Torra ha considerado que “otro estado de alarma era posible” y ha criticado de nuevo que el Gobierno optara por “centralizar” sin “diálogo”. El decreto también faculta a Vergés y Buch, en su condición de autoridades del PROCICAT, para que adopten las resoluciones necesarias para hacer efectivas las medidas que tengan que regir esta nueva etapa.
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