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Opinión - Cada día un Vietnam. Por Esther Palomera

La petición de indulto de Millet: el saqueador del Palau pide “sensibilidad” y se declara “reinsertado socialmente” para no entrar en prisión

El Ministerio de Justicia ya tiene sobre la mesa la petición de indulto del expresidente y saqueador del Palau de la Música, Fèlix Millet. En su escrito de 25 páginas, al que ha tenido acceso eldiario.es, Millet, condenado a nueve años y ocho meses de prisión por varios delitos de corrupción, pide “sensibilidad” y se declara “reinsertado socialmente” para solicitar la medida de gracia y no tener que entrar en prisión.

La Audiencia de Barcelona tiene que decidir en los próximos días si suspende el ingreso en prisión de Millet, cuyo límite está fijado para el próximo 25 de junio, debido a la solicitud del indulto. La Fiscalía desdeña los argumentos de Millet y reclama que cumpla la condena impuesta junto a su mano derecha en el Palau, Jordi Montull, y el extesorero de Convergència Daniel Osàcar.

El principal argumento de Millet para evitar su ingreso en prisión es su “cuadro general clínico dramático”, que según el exmandamás del Palau empeoraría de tener que dormir entre rejas. De su precario estado de salud se deriva la segunda razón para pedir el indulto: su “nula” capacidad de volver a delinquir.

La defensa de Millet cuestiona la “necesidad” de su ingreso en prisión al considerar que tiene “poco sentido” que cumpla la pena a la que fue condenado por saquear el Palau y ejercer de intermediario en el cobro de comisiones ilegales a Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). “Nada autoriza a pensar que [Millet] no esté reinsertado socialmente en el sentido que debe ser entendido jurídicamente, esto es, que sea capaz de llevar una vida sin delito”, reza el escrito de petición de indulto.

“No resulta necesario, por ser de conocimiento común, explicar que los perjuicios derivados tanto de orden personal como familiar y laboral que supone el ingreso en un centro penitenciario suelen agravarse cuando se trata de un condenado del perfil” de Millet, continúa la defensa.

El “delicado estado de salud” de Millet y el hecho de estar apartado de cualquier gestión de dinero público desde hace más de 10 años hace “innecesario”, a criterio de la defensa, ejecutar la pena de prisión. “Quizá su vida no corre peligro a corto plazo, pero existe una dolencia muy grave e incurable”, alega la defensa, que pide “especial sensibilidad” de los jueces para evitar “interpretaciones excesivamente mezquinas y cicateras que deparen situaciones dramáticas e inaceptables”.

La petición de indulto se acompaña de varios dictámenes médicos que certifican que Millet, de 84 años de edad, tiene reconocida una discapacidad del 92% así como un grado alto de sordera y ceguera que hacen que dependa totalmente de terceras personas para realizar cualquier actividad. “Estas limitaciones físicas tan acusadas son incompatibles con la vida en prisión”, resalta la defensa.

La defensa de Millet asegura “no desconocer” que el cumplimiento de las penas derivadas de delitos de corrupción como los del caso Palau sirve como freno a futuras prácticas corruptas. Sin embargo, interesa el indulto “por una cuestión de pura humanidad” y concluye que la pena “no es necesaria”. Asimismo, Millet declara que quiere “corresponder” el margen de confianza que le brindaría la concesión del indulto con el “compromiso de no delinquir”.

De concedérsele la suspensión de la entrada en prisión, Millet habrá pasado tan solo 25 días en la cárcel –los que estuvo en prisión provisional en 2018 tras ser condenado en primera instancia– de los 9 años y ocho meses a los que fue condenado por los delitos de apropiación indebida, malversación, falsificación de documento mercantil, tráfico de influencias y blanqueo.

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