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Laura Borràs: “Soy más de izquierdas que el señor Illa”

Laura Borràs, a las puertas de la sede electoral de Junts.

Neus Tomàs

5 de febrero de 2021 22:14 h

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Hay pocas carreras más rápidas en política que la que ha protagonizado Laura Borràs (Barcelona, 1970). Licenciada en filología catalana y doctora en filología románica, en 2017 formó parte de las listas de Junts per Catalunya como independiente. Cinco meses después fue nombrada consellera de Cultura y pasado un año ya ocupaba un escaño en el Congreso. Ahora es la candidata de Junts a la presidencia de la Generalitat, algo que muy pocos (entre ellos, Quim Torra) daban por hecho. Próxima a Puigdemont, pero con perfil propio, los sondeos vaticinan que está subiendo cada vez más. Nadie descarta que, como ya pasó en 2017, supere a ERC.

En esta entrevista asegura que si gana llevará una resolución al Parlament que se convierta en la nueva hoja de ruta del independentismo y adelanta que esta vez no se pillarán los dedos fijando fechas en el calendario para llevar a cabo sus planes. “Nosotros no podemos pararnos porque el Estado se reconozca antes español que demócrata”, argumenta.

Borràs arrastra una imputación por un presunto caso de corrupción cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC) que atribuye a una estrategia de guerra sucia. Preguntada y repreguntada, insiste en que se han vulnerado sus derechos y que todo lo que diga será utilizado en su contra.

Como desde Junts han dicho distintas cosas, a ver si nos lo puede aclarar. ¿Van a volver a declarar o no la independencia si Junts, ERC y la CUP suman más del 50% de votos?

Precisamente porque hay mucho interés en este tema quisimos hacer una propuesta detallada en siete puntos. Nosotros, en tanto que el partido es inequívocamente independentista, que nace como espacio después del 1 de octubre, tenemos muy claro que hay que avanzar hacia la independencia. Priorizar la lucha contra la COVID porque es lo que tenemos ahora pero ambicionando la independencia. Nos gustaría hacerlo en solitario aunque también tenemos claro que somos la garantía para que haya un Govern independentista y no un Govern con independentistas. La primera cosa que haremos es ir al Parlament y llevar una resolución que vincule a la mayoría independentista en una carta de navegación para conseguir la independencia. Se trata de pasar de quererla a poderla y contar no solo con los partidos sino también con la sociedad civil, el mundo local y el Consell per la República.

¿Pero esa resolución exactamente qué será, una declaración, una proposición, un texto similar al del 2017?

Lo que se aprueba en el Parlament debe ser vinculante y será el compromiso que adquirimos los diputados que la apoyamos para tener claro hacia dónde queremos ir.

¿Ese texto debería incluir algún tipo de calendario para un referéndum, recuperar lo que se incluyó en la DUI o algún otro compromiso?

Si decimos que no hay que repetir los errores del pasado no podemos fijarnos una temporalidad. Tiene que quedar claro que cuando estemos preparados para reactivar la declaración de independencia será para no dar marcha atrás. En el cómo debe estar todo el mundo, priorizando la unidad. El president Puigdemont reconoció que en 2017 el error fue pensar que el Gobierno cumpliría y negociaría a partir del 3 de octubre. Eso no pasó y de ahí que nosotros decimos sí a la negociación con el Estado pero no con simulacros de diálogo ni fotografías idílicas. 

Tanto el PSOE como el PP les han dicho que no están dispuestos a hablar de la autodeterminación. En 2017 ya se lo dejaron claro y acabó como acabó, con el 155, políticos en la cárcel y otros en Bélgica y Suiza. ¿Por qué ahora debería ser distinto? 

Por eso le digo que nosotros mantenemos abierta la vía de la negociación, pero si se mantiene la intransigencia, debe existir el camino para avanzar. No aceptaremos el veto del Estado por encima del anhelo del pueblo de Catalunya.

Los apoyos internacionales que tiene una vía unilateral ahora mismo son los mismos que en 2017, es decir, ninguno.

Sí, es evidente que hay que hacer más trabajo en el ámbito de exteriores, además del que hacen nuestro president y consellers exiliados. Las victorias han venido desde el exterior porque en el interior, con el Gobierno más progresista de la historia lo único que ha avanzado es la represión. Recuerdo a Pedro Sánchez en el debate de investidura hablando de desjudicialización del procés y lo que ha pasado es que la represión no ha parado de crecer y no ha habido ninguna solución al conflicto político.

Puede que el Gobierno no haya negociado como querían, pero los partidos independentistas tampoco han dado pasos hacia la independencia, y eso no es atribuible a Sánchez.

Las cosas no pasan nunca por un solo motivo, pero lo que sí tiene una respuesta binaria es decir si se está a favor de la amnistía o no, si se está por el reconocimiento de la autodeterminación o no, y si se está por finalizar la represión o no.

Las dos primeras, la amnistía y el derecho a la autodeterminación ya se las han contestado porque les han dicho que no.

El Estado español es el no a todo mientras que nosotros somos el sí al compromiso y al respeto a los intereses del pueblo de Catalunya. Presumen de Gobierno progresista, pero es retórica porque ya me dirá usted si es progresista reconocerle el sentido de Estado a Vox o que la vicepresidenta salga a darle las gracias por proteger a España. Nosotros no podemos pararnos porque el Estado se reconozca antes español que demócrata.   

¿Si usted es presidenta se mantendrá la mesa de diálogo?

Nosotros ya dijimos que nacía coja. De hecho, el señor Illa, al que agradecemos la sinceridad, explicó que estaba en la mesa de diálogo solo para conseguir la investidura del señor Sánchez. Ha sido un simulacro de diálogo porque nunca creyeron en él. Es un Gobierno que no hace lo que dice.  

¿Entonces, cómo lo hará para negociar? ¿Irá a la Moncloa, como hizo Artur Mas, con un documento con su propuesta?

La negociación siempre la tenemos abierta, pero como la planteamos con exigencia hay quien prefiere no negociar con nosotros. La negociación debe ser bilateral, entre gobiernos. No puede ser entre partidos porque este es un problema de país. Quien se levantó de la mesa de Pedralbes fue Pedro Sánchez. Proponen pasar página, pero la única opción que siguen proponiendo para Catalunya es el 155.  

ERC y la CUP proponen recuperar el referéndum. La CUP incluso le pone fecha y lo sitúa en 2025. ¿Le gusta esta vía?

El referéndum ya lo hicimos. Yo estoy en política por el 1-O. El problema es que vivimos en un Estado que no respeta el resultado de las urnas y que lo considera un delito, diga lo que diga el Código Penal. 

Pero ese referéndum no tenía ni amparo legal ni reconocimiento internacional.

Por eso reclamamos que la negociación tenga como punto de partida la amnistía, y poder hablar de cómo damos salida a los anhelos democráticos que el pueblo de Catalunya quiere expresar.  

Lo que pedirá entonces es otro referéndum, ¿no?

Se supone que en un Estado la democracia hay que ofrecerla y no pedirla. Lo que plantearemos es que de manera bilateral negociemos cómo se resuelve el conflicto político. Lo que pretende el Estado es disuadirnos por la vía de la represión judicial. ¿El Estado no se pregunta cómo ha cambiado la sociedad catalana en los últimos diez años? ¿Espera que se nos pase por la vía de la represión? Que nos pongan las urnas porque nosotros estaremos siempre.

Decimos sí a la negociación con el Estado pero no con simulacros de diálogo ni fotografías idílicas

Describe los errores que considera que ha cometido el Estado, pero, ¿cuáles han sido los suyos?

He comentado que la primera autocrítica fue la que hizo el president Puigdemont al reconocer que se equivocó al pensar que el Estado se comportaría de manera democrática. 

¿No lo son también las peleas permanentes entre los partidos independentistas? Porque eso no será culpa de Pedro Sánchez.

El divide y vencerás es una máxima desde los clásicos. Nosotros hemos predicado y practicado el camino de la unidad. El Estado nos reprime a todos y por lo tanto tenemos que estar todos juntos. 

Tal vez también tenga algo que ver que son partidos y que por lo tanto existe una disputa partidista porque de lo que se trata es de acaparar poder. 

Eso lo podrían responder los que llevan toda la vida haciendo política de los partidos. Aquí le habla una persona que entró hace tres años en política, con una vida profesional y académica a la que espero volver en el momento en que haya conseguido el objetivo que nos hemos marcado. Para Junts esta no es una causa de partido sino de país.

¿Cree que una persona imputada por un presunto caso de corrupción y que puede ser inhabilitada está en las mejores condiciones para ejercer como primera autoridad de Catalunya?

Hay un concepto previo y es que estamos trabajando en un contexto de 'lawfare' [guerra jurídica]. El Estado apunta hacia donde sabe que tiene que apuntar.

Sobre su causa en concreto, en los correos que constan en el sumario, aparece que usted le indicó al otro investigado en el caso, Isaías Herrero, que el presupuesto de un encargo que le hizo la Institució de les Lletres Catalanes había de quedar “detallado como si fueran profesionales independientes” para que no se superasen los 18.000 euros, el límite de los contratos menores. “Si ven que lo que se ha hecho es fraccionar un encargo completo en varios paquetes es cuando piensan que ha habido una infracción. La cuestión es fraccionar”, añadía. ¿Por qué dio estas indicaciones?

¿Usted sabe si estas indicaciones las he dado yo? ¿Está dando credibilidad a los informes de la policía patriótica? Porque yo no se los doy. Por lo tanto, usted me está hablando de una causa y yo le digo que no hay caso. Se ha producido una vulneración de mis derechos desde el principio. Hay sentencias europeas que han demostrado, como en el caso del exconseller Puig, que cuando se vulnera el derecho al juez natural, se está pervirtiendo la presunción de inocencia. He sufrido una investigación prospectiva. Cuando llego al Supremo y le digo al fiscal Zaragoza que yo no defenderé mi inocencia porque quien me acusa no tiene ni una sola prueba pericial de mi culpabilidad, se da cuenta de que tengo razón y en ese momento las encarga. No colaboraré con la injusticia. Todo lo que diga será utilizado en mi contra. Está pasando cuando aparecen estos supuestos correos.

¿Pero estos correos existen o no? 

Estos correos los aporta la policía patriótica. Lo que le digo es que yo no seré un altavoz de la cloaca, como espero que tampoco lo sean ustedes. No hay causa, no debería haber juicio, ni sentencia ni la conclusión de la inhabilitación, que es donde usted proponía empezar. Quiero salir del marco mental español, en todo, también ideológicamente. Por lo tanto, hasta aquí mi valoración de un no caso.

La Sindicatura de Cuentas también señaló que había existido una fragmentación de contratos.

La Sindicatura, en las páginas 47 y 48, explica claramente cuál es este proceso.

He leído esos cuadros.

Pues le remito a esas dos páginas y a todas las explicaciones que he dado públicamente, están colgadas en Youtube. Las he dado voluntariamente en sede parlamentaria tanto en el Parlament como en el Congreso. Y allí donde no se permitió hacerlo con luz y taquígrafos, convoqué una rueda de prensa.  

A ERC le ha enfadado mucho que compare su causa con la de Oriol Junqueras.

Todos los represaliados saben que me tienen a su lado. No solo porque lo diga, sino porque lo he practicado.  

¿Le molesta que los medios le preguntemos por su caso? 

Me molesta que haya un marco mental en el que se anticipe, colabore, banalice y frivolice con cuestiones que son muy complejas. Cuando durante el juicio del procés se especulaba sobre cuántos años de cárcel les caerían a nuestros presos, muchos de ellos se desesperaban. ¿Sabe por qué? Porque como sabían que no habían cometido los delitos por los que estaban siendo juzgados, insistían en que la única sentencia justa era la absolución, y solo la especulación abría ya el camino a los años de cárcel.  

No colaboraré con la injusticia. Todo lo que diga será utilizado en mi contra. Está pasando cuando aparecen estos supuestos correos

En su programa, en el apartado de fiscalidad, proponen “armonizar el impuesto de sociedades a nivel europeo”. ¿Esto significa subirlo o bajarlo respecto al actual?

Antes de hablar de fiscalidad siempre hacemos una previa y es insistir en que nosotros no queremos dejar de hablar del déficit fiscal. El margen que tenemos para hablar de fiscalidad en una Catalunya autonómica es muy pequeño. La transversalidad ideológica que tiene Junts hace que los debates en este ámbito sean extraordinariamente interesantes. El margen de actuación debe priorizar siempre que los más desfavorecidos no queden afectados. Por eso, en los presupuestos blindamos que las viudas y los huérfanos se viesen perjudicados.  

En ese debate que comentaba hemos visto que el secretario general de Junts, Jordi Sànchez, no quería tocar el impuesto de sucesiones mientras que el número tres de la lista, Joan Canadell, quiere bajarlo. ¿Usted qué prefiere? 

Yo tengo opinión y la he expresado. Se aprende mucho de los debates con Jordi Sánchez, Joan Canadell, Toni Comín o Aurora Madaula. En mi caso, considero que es un impuesto esencialmente injusto porque provoca que haya que pagar por algo que ya se ha pagado previamente. Más allá de la diversidad de opiniones, nuestro compromiso siempre es preservar a los más débiles.

¿Si le pregunto por su ideología, qué me contesta?

Soy progresista, lo he sido toda la vida y no necesito etiquetarme. Las etiquetas son la muleta para los prejuicios y como yo he sido víctima de muchos prejuicios y sigo siéndolo, no me gustan las etiquetas. Soy progresista y soy coherente con mi manera de pensar y vivir. No sé si todo el mundo puede decir lo mismo porque hay gente que se siente muy cómoda con la etiqueta pero luego ves su modo de vida y no tiene nada que ver. Lo importante es comprobar qué piensan tus votantes. Cuando los votantes de Junts nos ubican en el centro izquierda, más a la izquierda de partidos que se denominan socialistas, se refrenda más lo que uno piensa sobre sí mismo.

¿Está diciendo que usted es más de izquierdas que Salvador Illa?

Naturalmente que soy más de izquierdas que el señor Illa y no porque yo lo diga, sino por las políticas que ha llevado a cabo. Lo hemos visto esta semana en el Congreso, con el apoyo de la extrema derecha.  

¿Qué les responde a los que consideran que Junts es una formación populista?

Que lo expresan desde paradigmas populistas.

¿Descarta que acabemos en una repetición electoral por la incapacidad de unos y otros de ponerse de acuerdo?

No puedo descartar nada porque he visto de todo. Como en Blade Runner, cosas que no creeríais. Nuestra voluntad es ponernos a trabajar rápido porque el país no puede seguir sin un liderazgo fuerte y un Govern cohesionado.

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