La ciudad de Barcelona espera a más de medio millón de personas en la cuarta manifestación masiva por la soberanía catalana desde 2010. Una movilización que los organizadores, la Assemblea Nacional Catalana y Òmnium Cultural, esperan que sea “definitiva” y que fuerce al gobierno catalán a llevar el proceso hasta el final y a realizar la consulta fechada para el 9 de noviembre pese al más que probable veto del Tribunal Constitucional. La Vía Catalana de 2014 tiene como objetivo formar una V gigante a lo largo de las calles Diagonal y Gran Vía, formando una senyera con las camisetas de los inscritos que, según los convocantes, son más de medio millón.
La Assemblea y Òmnium tuvieron problemas para aumentar las inscripciones al principio, lo que disparó las especulaciones de que el soberanismo estuviese decayendo o que el caso Pujol hubiera hecho mella en las posiciones independentistas. Sin embargo, durante el verano la cifra de inscritos ha ido aumentando hasta superar la de 2013, cuando los registrados fueron 450.000, cifra que estuvo cerca de doblarse por la gente que asistió sin haberse apuntado. Por esta razón los organizadores de la V creen que no tendrán problemas para llenar los 200.000 metros cuadrados del recorrido.
La de este jueves será la tercera gran manifestación consecutiva en la Diada Nacional de Catalunya, la cuarta grande del soberanismo contando la marcha contra el recorte del Estatut de julio de 2010. Fue la movilización de la Diada de 2012, en la que 600.000 personas según la Delegación del Gobierno y 1,5 millones según la Guardia Urbana colapsaron el centro de Barcelona, la que encendió la mecha del proceso político que hoy, dos años después, volverá a encontrarse en su punto álgido a dos meses de la fecha pactada para la consulta.
El éxito de la convocatoria de 2012 llevó a la ANC a organizar la Vía Catalana de 2013, una cadena humana que atravesó de punta a punta la geografía catalana a lo largo de 400 kilómetros. Las cifras de participación volvieron a bailar. La Generalitat cifró la asistencia en 1,6 millones de personas, mientras que el Ministerio de Interior la redujo a 400.000. Sociedad Civil Catalana, organización de adscripción antisoberanista, intentó rebatir la cifra dada por el Departamento catalán de Interior anunciando un recuento a mano en el que cifraron en 800.000 los asistentes a la cadena humana.
Manifestaciones que convocan al 10% de la población
La manifestaciones que se han sucedido las últimas Diadas han llamado la atención por la enorme afluencia que han reunido. Es arriesgado dar por buenas las cifras ofrecidas por las diferentes partes, pero incluso las más bajas hablan de movilizaciones en las que participan porcentajes nada desdeñables. Contando con que en Catalunya hay una población registrada de 7,5 millones de personas, si la cifra de 800.000 participantes ofrecida por SCC fuese correcta supondría que en torno al 10% de los ciudadanos catalanes participó en la cadena humana de 2013.
Para buscar manifestaciones de tamaño similar en Catalunya el profesor del Centre d'Estudis sobre Moviments Socials, Jordi Mir, se remonta a las del 19 de junio de 2011 convocada por el 15M, las manifestaciones contra la guerra de Irak del 15 de febrero de 2013, la movilización en repulsa por el asesinato de Ernest Lluch, o la primera Diada legal en 1977. Sin embargo, Jordi Mir traza algunas diferencias entre movilizaciones. “No es lo mismo sumarse a una manifestación con el gobierno a favor, o en contra; con los medios de comunicación a favor o en contra; con un gobierno represor o uno tolerante… Con esto quiero decir que movilizaciones como la del movimiento por los derechos civiles en EEUU, siendo una parte muy pequeña de la población del país, con leyes que penalizan y con una cultura de dominación encima, ha de ser especialmente valorada”, asegura.
En este contexto, es importante señalar que las manifestaciones de la Diada han sido promovidas por parte de los partidos e instituciones catalanas, y todos los miembros del Govern –no así el president Mas– acudirán a la acción. Este tipo de apoyo hacen que las manifestaciones de la Diada tengan un importante componente “de Estado” pese a que realmente no haya un estado detrás que las apoye.