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Los 'Jordis' piden “no dejarse llevar por la rabia” y responder a la sentencia “sin miedo y desde la no violencia”

Llamamiento a la movilización pacífica de Jordi Cuixart y Jordi Sànchez en la víspera del segunda aniversario del 1-O. El presidente de Òmnium Cultural y el exlíder de la ANC, ahora en Junts per Catalunya, en una carta desde Lledoners que publica eldiario.es junto a otros medios, piden “no dejarse llevar por la rabia” y responder a la sentencia del procés que emitirá el Tribunal Supremo “sin miedo y desde la no violencia”.

Los líderes civiles del independentismo durante el otoño soberanista de 2017 anticipan una sentencia condenatoria al valorar que el escenario a día de hoy “es duro” pero que el futuro será “más amargo”. En esta situación, Cuixart y Sànchez advierten que la única baza del movimiento soberanista es “seguir manteniendo viva la semilla de la no violencia”.

“Demostremos que nosotros combatimos la injusticia y la violencia del Estado solo desde de la no violencia. Sólo así desmenuzaremos su falso relato y podremos, de nuevo, derrotar su violencia y desenmascarar sus mentiras”, aseveran Cuixart y Sànchez en su misiva, en la que piden al soberanismo “salir a la calle” cuando Òmnium y la ANC convoquen movilizaciones para responder a la sentencia del procés. Este martes las entidades y partidos independentistas han convocado una rueda de prensa para dar a conocer los actos que llevarán a cabo cuando se publique el fallo del Supremo.

Ambos líderes, en prisión preventiva desde el 16 de octubre de 2017, también se pronuncian sobre el reciente encarcelamiento de siete miembros de los CDR acusados de terrorismo. Al igual que han expresado los partidos políticos independentistas este lunes, Sànchez y Cuixart muestran su “indignación” por las detenciones y se muestran conocedores de “la creciente preocupación ciudadana por el juego sucio que el Estado nos impone”.

Respecto a las peticiones que ha hecho al independentismo el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y otros líderes políticos para que se condene la violencia de los CDR, Sànchez y Cuixat niegan la mayor y aseguran que la violencia “fueron las porras del 1-O y también nuestra prisión provisional”. “Y desde el otoño de 2017 la violencia no ha hecho más que crecer”, agregan.

En referencia a los CDR acusados de terrorismo, Sànchez y Cuixart replican que “violencia es la voluntad de construir nuevas causas judiciales con detenciones espectaculares y filtraciones interesadas y falsas para construir un relato criminalizador contra los detenidos y el movimiento soberanista en general”.

La semilla de la libertad

El 1 de octubre hizo evidente cómo de imparable es la voluntad de la ciudadanía cuando actúa coordinadamente en defensa de un objetivo compartido. Queríamos votar y votamos. El Estado español, con toda su capacidad de coacción y violencia policial, no pudo impedir que más de 2,3 millones de mujeres y hombres votásemos en 6.000 urnas repartidas por cerca de 2.000 colegios electorales de todo el país.

Del referéndum se han escrito muchos elogios, pero de entre todos ellos sobresale la capacidad de la sociedad de desobedecer pacíficamente una prohibición injusta e injustificada. El referéndum, como le recordamos a los magistrados del Tribunal Supremo, fue el acto de desobediencia civil más grande que Europa ha vivido. “El momento gandhiano de Catalunya”, describe Ramin Jahanbegloo, director del Centro Mahatma Ghandi.

Ante la desobediencia civil masiva, el Estado optó por la violencia y rechazó el diálogo y el acuerdo. Una violencia que desde el otoño de 2017 no ha hecho más que crecer.

Violencia fueron las porras del 1-O y también nuestra prisión provisional; son las acusaciones de rebelión y sedición que han llevado la mayoría de los miembros del Govern legítimo y la presidenta del Parlamento a la cárcel o el exilio, y por las que nos piden decenas de años de condena; es la existencia de cientos de personas encausadas como castigo al 1-O; son los intentos desesperados de mezclar terrorismo e independentismo a las puertas de la sentencia del Tribunal Supremo; es la voluntad de construir nuevas causas judiciales con detenciones espectaculares y filtraciones interesadas y falsas para construir un relato criminalizador contra los detenidos y el movimiento soberanista en general.

Desde la prisión, compartimos la indignación por estos hechos, lo sufrimos en primera persona y conocemos la creciente preocupación ciudadana por el juego sucio que el Estado nos impone. Animamos, pero, a no resignarse, a seguir exigiendo lo que consideramos que es justo y, sobre todo, a mantener viva la llama de todas nuestras legítimas aspiraciones nacionales y democráticas. No nos resignamos ni renunciamos a ninguna de ellas: seguimos determinados a creer en el futuro luminoso y posible que nos quieren negar.

Animamos, como tantas veces habíamos hecho antes de ser encarcelados el 16 de octubre de 2017, a volver a salir a la calle cuando nuestras entidades convoquen y, sobre todo, a no dejarse llevar por la rabia del momento. El presente es duro y

probablemente las sentencias y las próximas decisiones judiciales y policiales todavía lo harán más amargo. Pero el futuro sólo seguirá siendo nuestro si somos capaces de seguir manteniendo viva la semilla de la no violencia.

Aprendamos las lecciones del 1 y el 3 de octubre para responder a los retos venideros. Demostremos que nosotros combatimos la injusticia y la violencia del Estado solo desde de la no violencia. Sólo así desmenuzaremos su falso relato y podremos, de nuevo, derrotar su violencia y desenmascarar sus mentiras.

No tenemos ningún problema en denunciar una y mil veces la violencia y defender que el único camino por donde el soberanismo debe seguir transitando es el de la no violencia. Pero no aceptamos lecciones de quienes amparan la violencia desde el Estado, de los que nos niegan a todos los independentistas el derecho a la presunción de inocencia y, aunque menos, de aquellos que sin escrúpulos ni moral manipulan imágenes y víctimas del terrorismo hace casi treinta años para hacerse un espacio en la pugna electoral.

La única violencia que en Catalunya hemos vivido desde el 2017 es la que ha amparado y promovido el Estado. Gritar 'libertad', manifestarse en contra de decisiones políticas y judiciales, exigir la autodeterminación, desobedecer leyes injustas y prohibiciones arbitrarias, denunciar los montajes policiales, defender las urnas o votar en un referéndum no es violencia. Que no nos confundan.

El 1-O aprendimos cómo de poderosa es la práctica de la no violencia. Gracias a ella doblamos la decisión de todo un Estado de prohibirnos votar y sobre todo hicimos inútiles todos los esfuerzos de los poderes del Estado y de sus altavoces mediáticos para vincular la defensa del derecho a la autodeterminación y el proceso soberanista a la violencia.

La no violencia es la clave de bóveda que sostiene nuestra causa, que no es otra que la causa de la libertad y la democracia. No es pasividad, renuncia o inactividad. No hay nada que desnude más la violencia del Estado que el hecho de que la nuestra sea una actitud tan contundente, masiva e imaginativa como pacífica. La no violencia es la semilla de un proceso que, si lo seguimos haciendo juntos, sin renuncias ni miedo, dará tarde o temprano el fruto deseado de la libertad. Gracias por estar ahí y no desfallecer.

Jordi Cuixart y Jordi Sànchez

Prisión de Lledoners, 30 de septiembre de 2019